Derecho a decidir, sí. ¿Qué?. Depende

miércoles, 27 de febrero de 2013

Es indiscutible el derecho, personal y colectivo, a decidir. Cada persona, única, “libre y responsable”, tiene el derecho a elegir entre distintas opciones la que le parezca más acertada. Es la base del pluralismo y debe practicarse reflexivamente sin coacciones, sin cortapisa alguna. 

Cuestión muy distinta es lo que puede decidirse si se trata de algo objetivamente perjudicial para uno mismo o para otros; o claramente inalcanzable o prohibido por las vigentes leyes a escala nacional, regional o internacional; o si se ocultan a quien va a expresar su opinión aspectos relevantes; o si la pregunta se formula de manera equívoca o sin precisar las implicaciones… 

Es muy peligroso confundir a la ciudadanía en temas de gran trascendencia democrática a escala local y global. 

Derecho a decidir, sí. 

¿Qué?. Depende.

Cambios en la Constitución

martes, 26 de febrero de 2013

No deben demorarse ni un día. El tiempo pasa y se acercan fechas que deben hallar terminada la “sinfonía inacabada”, según palabras del Presidente Adolfo Suárez, refiriéndose especialmente al Capítulo 8º de la Constitución. 

El “Estado de las Autonomías” ha sido enormemente beneficioso –“¡quién te ha visto y quién te ve!”- para el desarrollo en el conjunto español. Pero han subsistido, indebidamente, privilegios que ahora deben transformarse en unas normas en las que, con un suficiente autogobierno, quepan todas las excelentes particularidades culturales e históricas que configuran el Estado. 

Ni un día más bailando al son del déficit y las primas de riesgo. Las riendas del destino común no pueden seguir anquilosadas, ceñidas al pasado. 

Manos a la obra para, a primeros de junio, haber perfilado, en un gran acuerdo general, los cambios que permitan abordar con serenidad la nueva andadura. Esto es lo importante. 

Y lo urgente: cambiar la Constitución y un “Plan País” para saber qué tipos de trabajos pueden y deben generarse. 

Lo demás son cuentos… amargos.

Urgente. Unión Europea: apremiante unión política y establecimiento de prioridades para y desde Europa

martes, 19 de febrero de 2013

Las incongruencias de la Unión Europea –que en su día aprobó una unión monetaria sin el imprescindible requisito de la unión económica y política- siguen ahora ampliándose con gravísimos efectos para los países que más sufren el desbarajuste financiero, obligados a satisfacer sus deudas y regularizar perentoriamente su déficit, sumergiéndoles, en contra de los adecuados consejos de tantos economistas de prestigio, a la espiral de la austeridad sin crecimiento. 

Pues bien: Europa acaba de reducir, en lugar de aumentar como se había propuesto, las inversiones previstas en el próximo Programa Marco del 2014-2020. 

Las prioridades que deben promocionarse en y desde Europa son la alimentación, el acceso al agua potable, el acceso a los servicios de salud, el medio ambiente, la educación… Este y no otro debe ser el mensaje que la UE debe proclamar responsablemente. 

El tan cacareado horizonte 2020 se está ensombreciendo. La única esperanza es que el Europarlamento se oponga radicalmente a este nuevo disparate. 

Sin I+D+i no habrá progreso. Recortando en la sanidad, en la educación y en la justicia, los grandes pilares del bienestar social europeo, se debilitarán, resquebrajando todo el edificio. 

Esperemos que los parlamentarios cumplan debidamente el alto cometido que los europeos les han confiado.

Urgente: tener muy en cuenta la confianza institucional del pueblo español y unir esfuerzos

Los españoles sitúan en primer lugar de su evaluación sobre las instituciones y grupos sociales a los científicos (94%), los médicos, las pequeñas y medianas empresas, las ONG, la universidad, la obra social de la Iglesia (Cáritas), la policía, la sanidad pública, la Guardia Civil (74%)… y en los últimos lugares a los políticos (9%), los partidos políticos, los bancos, el Parlamento, los obispos, el Gobierno del Estado, los ayuntamientos, los sindicatos, la patronal, las multinacionales, la Iglesia (41%)… 

Está claro que el futuro que anhelamos y que las generaciones jóvenes merecen, dependerá de un esfuerzo conjunto. 

Que se consulten e interaccionen sobre todo entre quienes ocupan la cúpula de la confianza y quienes ocupan los últimos lugares. 

No es buena en absoluto esta desafección a los políticos, que representan al pueblo… y que, está claro, toman medidas sin consultar a los más apreciados por los ciudadanos a los que, en último término, corresponde a todas las instituciones y grupos sociales servir eficazmente. 

Unámonos, escuchémonos, enfoquemos desde el rigor y el conocimiento los grandes desafíos. Sólo de este modo podríamos recuperar todos la confianza en nosotros mismos, que es, a la postre, la palanca esencial para afrontar debidamente los grandes retos actuales.

Parlamento español a puerta cerrada. Desconcierto total en los G-7, G-8, G-20

martes, 12 de febrero de 2013


Agradecemos, con Forges, la transparencia (!) con que proceden nuestros parlamentarios. También hoy, entre unos y otros y con la mayoría absoluta parlamentaria del partido en el gobierno, se rechazará la iniciativa popular promovida por la espléndida Ada Colau sobre los desahucios. Pretenden que el pueblo -1.400.000 personas- se calle, para que los desahucios sigan. El pueblo no permanecerá silencioso. 

A escala mundial, leemos que "El G-7 intenta evitar la guerra de divisas" y, en otro titular, que "La eurozona va al G-20 sin posición común sobre el euro". Ya ven que tampoco los plutócratas son capaces de resolver siquiera los problemas económicos. 

Es apremiante el funcionamiento genuinamente democrático de los parlamentos, de tal forma que se tome en cuenta permanentemente la voluntad de los ciudadanos. 

Es apremiante que a escala internacional se restablezca un multilateralismo democrático que termine de una vez con los inoperantes grupos oligárquicos que se inventaron, en mala hora, los globalizadores neoliberales.

¿Cómo reconstruir el futuro?

lunes, 11 de febrero de 2013

Este es el título de la editorial de “El País” del domingo, 10 de febrero de 2013. Es muy de agradecer que proponga las reformas y acuerdos que podrían “defender la democracia y el progreso económico”. Cuando en España estamos actuando servilmente a las órdenes de una Europa sometida a su vez al “gran dominio” mundial (financiero, militar, energético y mediático) en los últimos coletazos de una crisis sistémica de extraordinaria envergadura, hay que reconocer la oportunidad de que “El País” exponga unas medidas e iniciativas que podrían representar el principio del fin de esta debacle en la que nos hallamos inmersos. 

Los diez puntos son: 
1) Ley de Partidos. 
2) Ley electoral. 
3) Reforma de la Administración. 
4) Estatuto de la Corona. 
5) Pacto por empleo y las pensiones. 
6) Reforma de la Justicia. 
7) Pacto por la educación. 
8) Pacto por la sanidad pública. 
9) Un Estado federal. 
10)Reforma de la Constitución.

La mayoría de estas acciones se basan en unos principios que nunca hubieran debido supeditarse a la economía, y otras –especialmente las que se refieren al empleo- requieren un “proyecto de España” para hacer frente a un contexto de una exagerada deslocalización productiva que, unida a la automatización, robotización e informatización, hacen necesario identificar aquellos aspectos que pueden definir el nuevo horizonte laboral: fomento del turismo y segunda residencia, teniendo en cuenta la mayor longevidad; servicios a la tercera edad; educación para todos a lo largo de toda la vida; gran calidad de la asistencia sanitaria; “puente” privilegiado, por su situación y su historia, con los países árabes, África y América Latina; promoción de la I+D+i…

Hay que ofrecer rápidamente, a un pueblo perplejo y desencantado, caminos que podrían conducirle a un mañana menos sombrío. Y explicarle por qué pagamos entre todos 40.000 millones de euros a las instituciones financieras y “reducimos” las inversiones en los grandes pilares de la “construcción” nacional, al tiempo que se presenta como un gran éxito haber conseguido un fondo cuarenta veces menor para crear empleo (¿dónde? ¿para qué?)… Pienso que hay que aplaudir estas interesantes propuestas de “El País”, preconizando acciones y acuerdos que podrían sustraer a los ciudadanos de la desmoralización y desinformación actuales.

La economía lo devora todo

La economía lo devora todo El “gran dominio” está logrando, en su deriva sistémica, la absorción de la política por la economía, hasta el punto de designar gobiernos sin urnas. Amparado en la inexistencia de un multilateralismo democrático, que se ha sustituido por grupos oligárquicos totalmente inoperantes, y en Tratados y Constituciones largamente superado, como es el caso de Europa y España, intenta ahora absorber también la educación, la ciencia y la sanidad. 

No lo logrará. 

Los intelectuales, educadores, científicos, artistas… se rebelarán. Sin violencia, pero con firmeza y apremio, volverán a poner las cosas en su sitio. Y a pensar en el mañana –medio ambiente, condiciones de vida, alimentación, agua…- que en la actual vorágine del dinero se ha ido soslayando progresivamente, inmoralmente.

Una pausa al día

viernes, 8 de febrero de 2013

“Aprendió tantas cosas que no tuvo tiempo de pensar en ninguna de ellas”. 
A. Machado, sobre Juan de Mairena. 

Es imprescindible “reapropiarnos” de algún tiempo para nosotros. Por poco que sea. Todos los días, preferentemente al empezar la jornada –“…perdona, amanecer, por no haberte recibido como mereces”, ha escrito la simpar Rigoberta Menchú- o al terminarla. 

Vivimos demasiado de prisa, acosados por una actualidad que nos envuelve, nos sumerge, nos convierte en impasibles testigos. Lo malo, solía decir Jesús Moneo, es que en general corremos hacia no sabemos dónde.

El vendaval informativo, el espectáculo permanente, … no nos permiten reflexionar ni incorporar la noticia como conocimiento. Y así pasan los días, silentes, sin ejercer las facultades distintivas de la especie humana: pensar, imaginar, anticiparse, crear! 

Las TIC, tan útiles, tan relevantes para el progreso personal y colectivo, pueden, cuando se emplean abusivamente, malgastar muchos instantes del misterio de la existencia. Los teléfonos móviles son utensilios preciosos para aproximar a los lejanos pero muy peligrosos por alejarnos de los próximos, comentaba Pío Rodríguez recientemente. Atraen tanto nuestra atención que nos transportan a menudo al limbo (al único que existe ahora). 

Me gusta repetir la certera apreciación de María Novo: “Uno de los grandes problemas de nuestro tiempo es el NTD (nos tienen distraídos). Debemos estar alerta, debemos escribir nuestro por-venir, inventarlo.

Nuestros resortes de reacción, de protesta y de propuesta, se van debilitando. Y llega un momento en que, cayendo en el sinremedismo, aceptamos muchas situaciones como ineluctables. Y ya no meditamos sobre nuestras responsabilidades intergeneracionales (medio ambiente, condiciones de vida…) dejándonos aturdir por el chismorreo, la superficialidad, la ligereza… 

Una pausa al día para reflexionar, para no callar, para abordar los problemas esenciales. Para soñar bien despiertos. Para que no se cumpla en nosotros la advertencia que D. Antonio Machado hacía sobre su heterónimo apócrifo Juan de Mairena. 

Pensemos. Hagamos una pausa todos los días.
 

¡No recorten las inversiones en investigación científica!

viernes, 1 de febrero de 2013



El I+D+i es imprescindible para la competitividad… hasta tal punto que la Secretaria de Estado de Investigación e Innovación se situó en el Ministerio de Economía… y Competitividad!  Se encomendó a una persona muy adecuada, Doña Carmen Vela.  Hasta aquí, nada que objetar.  Pero, a continuación, resulta que los “recortes” aplicados son tan profundos que, en lugar de aumentar nuestra competitividad se está retrocediendo a límites que pueden resultar irreversibles.

Según informaciones recientes, la cuantía total (en 4 años) de los 3,182 proyectos aprobados es de 309 millones, incluida la financiación europea, lo que representa un 19,5% menos que en la convocatoria anterior.  Pero es que, además, la cantidad que recibirán en el primer año, salvo excepciones, no llega al 10% del total!

309 millones representan una “nadería” si se compara con cualquier “agujero” de las instituciones financieras.  Se han destinado unos 40,000 millones de euros procedentes de Europa para colmar estos dislates… ¿Y no pueden aportar el 1% de esta cantidad para promover la competitividad que es clave para la “economía basada en el conocimiento”?

¿Y dejamos que científicos bien preparados -en los que se han invertido, lógicamente, importantes fondos públicos- tengan ahora que exiliarse?  ¡Qué incongruencias!

Explíquense, y si es preciso rectifiquen, porque son temas de los que depende, sin exageración alguna, el futuro de nuestro país.

¿Pretenden ser “competitivos”, sí  o no?