Ahora sí, “Nosotros, los pueblos…” en una gran movilización popular

viernes, 25 de mayo de 2018


Ahora sí, de forma inaplazable, son “los pueblos” los que deben tomar en sus manos, las riendas de su destino. Ahora, sí, “Nosotros los pueblos”, como lúcidamente establece la primera frase de la Carta de las Naciones Unidas, porque los gobernantes se hallan, en su inmensa mayoría, amilanados, ofuscados, silenciosos, silenciados.
 
· El pacto nuclear con Irán: Trump y Netanyahu están haciendo exactamente lo contrario de lo que se había conseguido con el Presidente Barack Obama. Y el espectro del inmenso y delictivo error y horror de la invasión de Irak se cierne de nuevo sobre el mundo entero.

· Y la apremiante acción que requieren los Objetivos de Desarrollo Sostenible y Acuerdos sobre el Cambio Climático: la puesta en práctica de ambos era la esperanza para el cumplimiento de las responsabilidades intergeneracionales, que ahora quedan de nuevo postergadas, con una amenaza especialmente tenebrosa -porque se trata de procesos irreversibles- para la calidad de vida y futura habitabilidad de la Tierra.

· Y, eso sí, los grandes productores de armas se frotan las manos, porque los presupuestos de defensa –más de 4000 millones de dólares al día al tiempo que mueren de hambre miles de personas, la mayoría niñas y niños de uno a cinco años de edad- se incrementan al ritmo trepidante de los tambores de guerra de  Trump.

· Y la tragicomedia de Corea del Norte se exhibe, antes de que fuera descubierta, como una victoria del magnate norteamericano.

· El neoliberalismo marginó el multilateralismo democrático y puso la gobernanza mundial en manos  de los grupos plutocráticos G6, G7, G8, G20… (en realidad sólo hay un G1 y un G2), que  se han revelado, como era de esperar, incapaces de formular y aplicar políticas de progreso y bienestar que respeten la igual dignidad humana.

· La brecha social no deja de aumentar, y las amenazas globales de la extrema pobreza, el cambio climático y la guerra nuclear no se están abordando a tiempo.

· Por si fuera poco, el gran dominio (militar, financiero, energético…) incluía al mediático, habiendo convertido a la inmensa mayoría de los medios de comunicación en “la voz de su amo”. Los informativos son noticieros y buena parte de sus mensajes son sesgados y no reflejan lo que realmente acontece.

· Para colmar el vaso, la represión inhumana perpetrada en Gaza por el dúo Netanyahu-Trump. ¡El Primer Ministro de Israel hablando de la “solución letal”! ¡Qué afrenta más grave a la humanidad en su conjunto! ¡Qué vergüenza…! El silencio que guardan los líderes europeos es un silencio culposo. No debemos permitirlo.

· Los seres humanos, que ahora ya pueden expresarse, gracias a la tecnología digital, se distraen (“los medios son armas de distracción masiva” ha indicado sagazmente  Soledad Gallego) y no son actores sino espectadores impasibles.

· La mujer se está convirtiendo en la “piedra angular” de la nueva era, como tan acertadamente manifestó el Presidente Nelson Mandela en 1996, porque “la mujer sólo excepcionalmente utiliza la fuerza cuando el hombre sólo excepcionalmente no la utiliza”.
  
Ahora sí, “Nosotros, los pueblos…” con grandes clamores presenciales y, sobre todo, en el ciberespacio. El único lenguaje que entendería el Presidente Trump sería que millones y millones de personas escribieran en sus móviles que, si no modifica de inmediato su política medioambiental y de habitabilidad de la Tierra para las generaciones venideras, dejarán de adquirir productos norteamericanos… Es tiempo de alzar la voz. “Nos quedará la palabra”, dijo Blas Infante.
 
Ahora sí. No podemos permanecer silenciosos. Seríamos cómplices.
 
Delito de silencio.



Otro Foro Social Mundial es necesario… ¡y posible!

jueves, 17 de mayo de 2018

Con gran interés he  leído el artículo de Aram Aharonian “Otro FSM es posible, necesario” publicado por Other News el 12 de marzo de 2018 que se refiere al primer Foro Social Mundial de 2001 y señala (¡con toda razón!) que “Es hora que el FSM vuelva a ser un actor que incida en el mundo”…
Continúa diciendo que “Después de 17 años sería hora de rever la carta de principios, adaptarla al mundo de hoy, con un listado de temas consensuados y sobre los cuales seguramente todos estén de acuerdo, como el cambio climático, las guerras, las armas, la finanza especuladora, las migraciones”.
Han pasado muchas cosas pero, a la vez, no ha pasado nada… Prueba de ello es, por ejemplo, que Trump y los líderes “blandos” que hoy proliferan en todas partes están desoyendo el mensaje riguroso y dramático de miles de científicos de 184 países que han advertido que pronto será demasiado tarde… Los intereses financieros de unos cuantos se siguen imponiendo a los intereses legítimos de “Nosotros, los pueblos”… El poder mediático es de tal magnitud que, como ha indicado recientemente Iñaki Gabilondo en relación a esta noticia: “¿Saben lo más impresionante de esta noticia? Es que no es noticia”.
Pienso, como Aram Aharonian, que “Otro mundo es posible: ese fue el disparador que enamoró a quienes luchaban contra de la injusticia y la destrucción del planeta, y el Foro Social Mundial pasó a ser desde 2001 y por varios años un punto de encuentro de los movimientos sociales contrarios a la globalización neoliberal y se constituyó en voz alternativa a las directrices del Foro Económico Mundial de Davos”… La mayor parte de los medios de comunicación son “la voz de su amo” y no le dan el relieve necesario a las advertencias tan severas que se ciernen sobre el presente y el futuro de la humanidad y de la Tierra… ni a los Foros que, como el FSM, ponen el acento en los desafíos a los que nos enfrentamos hoy y en la necesidad de hacer algo para no alcanzar puntos de no retorno… Son cómplices…
Ha llegado un momento que es crucial en la historia de la humanidad porque sabemos que en algunos aspectos podemos llegar tardíamente. Tengo que destacar, una vez más,  la figura extraordinaria del Papa Francisco: “Cuando digo hoy es hoy porque mañana puede ser tarde”. Y la del Presidente Obama: “Esta es la primera generación que se enfrenta a un reto de esta naturaleza y la última que seguramente puede resolverlo”. O sea que tenemos una responsabilidad adicional… ¿Por qué? Porque hoy sabemos que en cuestiones relacionadas con el  medio ambiente pueden alcanzarse situaciones irreversibles, como era irreversible el daño neuronal en los niños cuyo diagnóstico y tratamiento neonatal inicié en 1968 y que aconsejó la publicación del libro “Mañana siempre es tarde”. Ahora no sólo tenemos que actuar sino que, además, tenemos que hacerlo apremiados por la necesidad de hacerlo a tiempo.
En el año 2005, acompañado de José Saramago, Eduardo Galeano, Ignacio Ramonet y Roberto Savio, en Porto Alegre, con motivo del Foro Social Mundial, tuve el honor de hablar, en tan excepcional compañía, de la utopía y la política. Y fue allí donde todos coincidimos en la importancia de lograr que los llamados imposibles hoy sean posibles mañana. A este respecto les comenté cuánto me impresionaron las reflexiones que el Premio Nobel de la Paz de 1985,  Bernard Lown, hizo sobre este tema al recibir el galardón: “Los focos de la comunicación al transmitir una noticia iluminan sólo pequeños espacios del conjunto. Son los visibles. Una noticia es lo extraordinario, es lo insólito. Tenemos que cerrar los ojos y pensar en qué medida es información relevante y si merece incorporarse  como conocimiento. Para ello tenemos que saber ver no sólo lo visible sino lo invisible”. Y acabó su discurso de aceptación del Premio Nobel diciendo: “Sólo en la medida en que seamos capaces de ver los invisibles seremos capaces de hacer los imposibles”.
La utopía… Ese “imposible” convertido en “posible”… en “realidad” por la fuerza creativa que distingue a la condición humana. La utopía nos permite avanzar hacia un mañana más justo y pacífico,  hacia ese otro mundo posible que anhelamos. La utopía de la paz…  Desde el origen de los tiempos, la gran utopía ha sido la paz. Gonzalo Pontón, en una excelente intervención sobre la utopía en El Quijote, terminaba diciendo que era “la utopía de la tolerancia, del vivir juntos, del saber no sólo con-vivir, sino des-vivirse por los demás”. Pues bien, esta es, no cabe duda, la utopía original, la que proceda desde las raíces de la sociedad, desde el origen de los tiempos: la paz, la no violencia, la tolerancia. 
Hacer los imposibles, inventar el futuro, hacer realidad, por fin, la suprema utopía de la paz en estos albores de siglo y de milenio. Ese es el gran reto que tenemos ante nosotros…
Hay que ser realistas, se nos recomienda. No. Mis ojos han tenido ocasión de ver ya mucho. Y nunca vieron a un “realista” hacer nada relevante. Los realistas nunca transformarán la realidad, porque la aceptan, porque renuncian a intentar cambiarla, porque promueven el sin-remedismo y la indiferencia en lugar de la tensión  humana, de la pasión, de la compasión. Ilia Prigogine nos recordaba que nada emerge de las aguas remansadas, que es necesario el encuentro, el calor, para que una reacción tenga lugar. Es necesario el amor, la alteridad, el ser “nos-otros”, sin cesar, para que surja, al fin, el manantial tan procurado, tan soñado. 
Con la “distracción masiva” en palabras de Soledad Gallego, se trata de evitar que los seres humanos se aperciban de sus facultades distintivas y actúen libremente. Otro mundo es posible si no accedemos a estas pretensiones, si alcanzamos la soberanía personal que la educación confiere. Si hallamos tiempo para la reflexión, para la escucha, para elaborar nuestras propias respuestas. Para extraer las lecciones del pasado. Para diseñar un futuro más luminoso, a la altura de la dignidad humana. Éste es el único legado que podemos ofrecer a los jóvenes y adolescentes, a los que han llegado ya, a los que llegarán un día. Lo único que importa. El pasado sólo puede describirse. El porvenir deben escribirlo nuestros descendientes.
Ahora ya podemos decir lo que queremos. Hace muy pocos años no podíamos. Tenemos que apercibirnos del fantástico cambio que ha tenido lugar. Saber lo que acontece a escala planetaria, poder expresarnos sin cortapisas y alcanzar progresivamente la igualdad total de género, etnia, ideología, creencia. Ahora es preciso imaginar y aplicar soluciones nuevas… oportunamente.
Pensar lo que nadie ha pensado… y ver lo que otros no ven, aunque con frecuencia se trate de cosas o sucesos de nuestra circunstancia, de nuestro “circum-estare”. Julián Marías puso de relieve lo “difícil que resulta observar lo que vemos todos los días”. Detener la mirada, mirar despacio lo que nos circunda, tener tiempo para pensar… y para mirar de otra manera, con ésta “nueva mirada” que da tantos frutos, que abre tantos caminos, que ilumina tantos otros intransitados. Mirar hacia atrás (como el retrovisor)  para ver mejor hacia adelante, hacia lo único que importa: un futuro más esclarecido.
Para que esta “gestión de intangibles” llegue a ser realidad, es necesario esforzarse en mirar más allá de la peripecia diaria, más allá de las vicisitudes y los sobresaltos cotidianos. Es preciso alcanzar una visión capaz de articular lo local con lo universal, lo inmediato con lo lejano, el corto plazo con el sentido del tiempo histórico.
En su discurso de aceptación del Premio Cervantes, la poetisa cubana Dulce María Loynaz, recurrió a una cita de José Martí: “Los hombres se miden por la inmensidad que se les opone”.
Aram Aharonian se pregunta  muy acertadamente si “hay alguien que esté contra una declaración unívoca contra las guerras, contra la destrucción del planeta o contra la enorme desigualdad por la que ocho personas poseen la misma riqueza que 2.3 mil millones de personas”… y continúa poniendo de manifiesto que “no parece normal que este FSM de El  Salvador no incluya el tema del cambio climático como un eje importante, profundamente sentido por la sociedad civil”… Aharonian se detiene a analizar hasta dónde la forma en que se organizan los paneles y grupos de trabajo en el FSM son los idóneos para propiciar un debate profundo que permita la elaboración de un  documento final que integre todas las inquietudes, sensibilidades  y visiones de los problemas actuales y marque una hoja de ruta con objetivos claros y precisos. 
Defiende “la necesidad de que se crearan instrumentos para compartir porque compartir es una responsabilidad colectiva e individual de los que quieren y luchan por un mundo diferente…”. 
Termino citando las palabras del gran escritor mexicano Carlos Fuentes, en su discurso de aceptación del Premio Cervantes: “Cervantes nos dice que no hay presente vivo con un pasado muerto. Leyéndolo, nosotros, hombres y mujeres de hoy, entendemos que creamos la historia y que es nuestro deber mantenerla. Sin nuestra memoria, que es el verdadero nombre del porvenir, no tenemos un presente vivo”.
Presente “vivo”, inventando el futuro. Este es el auténtico desafío. La misión que a todos nos concierne. ¡A todos! El FSM no puede abdicar ante los grupos plutocráticos.

Presentación del libro 'Recuerdos para el porvenir'

viernes, 11 de mayo de 2018

El próximo día 17 de mayo tendrá lugar la presentación de una de mis obras más personales "Recuerdos para el porvenir. Referentes y valores para el siglo XXI", dedicado a las personas que he conocido a lo largo de mi vida y que me dejado huella. 

Las semblanzas que se presentan en le libro se refieren a quienes más han influido en mi vida, a excepción de mi madre, de mi padre, de mi mujer, hijos, nietos y bisnietos, que ocupan, lógicamente, el primer lugar, junto a los que, por su cercanía y colaboración durante muchos años, han sido, con ellos, mi «entorno», mi «con-vivencia», mis senderos iluminados en los que, de pronto, irrumpieron con singular esplendor los personajes que describo en estas páginas”. 

Fecha y hora: 17 de mayo de 2018, 19:00 h. 

Lugar: Madrid, Ateneo (calle Prado, 21)