Elecciones europeas: los que sean elegidos deberían tener, como objetivos prioritarios, entre otros, los siguientes:

domingo, 30 de marzo de 2014

-Cambiar de tal modo los procedimientos electorales que las próximas elecciones resulten en un Parlamento realmente representativo, prestigioso, eficaz. No pueden aceptarse como "democráticos" los parlamentarios que han alcanzado su escaño con porcentajes de participación ciudadana tan exiguos. 

-Unión política y unión económica: no puede seguir siendo una Comunidad dependiente de pautas económicas dictadas por grandes consorcios neoliberales. Con la unión monetaria se empezó la casa por el tejado. Es indispensable remediar este gran error. 

-Propiciar un multilateralismo democrático, con la refundación del Sistema de las Naciones Unidas, rechazando con firmeza y apremio el dislate de la gobernanza por grupos plutocráticos (G7, G8... G20). 

-Rápidas acciones a favor de una seguridad autónoma sin las vinculaciones y supeditaciones actuales. 

-Inmediato desarme nuclear, promoviendo un clamor popular mundial desde la Unión Europea. 

-Aumentar el trabajo para todos en un nuevo marco laboral, que no esté guiado por intereses de grupo sino por la justicia social. 

-Favorecer I+D+i, sin recortes, para conseguir una auténtica competitividad. 

-Facilitar la equidad y la transición desde súbditos a ciudadanos, de espectadores a actores. 

-Transición desde una economía de especulación, deslocalización productiva y guerra a una economía de desarrollo global sostenible. 

-Perseguir la evasión fiscal y la intolerable insolidaridad que representa, tomando las medidas para que se eliminen, de una vez, los paraísos fiscales. 

-Favorecer el establecimiento de prioridades mundiales, especialmente las relativas a la alimentación, suministro de agua, salud y respeto al medio ambiente. Los europeos debemos poner en práctica medidas para la reducción de anhídrido carbónico y favorecer, a través de un compromiso renovado cada día un desarrollo humano y sostenible a todas las escalas, evitando de este modo -y no con vallas y concertinas- una inmigración forzada por la pobreza extrema y el hambre. 

-Poner de manifiesto sin pausa, por la palabra y por el grito, el genocidio de miles de personas, la mayoría niñas y niños de 1 a 5 años, que mueren en el desamparo y el olvido, mientras se invierten casi 4.000 millones de dólares en armas y gastos militares. 

-Adoptar todas las medidas propias de la responsabilidad intergeneracional, especialmente las que se refieren a procesos potencialmente irreversibles, con el fin de asegurar a las generaciones venideras la calidad que corresponde a la habitabilidad de la Tierra. 

-Fortalecimiento de la democracia a escala personal, local, nacional, regional y mundial, favoreciendo la adopción, por las Naciones Unidas, de una Declaración Universal de la Democracia, único contexto en el que será posible la inflexión histórica de la fuerza a la palabra que se avecina. 

-La educación debe basarse en la experiencia de los docentes y en los principios establecidos por instituciones bien acreditadas en pedagogía en lugar de atender las sugerencias de organizaciones especializadas en otras dimensiones, tales como la economía y las finanzas. 

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Si se abordaran estas cuestiones y otras similares, el Europarlamento sí que podría tener un papel relevante no sólo en el futuro continental sino mundial.

Adolfo Suárez referente a imitar

lunes, 24 de marzo de 2014

Tuve el honor de conocerle bien. Su imaginación, su intrepidez, su profundo conocimiento de lo realidad, su permanente preocupación por el porvenir, su increíble capacidad para la conciliación y su perseverancia le permitieron llevar a cabo la difícil -y dificultada- transición desde una dictadura militar a una democracia parlamentaria. 

El primer paso era conseguir el pluralismo político a través de la atenta escucha de todos los pareceres, en particular de quienes durante tantos años habían sido silenciados. A pesar de la frialdad o claro rechazo con que fue recibido en no pocos casos, dirigió con gran lucidez el complejísimo concierto de acuerdos y disentimientos, de generosas renuncias y exigencias indebidas hasta alcanzar el gran objetivo de unas condiciones adecuadas para la celebración de elecciones plenamente libres. 

La Ley de Reforma Política representa una inflexión fundamental en la trayectoria de la Nación española. Los Pactos de la Moncloa, la exquisita habilidad con que logró el regreso del Presidente Tarradellas... acreditan su insólita estatura de estadista. 

"Lo conseguimos porque no sabíamos que era imposible". Cuando trabajaba con el Presidente Suárez tenía el convencimiento de que él sabía bien que lo que se decía "imposible" podía dejar de serlo si se inventaban las soluciones. 

Yo mismo experimenté su rapidez persuasiva cuando me ofreció encabezar la lista de UCD por Granada a las elecciones de 1977. Le dije que creía que debía ser un granadino. "Lo hiciste muy bien de Rector..." Contesté que una cosa es la vida académica y otra la política. Y que no conocía bien el programa de UCD ni a la mayoría de los miembros del partido. Raudo dictó una orden por la que me exoneraba de cualquier dependencia de UCD y me confería total autonomía para decidir la composición de la lista electoral y el contenido del programa. 

La Constitución refleja su inmensa capacidad para construir un Estado plenamente democrático, teniendo en cuenta su magnífica diversidad. Hizo cuanto pudo para respetarla y protegerla, pero no le dejaron -fue un acoso sobre todo militar, pero no sólo militar- terminar de atribuir las características de autogobierno que su visión de la vertebración del Estado requería. El capítulo octavo de la Constitución quedó, según sus propias palabras, como "sinfonía inacabada". 

Más adelante, cuando había sido ya capaz de "asegurar el suministro de electricidad al tiempo que cambiaba las redes eléctricas" y empezaba a hacerse evidente la desafección progresiva de muchos, así como las dificultades para su nuevo partido CDS, el presidente Suárez aparecía, en la intimidad, entristecido y consternado. Le dije entonces algo que repetí años después al presidente Gorbachev: "no se puede pretender estar en la historia y el poder al mismo tiempo". 

Suárez, figura clave para recuperar la dignidad nacional, es ya referente inmarcesible de la historia de España. La mejor manera de recordarlo y rendirle homenaje es tratar de imitarle.

Inmigración: la solución está en el desarrollo sostenible, humano, endógeno.

martes, 11 de marzo de 2014

¡Qué cosas tan terribles estamos consintiendo! 

La Europa “democrática”, la Europa de los derechos humanos –descritos en el año 2000 en una de las “Cartas” más precisas y preciosas-, la Europa “desarrollada” y próspera… mirando hacia otro lado. La Europa que hace pocos años era ejemplo de cooperación, de solidaridad, de ayuda… es ahora reticente, llegando incluso a la xenofobia. La Europa de los mercados ha olvidado los "principios democráticos" que tan lúcidamente se escribieron en la Constitución de la UNESCO al final de la segunda gran guerra. 

La Europa de los paraísos fiscales, del cortoplacismo, de la deslocalización productiva, de la codicia de los más prósperos… y, a su lado, sumisos, países que hace bien pocos años parecía que habían comprendido que era indispensable la refundación de un Sistema multilateral democrático,… pero que, bajo la inmensa presión de las grandes potencias neoliberales, al fin se hincaron. 

España, que tanta inmigración provocó en tiempos de la “burbuja” inmobiliaria (sin regularizar por quienes la consideraban únicamente “mano de obra”), ¡sólo se le ocurre ahora poner más objetos cortantes en las vallas! y pedir 45 millones de Euros a Europa para elevarlas y hacerlas más hirientes e inaccesibles con las “concertinas”. 

Esta no es la solución. La solución es el desarrollo. Un gran plan de desarrollo. Recuerdo aquellos años en que el programa de las Naciones Unidas para el desarrollo, con las palabras “com-partir” y “co-operar”, pretendía que el mundo pudiese lograr progresivamente una convivencia pacífica centrada en la igual dignidad de todos los seres humanos. 

El Banco Mundial tiene un apellido: “para la cooperación y el desarrollo”. Pero todo cambió, y la cooperación se sustituyó por la explotación, y la democracia por la plutocracia, los valores éticos por los bursátiles, y la economía de desarrollo global sostenible y humano por una economía de especulación, deslocalización productiva y guerra (no me canso de repetir que cada día se invierten más de 3.000 millones de dólares en armas y gastos militares al tiempo que mueren de hambre miles de personas, la mayoría niños y niñas de uno a cinco años). 

Miren a los ojos de quienes consiguen “saltar” la entrada a Europa por Ceuta y Melilla. O los que intentan entrar por Lampedusa… No son personas que han elegido, tal como está el patio, “darse un garbeo por Europa”. Si intentan acceder a la UE, es porque se están muriendo de hambre, porque viven en la pobreza extrema, porque sobreviven en condiciones inhumanas. 

Señor Ministro: no pida 45 millones para cerrar todavía más las entradas. España y los países más prósperos de Europa deben dar una ayuda al desarrollo a la altura de “todos los seres humanos iguales en dignidad” para que no se vean forzados a tener que abandonar su país. ¡Ah y no digan “es que no hay dinero”! Esto ya se dijo por parte de los más ricos de la Tierra en el año 2000, cuando las Naciones Unidas propusieron los Objetivos del Milenio. “No hay dinero”. No había dinero para el SIDA (unos 8.000 millones de dólares al año, que es lo que se gasta en 2-3 días en armamento). No había dinero para un gran plan de alimentación mundial (40-60 mil millones de dólares, lo que se invierte en medio mes, como máximo, en seguridad… del 20% de la humanidad, que es la que vive en el barrio próspero de la aldea global). 

Si es verdad que, como acaba de comunicar OXFAM, 85 personas tienen unos medios económicos equivalentes a los de la mitad de la humanidad (unos 3.300 millones de seres humanos)… no cabe duda de que la solución no está en pedir 45 millones sino en fortalecer los medios de convivencia pacífica a escala mundial. Abandonen de una vez los ridículos grupos G6, G7, G8, G20… y únanse, únanse todos los Estados, especialmente los que todavía tienen algún convencimiento democrático, para ofrecer a todos los jóvenes del mundo unos horizontes menos sombríos. 

También les aconsejo que lean la Carta de la Tierra, el preámbulo y el artículo 1º de la Constitución de la UNESCO,… en lugar de fiarse exclusivamente de los informes de instituciones económicas, y muy especialmente del Fondo Monetario Internacional y del Banco Mundial, que ha eliminado de su “apellido” la referencia al desarrollo. 

Sobre todo cuando se han dado para la recuperación bancaria millones y millones de Euros que, por haber comenzado a construir Europa por el tejado, con una Unión monetaria sin una unión económica y política previas, se amplían las desigualdades en lugar de reducirlas. 

La Europa xenófoba, que no pone en práctica su excelente Carta de Derechos Humanos del año 2000, no aporta subvenciones relevantes para el desarrollo, no debe tener como símbolo en España las “concertinas” sino el fomento del desarrollo humano, empezando por aquellos países que viven en la más completa desesperanza.

Ucrania: la solución es siempre la democracia, no la fuerza bruta

lunes, 10 de marzo de 2014

Había -guste o no reconocerlo a los neoliberales del G7, G8, G20- un presidente elegido democráticamente. 

Este Presidente -¡cómo sucede a menudo!- no se comportó muy democráticamente. Y se inició una insurrección popular. Hasta aquí, todo correcto. 

Lo que sucede es que, de pronto, aparecieron insurgentes armados hasta los dientes, actuando con una violencia extrema y una estrategia de confrontación muy sospechosa. Por la fuerza bruta se recuperó el poder perdido en las urnas. 

La Unión Europea, que hubiera debido reaccionar de inmediato, acabó de espectador (complacido, porque hay demasiados intereses, especialmente relacionados con los numerosos gaseoductos) y bendijo al nuevo Gobierno sin tener en cuenta los "procedimientos" empleados. Todo vale, porque los combustibles que reciben valen mucho... 

La minoría rusa de esta parte de Ucrania no cuenta, como cuenta poco la no rusa de Crimea. Con la Crimea otomana, rusa y luego "cedida" por Kruschev a Ucrania, Putin ha advertido que no se juega... y ahora mismo existe una amenaza real de confrontación bélica. 

Hay que volver a las urnas. Hay que realizar, bajo la supervisión de las Naciones Unidas -¿ven como, al fin y al cabo, los "grupos plutocráticos" no sirven para arreglar las cosas sino exclusivamente para liarlas?- unas elecciones bien preparadas en toda Ucrania, cuya resultado podría ser una federación o confederación, que garantizara democráticamente un auto-gobierno que respondiera a la diversidad cultural y política de los ucranianos en su conjunto. 

Se habría solucionado la unidad en la diversidad y se daría una espléndida lección a quienes siempre han subordinado a los mercados dimensiones tan esenciales desde un punto de vista histórico, étnico, cultural...

Déficit democrático

lunes, 3 de marzo de 2014

Por el interés general, la democracia debería, para ser auténtica, disponer de los mecanismos que no permitieran que la “mayoría parlamentaria absoluta” (la palabra “absoluta” es incompatible con “democracia”) aprobara leyes que cuentan con el rechazo unánime de la oposición y que, por tanto, durarán lo que dure el partido en el gobierno, aumentando la objeción de conciencia y la desobediencia ciudadana.

Para impedir el funcionamiento del “rodillo” mayoritario, especialmente en leyes relativas a aspectos esenciales, pilares de la democracia, como la educación, la justicia, la sanidad, los derechos humanos…, que afectan a toda la sociedad, es apremiante incorporar los valores democráticos como ejes del comportamiento cotidiano de los ciudadanos. 

Democracia política, social, económica, cultural, internacional: éstas son las principales dimensiones que incluye la Declaración que hemos elaborado para que, en poco tiempo, sean realmente “los pueblos” y no unos cuantos encumbrados en inapropiadas estructuras de representación, los que tomen en las manos las riendas del destino común. El poder ciudadano –ahora, por fin, gracias a las nuevas tecnologías, capaz de expresarse libremente- debe, en una inflexión histórica de la fuerza a la palabra, sustituir los andamiajes actuales por sólidas estructuras democráticas. 

Empezando, a escala local, por asegurar la independencia de los poderes ejecutivo, legislativo y judicial en España; siguiendo, en Europa, por la construcción de una Unión política y económica, para que las arbitrariedades de una unión monetaria (se empezó la casa por el tejado) cesen de inmediato; y acometiendo, acto seguido, la eliminación de los grupos oligárquicos y plutocráticos que el neoliberalismo impuso en lugar de unas Naciones Unidas fortalecidas… 

Haber centrado el futuro en el mercado, debilitando el Estado-nación y las instituciones multilaterales, es un error con un precio social enorme, que no puede disimularse en los flecos de la macroeconomía… 

Sólo en un contexto genuinamente democrático la justicia social prevalecerá. Y se pondrán plenamente en práctica los derechos humanos.