Cortinas de humo densas y oportunistas pretenden ocultar, a los pocos días de unas elecciones, la situación real y, en lugar de propuestas bien meditadas por parte de los partidos concurrentes, se aprueban en un “rodillo parlamentario” basado en mayorías pretéritas, sesgadas leyes para contribuir al “maquillaje” que se juzga más adecuado para convencer a los todavía no convencidos.
Con tapujos de última hora se pretenden remediar de golpe profundos desgarros sociales.
Con índices macroeconómicos que carecen de repercusión en la vida real de la inmensa mayoría de los ciudadanos, basándose en encuestas y más encuestas en lugar de propuestas rigurosas con soluciones tanto a escala nacional como europea y mundial, nos vemos abocados a una muy peligrosa perplejidad por parte de los votantes.
Cortinas de humo de acuerdos entre sindicatos y patronales sobre subidas salariales escasamente relevantes, al tiempo que el Presidente de los empresarios opina acto seguido que lo mejor que puede hacerse es privatizar, en la medida de lo posible, la sanidad, la educación…
Falta de decoro son las manifestaciones extemporáneas –con sonrisas indebidas incluidas- de la Vicepresidenta del Gobierno, al rendir cuentas del Consejo de Ministros, sobre la Presidenta de la Junta de Andalucía. La izquierda emergente, en lugar de presentar un claro programa de soluciones en los distintos ámbitos, se alía con la derecha radical para impedir la investidura de quien ha liderado el Partido más votado en los recientes comicios. Se alegan, por quienes en una acción sin precedentes, impiden la gobernanza en Andalucía, acusaciones de última hora, olvidando plenamente demostrados casos de corrupción, como los “gurtel”, o la “red púnica”…
Graves faltas de decoro. Tienen un alto precio. Se pagará en breve.
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