Otra vergüenza insoportable: miles de inmigrantes a la deriva en el sureste asiático

jueves, 21 de mayo de 2015

Miles de inmigrantes a la deriva. Y la insolidaridad de los Estados de la ASEAN (Asociación de Naciones del Sureste Asiático) en el mar de Andamán se asemeja a la de la Unión Europea en el Mediterráneo. Aquí, en lugar de una decisiva ayuda al desarrollo –tan menguada en los últimos años porque “hay que pagar la deuda”- los mandatarios europeos envían buques de la Armada para cerrarles el paso. Allí se han cerrado las fronteras marítimas y las naciones implicadas se culpan entre ellas… mientras los ocupantes de las barcazas, la mayoría musulmanes “rohingya”, que huyen de la pobreza extrema se hallan en grave riesgo de morir de hambre. 

Es una vergüenza, otra más, mientras los grupos plutocráticos (G7, G8…) con que los neoliberales sustituyeron a las Naciones Unidas, perdida la ética y la brújula, se convierten en delincuentes. Y los insolidarios países apelan -¡ahora!- a la ONU. 

¿Se darán cuenta, antes de que sea demasiado tarde, de que hay que recrear unas “Naciones Unidas de emergencia”? Debería alzarse un gran clamor, presencial y digital, en todos los pueblos de la Tierra. 

“Silencio cómplice”.

La deriva de Occidente

lunes, 18 de mayo de 2015

Se han perdido las esencias de Occidente. Ahora, lo que cuenta son los valores bursátiles, los negocios, las transacciones financieras… Todo se mide por los índices de la macroeconomía y se olvida aplicar aquellos que reflejan el bienestar de los ciudadanos. 

Aumentan las desigualdades sociales. Empeora la habitabilidad de la Tierra. Quienes viven en el barrio próspero de la aldea global no llegan al 18% de la humanidad. 

La Unión Europea es monetaria (y no política ni económica). 

No se ayuda al desarrollo. Los brotes de xenofobia se incrementan de manera preocupante. Desde la época infausta del Presidente Reagan y la Primer Ministra Margaret Thatcher –que sigue hoy a través de la íntima conexión Bush-Merkel- el neoliberalismo se ha impuesto en Occidente, y muy particularmente ahora en Europa. 

El Occidente de Obama está zarandeado por el inmenso poder del Partido Republicano, representante máximo de ambiciones hegemónicas, de fuerza militar, de aversión al multilateralismo. Pero, a pesar de todo, Obama resiste y avanza. Europa retrocede. Se incrementa el número de millonarios… pero, sobre todo, el número de pobres, de quienes tienen que acudir a comedores de emergencia… 

Especializados en mirar hacia otro lado, los gobernantes actuales claudican de todos los principios éticos: se suspende la justicia universal ante la negociación (China); se olvidan los derechos humanos (Arabia Saudita, Qatar…); se propicia el rearme en lugar de iniciar la reducción de los desmesurados gastos militares para proporcionar una vida digna a tantos seres humanos que hoy viven en condiciones inadmisibles. 

Por el negocio, se explota en lugar de cooperar… 

Los mercados mandan. 

Es indispensable, en primer lugar, la refundación del Sistema de las Naciones Unidas que el neoliberalismo sustituyó por grupos plutocráticos y reponer los “principios democráticos” –que “deben guiar a la humanidad”, según establece la Constitución de la UNESCO- en donde se impusieron las leyes del mercado. 

Los “pueblos” ya no permanecerán impasibles, espectadores de lo que sucede. El tiempo del silencio ha concluido. Ahora, los seres humanos han dejado de ser invisibles y pueden expresarse libremente de forma progresiva. Tengo el convencimiento de que, en poco tiempo, las comunidades científica, académica, artística y literaria, intelectual, en suma, liderarán la gran transición que se avecina. La actual situación no puede prolongarse. Es exactamente la inversa de lo que de Occidente cabía esperar… y de lo que establecen las líneas maestras trazadas por quienes redactaron en el año 2000 la Carta de Derechos Fundamentales de la Unión Europea. 

La deriva de Occidente se detendría en el mismo momento en que volvieran a situarse en su lugar los valores esenciales que fueron desplazados en la década de los ochenta del siglo pasado por el neoliberalismo globalizador.

Evolución o revolución

La inercia, empeñarse en seguir aplicando fórmulas de ayer a los problemas de hoy, es el principal enemigo del progreso. 

La solución –tan bien representada en la naturaleza- es la evolución: conservar lo que debe conservarse, los principios éticos, los referentes esenciales, y modificar lo que debe ser transformado. 

Si se persiste en el inmovilismo, en mirar hacia otro lado, en aferrarse a los privilegios… llega la revolución. La diferencia entre evolución y revolución es la “r” de responsabilidad. Con la responsabilidad se previene, se tiene en cuenta a las generaciones venideras, se evita el uso de la fuerza, se emplea la palabra, se saca el máximo partido a la creatividad, facultad distintiva de la especie humana. 

Cada ser humano capaz de crear, e inventar, de tomar en sus manos las riendas del destino. 

Durante siglos, sometidos, anónimos, silentes, temerosos. Ahora, por fin, capaces de expresarse libremente, de manifestarse presencial o digitalmente, de participar activamente para conferir a la democracia su pleno sentido. 

Es peligroso, pues, seguir pretendiendo, en el nuevo escenario, que el poder absoluto decida y la gente acate mansamente. 

Y si la inercia protegida y propiciada por el Partido Republicano de los Estados Unidos es tan intensa que llega a cundir la impresión de que ningún cambio es posible… serán imprescindibles grandes esfuerzos a contra corriente, posiciones firmes, intrepidez y templanza para que acontezca lo inesperado (como sucedió con Mandela y con Gorbachev). Lo inesperado es, en buena medida, nuestra esperanza. Decir “no” cuando se supone que sólo puede decirse “sí”, no acceder cuando todos consideran que nadie se atreverá a disentir. 

El Presidente Obama ha demostrado que los inmensos intereses quese han opuesto desde hace décadas al “Medicare” podían superarse con una actitud resuelta… y que podían incorporarse millones de inmigrantes… 

Y el Papa Francisco, de forma sencilla y genial, está dando un viraje que puede ser histórico, poniendo el amor al prójimo, próximo o distante, en primera línea. 

Con algunos líderes de esta estatura y con el clamor popular se logrará la transición histórica de la fuerza a la palabra, refundando el Sistema de las Naciones Unidas; y poniendo en práctica, por fin, las grandes prioridades establecidas por el multilateralismo democrático (alimentación, agua, salud, medio ambiente, educación y paz); eliminar la amenaza nuclear… 

Evolución o revolución. Hay que poner en su sitio al Partido Republicano de los Estados Unidos. A los mercados. Y a China… Como de forma tan clarividente se inicia la Carta de las Naciones Unidas, corresponde a “los pueblos evitar a las generaciones venideras el horror de la guerra”. 

Desde el origen de los tiempos, se ha preparado la guerra (“si quieres la paz, prepara la guerra”). Ahora corresponde, con apremio, construir la paz, teniendo en cuenta a los que llegan a un paso de nosotros. Preparar la paz, con nuestro comportamiento cotidiano. Y hacer posibles las primeras etapas del “nuevo comienzo”, que proclama la Carta de la Tierra. 

Hoy, más que nunca en el pasado, es necesario actuar para que, con una evolución adecuada y a tiempo se evite la revolución.

Grave falta de decoro

Cortinas de humo densas y oportunistas pretenden ocultar, a los pocos días de unas elecciones, la situación real y, en lugar de propuestas bien meditadas por parte de los partidos concurrentes, se aprueban en un “rodillo parlamentario” basado en mayorías pretéritas, sesgadas leyes para contribuir al “maquillaje” que se juzga más adecuado para convencer a los todavía no convencidos. 

Con tapujos de última hora se pretenden remediar de golpe profundos desgarros sociales. 

Con índices macroeconómicos que carecen de repercusión en la vida real de la inmensa mayoría de los ciudadanos, basándose en encuestas y más encuestas en lugar de propuestas rigurosas con soluciones tanto a escala nacional como europea y mundial, nos vemos abocados a una muy peligrosa perplejidad por parte de los votantes. 

Cortinas de humo de acuerdos entre sindicatos y patronales sobre subidas salariales escasamente relevantes, al tiempo que el Presidente de los empresarios opina acto seguido que lo mejor que puede hacerse es privatizar, en la medida de lo posible, la sanidad, la educación… 

Falta de decoro son las manifestaciones extemporáneas –con sonrisas indebidas incluidas- de la Vicepresidenta del Gobierno, al rendir cuentas del Consejo de Ministros, sobre la Presidenta de la Junta de Andalucía. La izquierda emergente, en lugar de presentar un claro programa de soluciones en los distintos ámbitos, se alía con la derecha radical para impedir la investidura de quien ha liderado el Partido más votado en los recientes comicios. Se alegan, por quienes en una acción sin precedentes, impiden la gobernanza en Andalucía, acusaciones de última hora, olvidando plenamente demostrados casos de corrupción, como los “gurtel”, o la “red púnica”… 

Graves faltas de decoro. Tienen un alto precio. Se pagará en breve.

¡Urgente cambio de la política exterior de la Unión Europea!

lunes, 11 de mayo de 2015

Hace setenta años que terminó la terrible segunda guerra mundial. Todos conocemos los datos escalofriantes de las víctimas de todos los aliados pero, en particular, de los soviéticos: ¡25 millones! Y el “honor” de ser ellos los que entraron en Berlín con centenares de miles de muertos también. 

Pues bien: en lugar de atraer a Rusia hacia Europa, la Europa monetaria está empujándola hacia el este. En Europa quien manda ahora es Alemania y por intereses comerciales inmediatos se olvidan los grandes diseños de futuro. 

China ha estado presente en las celebraciones del setenta aniversario en Moscú de la derrota del nazismo y del fascismo. Los líderes “occidentales” han brillado por su ausencia. 

Corrijan rápidamente esta política errónea y favorezcan una unión política, económica y fiscal que permita abordar los grandes problemas situados más allá del cortoplacismo de los mercados.

Papa Francisco

jueves, 7 de mayo de 2015

He escrito muchas veces sobre la apremiante necesidad de una iglesia del “Evangelio y las sandalias”, en palabras del Obispo Pere Casaldáliga, que tantos caminos ilumina con sus versos y sus escritos y, sobre todo, con su ejemplo. 

Pues bien: ya tenemos el Papa del “Evangelio y las sandalias”. Ya tenemos al Papa de la cercanía, de la bondad, de la audacia que se necesitaba de forma apremiante. 

He aquí algunas de sus declaraciones, que permiten augurar, en palabras de la Carta de la Tierra, un “nuevo comienzo”: “Hoy tenemos que decir no a una economía de la exclusión y de la inequidad…”; “…el clamor creciente contra la guerra brota del corazón de los pueblos…”; “…observando la realidad actual me pregunto si entendimos la lección de la “Pacem in Terris”…”; “… la tarea de todos los seres humanos es construir la paz con el ejemplo de Jesucristo, siguiendo estos dos caminos: procurar y practicar la justicia y contribuir al desarrollo humano integral, según la lógica de la solidaridad”; “… busquemos ser una iglesia que encuentra caminos nuevos…”; “… la explotación laboral y de la evasión fiscal son intolerables…”; “… debemos revelarnos contra la globalización de la indiferencia…”; “ante muchos acontecimientos actuales, el silencio cómplice es intolerable”… 

Hace frecuente referencia a las Naciones Unidas (en “El grito de la paz”, escrito por el Pontífice con motivo del día 7 de septiembre de 2013, “Jornada por la paz en Siria”). Es de destacar también su preocupación por la habitabilidad de la Tierra, por el deterioro del medio ambiente: “se ha ido demasiado lejos en la explotación del planeta”. Antes de la Cumbre ecológica que celebrarán las Naciones Unidas en París el próximo mes de diciembre, se espera que el Papa haga pública una Encíclica dedicada al medio ambiente.

“Misere-cor-dare”: la misericordia es la actitud que vertebra todos sus esfuerzos para el diálogo inter e intrarreligioso. Ha declarado “Año Santo de la Misericordia” el comprendido entre noviembre 2015 y 2016.

Ahora es momento adecuado para el cambio. Cuando el Papa Juan XXIII iluminó inéditos caminos con la “Pacem in Terris”, los ciudadanos no podían expresarse libremente, eran seres humanos invisibles, silenciados, silenciosos, sumisos, atemorizados, confinados intelectual y territorialmente. El Papa Francisco, humilde, sabio, valiente, se dirige ahora a una humanidad que se halla en una situación de deterioro conceptual y físico extraordinario, pero que, por primera vez en la historia, puede abandonar el temor, conocer lo que acontece en todo el mundo y participar en los asuntos públicos. Pero también la mujer, ausente desde el origen de los tiempos, incrementa progresivamente, con sus virtudes inherentes, su papel angular en la construcción de un nuevo mundo. 

Tantos desafíos requerían hacer uso, como advirtió en su día el Presidente John F. Kennedy, de la facultad creadora distintiva de la especie humana. Había que inventar el futuro basado en la igual dignidad de todos los seres humanos y en la “solidaridad moral e intelectual” como establece la clarividente Constitución de la UNESCO. Era el momento para un Pontífice capaz de liderar la transición a escala planetaria de la razón de la fuerza a la fuerza de la razón. Es el Papa Francisco. En dos años ha conseguido no sólo contrarrestar la creciente desafección a la iglesia, en particular de la gente joven, sino que ha sabido ganarse el profundo afecto y admiración de muchísimas personas en todo el mundo, creyentes o no, hasta el punto de considerarlo símbolo del nuevo humanismo. 

Alentado por el clamor popular que pronto formará parte relevante de la definición y seguimiento de rumbos y estrategias globales, el Papa Francisco, infatigable promotor de una vida digna para todos los seres humanos, verá con satisfacción cómo son muchos los habitantes de la Tierra que, progresivamente, se plantean –“libres y responsables”- las preguntas esenciales en relación a su existencia, sin imponer fanáticamente sus criterios y creencias. La palabra, la palabra será la que guiará el comportamiento cotidiano y, a escala mundial, la gobernación basada en un multilateralismo democrático eficiente. 

El día veinte de marzo tuve el honor de ser recibido en audiencia por el Papa como Presidente de la Comisión Internacional contra la Pena de Muerte. Salí reconfortado, no sólo por la reacción-acción sobre la pena capital sino por lo enfoques sobre los temas fundamentales del momento que vivimos, con el hilo conductor de la acción solidaria para remediar con urgencia las lacerantes desigualdades sociales y poner en práctica las prioridades definidas por las Naciones Unidas para el desarrollo humano (alimentación, agua, salud, entorno ecológico, educación, paz). Me entregó una Carta excelente, que refleja de su pensamiento sobre la abolición y moratoria inmediata en relación con la pena de muerte. Espero que estas sabias directrices constituyan un gran impulso a escala mundial y en particular en los Estados Unidos de Norteamérica donde todavía, en 34 Estados –la mayoría de los cuales gobernados por republicanos- se sigue aplicando la pena de muerte. 

Sí: con el Papa Francisco nos acercamos a pasos agigantados hacia. “Paz en la Tierra”, hacia la inflexión histórica de la fuerza a la palabra.

Unos minutos de reflexión

martes, 5 de mayo de 2015

Mucha información; mucho espectáculo, deportivo sobre todo; mucho Twitter y WhatsApp; mucho smart-phone… y así nos cuelan bulos a manta y convencen a gente de buena voluntad, pero distraída en exceso. 

Unos minutos de reflexión sobre tres temas: 

I. Armas, armas, armas. Todos los grandes problemas de la Tierra (condiciones para una vida digna -alimentación, sanidad, agua….-; cuidado del medio ambiente; educación para todos; solución pacífica de los conflictos…) podrían abordarse con sólo el 40% de los ingentes recursos económicos que se aplican actualmente a gastos militares y producción de armamento (aprox. 850.000 millones de dólares al año). No me canso de repetir que mueren diariamente más de 20.000 personas de hambre, al tiempo que los gastos bélicos ascienden a 3.000 millones. 

Los productores de armamento están, desde el origen de los tiempos, promoviendo sin cesar, tampoco me canso de repetirlo, el perverso adagio de “si quieres la paz, prepara la guerra”. Y así, desde tiempo inmemorial, el poder absoluto prepara permanentemente la guerra. 

Los grupos plutocráticos (G-6, G-7, G-8,… G-20) con los que los neoliberales han sustituido a las Naciones Unidas, integran a los países ricos y representan, precisamente, a los grandes productores y traficantes de armamento. ¡Qué irresponsabilidad! Con la excusa de la seguridad (sólo se protege a menos del 30% de los habitantes de la Tierra), se siguen armando hasta los dientes. Las “campañas publicitarias” pagadas por los grandes consorcios disfrazan de “necesaria acción preventiva y disuasoria” la compra y venta de armas. Y las Naciones Unidas, marginadas, excluidas. Y, lo peor, la humanidad excluida y desatendida. Menos de 100 personas tienen una riqueza superior a la mitad de la humanidad, según OXFAM. La “seguridad” es obsesiva y muy rentable. Hasta tal punto que el Partido Republicano y su máximo exponente reciente, George Bush, han pretendido sustituir en la UNESCO la palabra “paz” por “seguridad humana”. Y es que la paz es la mayor amenaza para quienes viven de la guerra. 

Algunos ejemplos recientes que dan mucho qué pensar (citas de “El País”): 

- 11.4.2015: “Francia estrecha sus lazos con India con la venta de 36 cazabombarderos”. 

- 28.4.2015: “España quiere vender a India buques y aviones militares por 4.000 millones”. 

- 30.4.2015: “Francia eleva el gasto militar para enfrentarse al terrorismo. Hollande destina 3.800 millones más a defensa, pero mantiene su compromiso de reducir el déficit público”. 

- 01.05.2015: “Qatar se rearma con 24 cazabombarderos franceses Rafale”. Las Naciones Unidas se constituyeron, precisamente, para evitar estos disparates. Es apremiante la refundación de un multilateralismo democrático, diligente, eficaz. 

II. ¿Y los derechos humanos? Se van desvaneciendo. “¡El negocio es el negocio!” En fechas recientes hemos visto, sólo en España: 

- Que, para facilitar las relaciones comerciales con el gran dragón chino, se suprimía la justicia universal, lo que constituye una dramática reducción del ámbito de la justicia. 

 - Que, para asegurarse el contrato del servicio de tren de alta velocidad de Riad a la Meca, se olvidan del respeto a los principios éticos fundamentales y de la especial vulnerabilidad de la mujer. 

- España colaborará con Egipto en el diseño del “AVE de las Pirámides” sin tener en cuenta los “principios democráticos” que, según la Constitución de la UNESCO, “deben guiar a la humanidad”. 

No cabe duda de que los “mercados” son malos consejeros. 

III. El PIB sube y baja no por méritos internos sino por aleatorias causas externas. 
En “El País” del 2 de mayo se lee: “La economía crecerá la mitad si se revaloriza el euro y sube el petróleo”. O sea que el crecimiento anunciado, debido en cierta medida a la inclusión de la prostitución y el tráfico y consumo de drogas, no se debía a la mejora de la situación real en España sino al abaratamiento excesivo y culposo de los carburantes y a la devaluación del euro. No se trataba de haber incrementado el I+D+i o de haber establecido pautas laborales propias de la era digital… sino que los gobernantes hablan de la mejora de la macroeconomía española refiriéndose siempre al PIB, y lo hacen mirando de reojo a las últimas noticias sobre el precio del petróleo y el cambio del euro en relación a los dólares norteamericanos. 

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No cabe duda de que es imprescindible tener todos los días unos minutos para reflexionar, para no dejarnos engañar, para que podamos reaccionar, como hoy ya es debido, presencial o digitalmente.

Líneas rojas en la investigación genética

lunes, 4 de mayo de 2015

Atención: hay transgresiones inaceptables en la investigación científica y especialmente en la  genómica, según se acordó unánimemente en la UNESCO y en las Naciones Unidas en 1997 y 1998 en la  Declaración Universal sobre el Genoma Humano y los Derechos Humanos” (http://portal.unesco.org/es/ev.php-URL_ID=13177&URL_DO=DO_TOPIC&URL_SECTION=201.html ) donde se trataba, precisamente, de evitar que, gracias a la ingeniería genética, pudiera llevarse a cabo el sueño de Hitler y Mengele de hacer un ser humano “de diseño”. Lo intentaron con las técnicas propias de la genética mendeliana, y fracasaron.

En el año 1993 con el apoyo, desde el primer momento, de la Human Genome  Organization (HUGO), inicié en la UNESCO, en una Comisión presidida por la jurista Nöelle Lenoir, el proceso de elaboración de dicha Declaración. En su artículo undécimo se establece que: “No deben permitirse las prácticas que sean contrarias a la dignidad humana, como la clonación con fines de reproducción de seres humanos. Se invita a los Estados y a las organizaciones internacionales competentes a que cooperen para identificar estas prácticas y a que adopten en el plano nacional o internacional las medidas que corresponda, para asegurarse de que se respetan los principios enunciados en la presente Declaración.”.

En la Cátedra Internuniversitaria de Derecho y Genoma Humano de las Universidades de Deusto y el País Vasco, el Prof. Carlos María Romeo Casabona, ha seguido estudiando y reflejando ejemplarmente todas las vicisitudes relativas a la investigación genómica (ver “Revista de Derecho y Genoma Humano” http://www.catedraderechoygenomahumano.es/revista_sumario.asp , excelente referencia internacional al respecto). Por otra parte, los Consejos de Bioética pueden, en cada momento, revisar nuevas iniciativas y aportaciones relativas a tema tan esencial… pero está vedada “la clonación con efectos reproductivos” por las razones arriba indicadas.

Por eso es inaceptable que unos científicos chinos anuncien –“El País”, 24 y 25 de abril de 2015- que han llevado cabo experimentos de modificación genética de embriones humanos  (ver http://www.nature.com/news/chinese-scientists-genetically-modify-human-embryos-1.17378), que suscitan serios problemas éticos y están provocando respuestas que deberían ser nocivas, por parte de la comunidad científica (ver “Don’t edit the human germ line”  http://www.nature.com/news/don-t-edit-the-human-germ-line-1.17111 y “A prudent path forward for genomic engineering and germline gene modification”, http://www.sciencemag.org/content/348/6230/36 ) .

Hace ya años, en el libro “Gen-ética”, editado en colaboración con el Prof. Carlos Alonso Bedate, quedó muy clara la diferencia que, tanto en genética como en otros campos de investigación, existe entre lo factible y lo admisible. Esto no significa que haya conocimientos prohibidos sino que hay prácticas prohibidas, aplicaciones del conocimiento incompatibles con la dignidad humana, fundamento conceptual y existencial del ser, razón por la que la Carta de Derechos Fundamentales de la Unión Europea (7/12/2000) la sitúa acertadamente en primer lugar.

Una vez más, China no puede ser el gran país “opaco”. Espero que se produzca una reacción de apropiada magnitud por parte de  la comunidad científica internacional que permita encauzar un tema que, vuelvo a repetir, no admite excepciones.

Hay que respetar a las Naciones Unidas. Los neoliberales las han sustituido por grupos plutocráticos (G-7, G-8, G-9… G-20). Es apremiante ahora darle la autoridad moral y efectiva que contribuya a esclarecer cuestiones tan esenciales como ésta.