Pánico al futuro

lunes, 28 de febrero de 2011


¡Qué maravilla, una vez más, la viñeta de "El Roto" en El País del 25 de enero!.

La confusión, las brumas en tantas dimensiones, la distracción que conduce a pasividad e indiferencia, la sustitución de los principios democráticos por los mercados,... resultan en aislamiento, en insolidaridad, en miedo. Y lo que es peor: en desconfianza en la capacidad humana para hacer frente a los retos.

Los seres humanos se caracterizan por su inverosímil facultad creadora, por poder anticiparse y prevenir, por diseñar deliberadamente su futuro. Si somos conscientes de la desmesura que estas características distintivas nos confieren, lograremos que anide en nuestras mentes la esperanza y no el pánico.

Vigías del mañana, confiados en la inmensurable fuerza del espíritu.

¿Sólo del árbol caído?

jueves, 24 de febrero de 2011

La noticia es desconcertante: Suiza embarga las rentas del dictador (tunecino)... ¿Ahora? ¡Qué vergüenza!

Recordamos, indignados, que cuando en noviembre de 2008 se procedió por el G-20 a recomendar el "rescate" de las instituciones financieras en zozobra, se aseguró que se procedería a "una rápida regulación y a la eliminación de los paraísos fiscales".

No sólo sigue todo desregulado y los paraísos fiscales colmados, sino que los "rescatados" -quiero insistir en ello- acosan ahora a los empobrecidos y diligentes "rescatadores".

En lugar de sanear y dar la exigible transparencia a los depósitos bancarios, siguen camuflándose fondos sin reparar en su procedencia. Se trata de un incesante y generalizado acopio de dinero con gran frecuencia fraudulento. ¿No deberían embargar las cuentas de todos aquellos que se refugian en los paraísos fiscales hurtando sus responsabilidades como ciudadanos democráticos?

En cuanto a los "dictadores" ahora pomposamente embargados, los occidentales han pasado, en menos de dos meses, del halago y la compraventa al público desprecio. Del abrazo al repudio.

El 80% del Ibex 35, según el Observatorio de Responsabilidad Social Corporativa de Intermón-Oxfam, tienen presencia en los paraísos fiscales a través de sociedades participadas. Eso sí: con gran despliegue burocrático se realizan auditorías minuciosas de los "pequeños gastos", de la calderilla, mientras se hace la vista gorda para las grandes sumas.

Todo esto no durará porque, al igual que se derribó a los dictadores embargados, se derribará, dentro de poco, también pacíficamente, por el ciberespacio, a quienes de esta manera afrentan a la convivencia, a la democracia.

Ya lo verán: no se permitirá por mucho tiempo que sólo se haga leña del árbol caído...

Precio del petróleo y de los alimentos... ¿volvemos a las andadas?

martes, 22 de febrero de 2011

¿No se iban a regular los mercados? ¿No se iba a poner coto a la codicia de quienes deciden a su antojo el precio de los carburantes?

Si no se detiene esta nueva e intolerable especulación, se agravará la situación, todavía muy delicada y frágil, de la economía a escala mundial.

Más inmoral todavía es la subida de alimentos esenciales para la humanidad, para asegurar una subsistencia digna a tantos y tantos habitantes de la tierra.

Y, para ello, está claro, no valen los G-20, ni los G-2 ni el G-1. Sólo "los pueblos". Todos los pueblos, para que la vergüenza colectiva que representan las abismales diferencias entre una minoría privilegiada y una gran mayoría menesterosa, hasta el punto de morir más de 70.000 personas de hambre cada día, desaparezca de una vez con el apoyo entusiasmado de todos a través de unas Naciones Unidas, reforzadas dotadas de todos los medios necesarios y con gran respeto institucional.

La escalada actual debe atajarse de inmediato antes de que se descorazonen -¡otra vez!- quienes viven al límite de la igual dignidad humana.

Seguridad alimentaria.

Seguridad medioambiental.

No cesaremos de reclamarlas.


Si es necesario, seremos miles y miles los que produciremos el clamor ciberespacial que permita, con una gran movilización popular, que "el gran dominio" no vuelva a las andadas.

Dakar, Foro Social Mundial

miércoles, 16 de febrero de 2011

Porto Alegre, Bombay, Nairobi... y, en 2011 (6-13 de febrero) en Dakar, Senegal. En diciembre tuvo lugar en Santiago de Compostela el Foro Mundial Educativo...

Participaron unas 50.000 personas, procedentes de 130 países representando a unas 1.200 organizaciones. Las autoridades de Senegal no dieron facilidades para la reunión de "los pueblos", pero el encuentro de tantas gentes de buena voluntad, profundamente diversas pero unidas por los mismos anhelos, ha sido un gran éxito. Han expresado sus puntos de vistas, han contado lo que sucede en los lugares de la tierra en donde viven, han compartido experiencias, han gritado justicia y paz, serenamente, firmemente.

Cientos de actividades "autogestionadas", de pronunciamientos, de declaraciones. Los medios, con alguna excepción que se agradece, han prestado, como era de esperar dada su "pertenencia", escasísima atención al Foro Social. No importa. Lo cierto es que Davos se desvanece con los últimos latidos "globalizadores" y Porto Alegre, representado esta vez en Dakar, crece vigorosamente.

Normalmente, las noticias hacen hincapié en las protestas -tan lógicas puesto que proceden de los desheredados de la tierra o de quienes actúan en su nombre- y obvian las propuestas. Excelentes propuestas algunas de ellas, basadas en un nuevo modelo de crecimiento sostenible beneficioso para todos y comprometido con las generaciones venideras. Este sistema, claro está, es incompatible con los inmensos dispendios actuales en armas, con la deslocalización productiva guiada por la codicia, con los paraísos fiscales... Los pobres quieren jugar limpio.

Propuestas concretas sobre energías renovables, sobre fondos procedentes de las transacciones electrónicas, sobre la sustitución del Consenso de Washington por el de Barcelona, adaptado a la situación actual... de la que el Consenso de Washington es responsable en buena medida.

Quieran reconocerlo o no los que siguen anclados en el pasado y en sus privilegios, se han presentado propuestas muy concretas para evitar nuevas crisis, especialmente otra crisis alimentaria, la peor de todas, la que más sufrimientos conlleva y heridas deja sin cicatrizar: la comida, el agua y la salud no deberían estar sometidas a los criterios estrictamente económicos de los "bienes de consumo". La regulación de la "cadena alimentaria" es una exigencia de la justicia y del buen sentido, para evitar la cólera popular.

Amo a África muy en particular, por el temple, por la sabiduría, por la deliberada capacidad de olvido de sus gentes. Por ello, he luchado y lucharé en favor del África emancipada, tanto tiempo sometida y humillada.

Recorriendo las calles y la "corniche" de Dakar -a un tiro de piedra de la isla de Goré, donde la trata de negros alcanzó indecibles límites de perversión- pensé en el "elogio del discurso inútil", de Pietro Barcellona. Aparentemente inútil, provisionalmente inútil tan sólo... porque tendrá un efecto multiplicador y movilizador extraordinario.

Ahora las propuestas y protestas hallarán amplia repercusión en el ciberespacio. Como en el norte del continente africano, la población fortalecerá la democracia y terminará con el autoritarismo y la arbitrariedad. En muy pocos años, el Foro Social Mundial habrá ganado la partida gracias a la moderna tecnología de la comunicación.

Como escribí en homenaje a José Vidal Beneyto, "Del Sur viene la savia. / Del Sur llega el amanecer para tantos seres humanos cansados de transigir"...

"En las calles de Túnez y El Cairo, y de otras muchas ciudades africanas, dijo el Ex Presidente Lula en Dakar, está naciendo una nueva esperanza. Millones de personas se levantan contra la pobreza a la que están sometidos, contra la dominación de los tiranos, contra la sumisión de sus países a las políticas de las grandes potencias". El Presidente Wade, con una posición muy divergente, indicó su desacuerdo con el movimiento antiglobalización, "aunque comparte con sus integrantes la idea de cambiar el mundo"[1].

La XI reunión del Foro Social ha demostrado que puede convertirse en realidad el sueño con que nació en Porto Alegre: "Otro mundo es posible".

No son balas lo que necesitan, es pan y justicia

jueves, 10 de febrero de 2011

La reacción de la Unión Europea ante las movilizaciones de Túnez y Egipto ha sido impropia de una gran asociación regional, poniendo de manifiesto que carece todavía de política exterior conjunta, de seguridad propia, de defensa, etc. Una vez más, los desafíos descubren las extraordinarias carencias de lo que sigue siendo, con muchos parches aún, una comunidad económica. Es triste que lo único que se les haya ocurrido es reforzar la capacidad defensiva de la ribera norte del Mediterráneo para contener las movilizaciones sociales del sur. ¿De verdad no se dan cuenta de que lo que está sucediendo es una gran participación ciudadana favorecida por el ciberespacio? ¿De verdad no se dan cuenta de que lo que expresan los ciudadanos de estos países es que desean, precisamente, un cambio de sistema y de "colonización" por parte de quienes hasta ahora se han atribuido funciones de gobernación a escala mundial? ¿De verdad no se dan cuenta en Bruselas y en Washington que lo que existe en esos países son ganas de libertad, de participación democrática, de justicia social y de calidad de vida para todos?

Los que vivimos en el barrio próspero de la aldea global no llegamos al 20% de la humanidad. El resto, en un gradiente progresivamente inferior, viven en difíciles condiciones y a veces exclusivamente tratan de sobrevivir. He repetido hasta la saciedad que constituye una auténtica vergüenza colectiva que sigamos invirtiendo 4.000 millones de dólares al día en gastos militares y armas cuando más de 70.000 personas mueren de hambre en un auténtico genocidio de olvido y desamparo. Ahora lo que leemos en la prensa (El País, 5 de febrero de 2011) es que "La OTAN alerta a Europa de los efectos de la revuelta y pide más inversión en defensa"!! ¿Dónde han ido a parar la mayor parte de las importantes ayudas que los EE.UU. han dado a Egipto? Han vuelto a los EE.UU. en adquisiciones de material militar, para encanto y beneficio de, entre otras empresas, Lockheed Martin y General Dynamics...

No: es un tremendo error pensar que lo que debe hacer Europa es incrementar todavía el potencial militar y el de los regímenes existentes en esos países. Lo que debe hacer es volcarse, de una vez, ayudando a su desarrollo económico sostenible; favoreciendo una mayor participación en la explotación de los recursos naturales de tantos y tantos lugares del mundo que se han visto empobrecidos por la rapacidad del "Norte". No requieren más inversión en defensa, si no en "vida". Lo que Occidente necesita ahora es una rapidísima revisión de los arsenales militares la mayoría de ellos abarrotados de artificios bélicos propios de guerras pasadas; la destrucción definitiva de las ojivas nucleares; el rápido aumento de las fuentes energéticas sostenibles para moderar el consumo y el "poder" del petróleo; unas Naciones Unidas fuertes para poder intervenir rápidamente en derivas inaceptables de violencia y extremismo; coordinación a escala global de todos los recursos tecnológicos y personales para hacer frente a las catástrofes naturales o provocadas...

Lo que Europa necesita es anticiparse a las "revueltas" que, en muy poco tiempo, van a tener lugar, gracias a la participación no presencial, en todas partes del mundo, incluida Europa, que ya no aceptará el espectáculo lamentable, del acoso de los especuladores, de las democracias que por la "presión" del mercado" deben abandonar o disminuir sus programas de acción social.

"Europa debe estar lista para defenderse ante nuevas amenazas. Europa no puede permitirse descuidar la defensa", advirtió el Secretario General de la OTAN, Anders F. Rasmussen. Las amenazas no son ahora de guerra, sino de orden social, de reivindicaciones que les permitan una vida digna. Europa no necesita reforzar su mano armada sino su mano tendida.

Tampoco se trata de una mayor "ciberdefensa". De momento, aconsejo que se escuche... y se adopten las adecuadas medidas preventivas. La prevención es la mayor victoria.

Europa no debe buscar nuevos "socios militares" porque estos no servirán, ante los presentes desafíos, para esclarecer horizontes turbulentos. Haría mejor en aplicarse la profecía de Isaías: "Cuando partas tu pan con el hambriento, tu oscuridad se volverá mediodía ".

Y, a pesar de todo, estamos viviendo momentos fascinantes

martes, 8 de febrero de 2011

Porque, por primera vez, los cambios radicales que la responsabilidad ciudadana exige son posibles.

Es cierto que nunca como ahora ha existido tal concentración de poder (económico, militar, energético, mediático...) que se ha traducido, en poco tiempo, en situaciones y sucesos que constituyen auténticos -y a veces inéditos- desafíos, como el acoso de los mercados y de los especuladores a la acción de los políticos; el consumo de petróleo que, a pesar del efecto nocivo del anhídrido carbónico en el medio ambiente, sigue aumentando, al igual que su precio, poniendo de nuevo en peligro los tímidos avances de la regulación financiera a escala mundial; no se ha detenido la explotación de los recursos naturales de tantos países del Sur, progresivamente empobrecidos por la codicia sin límites de consorcios multinacionales (el coltán en el Congo, sigue siendo por desgracia un detestable ejemplo); los paraísos fiscales no sólo no han desaparecido sino que se hallan colmados; de los tráficos a escala supranacional, que se realizan en medio de la mayor impunidad, el de las drogas es particularmente nocivo, por resistirse a aceptar que el precio no tiene el menor carácter disuasorio, llegando su impacto a desencadenar un auténtica guerra civil en algunas regiones del mundo...

Y todo ello acompañado de la marginación progresiva de las Naciones Unidas y su sustitución por grupos plutocráticos carentes de una mínima organización institucional; de una deslocalización productiva con graves repercusiones laborales en tantos países; de un poder mediático que nos reduce a la condición de simples espectadores atemorizados y uniformizados...

Como trágico balance, hambre, hasta el punto de morir de inanición más de 70.000 personas al día, al tiempo que, ya armados hasta los dientes, seguimos aumentando la vergonzosa cifra de 4.000 millones de dólares al día en gastos militares, aviones, tanques, cohetes y ojivas ...

Pero, por primera vez en la historia, los ciudadanos van adquiriendo conciencia global, conocen la "realidad real", como diría Gabriel García Márquez, que les permite comparar y apreciar lo que tienen, y lo que les falta a ellos y a los demás. Esta "visión global" tiene un efecto transformador extraordinario a escala personal. Los seres humanos son progresivamente, habitantes "enterados" del mundo en el que viven. Y, también, muchos en pocos años, gracias a la moderna tecnología de la comunicación, van siendo capaces de expresarse, de implicarse, de actuar, de participar. Ya he dicho en muchas ocasiones que esta participación no presencial produciría, muy rápidamente una mejora sustantiva de la democracia y de la capacidad activa y proactiva de los ciudadanos y, sobre todo, de la juventud. Acabamos de ver lo que ya habíamos contemplado con singular esperanza en el caso de Irán: la movilización que puede efectuarse pacíficamente desde el ciberespacio.

Sí: vamos dejando de ser testigos impasibles para provocar los cambios que eran nuestro anhelo, nuestro sueño. Procuraremos una rápida modificación de los "grandes poderes" actuales. Tomen nota: la "marea" de la movilización a través de Internet y de la telefonía móvil no sólo se dedicará a cambiar situaciones de particular agravio, de tiranías, de sistemas opresivos. Irá mucho más lejos, hasta conseguir transformaciones tan necesarias y apremiantes para la dignidad humana, como la reparación de los desgarros sociales, una adecuada calidad de vida para todos (acceso al agua, a los alimentos, a la salud, a la vivienda digna...), con la reducción urgente del peligro nuclear y de los desaforados gastos militares correspondientes a guerras pretéritas...

Pero, sobre todo, fomentaremos la prevención, la adopción de medidas antes de que los llamamientos a la justicia, a la libertad y a la solidaridad puedan transformarse en ira, en violencia. En muy poco tiempo, a través del ciberespacio se promoverá la adopción de medidas anticipadas, la imaginación. Porque frente a los que no quieren cambiar nada, la única forma de procurar el cambio es lo inesperado, es la invención del futuro. Lo inesperado es nuestra esperanza. Me gusta repetir la recomendación de Amin Maalouf: "Situaciones sin precedentes requieren soluciones sin precedentes". La Presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, dijo en el acto de su toma de posesión que para convertir los sueños en realidad era necesario "sobrepasar los límites de lo imposible". Los imposibles de hoy pueden ser posibles mañana cuando seamos capaces de vencer la inercia y facilitar la evolución, es decir, conservar lo que debe conservarse y cambiar rápidamente todo lo que debe modificarse.

Estamos viviendo momentos fascinantes: tenemos la posibilidad de participar; presidentes de raza negra se hallan al frente de los destinos de Norteamérica y de Sudáfrica; se ha incrementado la longevidad, especialmente en los barrios más prósperos de la tierra, que ahora se extenderá sin pausa a todos los demás; se desmoronó la Unión Soviética, carente de libertad; se ha desmoronado ahora el capitalismo, carente de igualdad y de justicia...

Ya percibimos una aire nuevo, el del siglo de la gente. Se inicia una nueva era. Un nuevo comienzo.

¡La incontenible marea del ciberespacio ha comenzado!

martes, 1 de febrero de 2011

La movilización popular se ha iniciado.

Los que siguen especulando en los estertores de la “globalización”, los de Davos… están, en general, fuera de la nueva realidad: los ciudadanos empiezan a expresarse a través de la moderna tecnología de la comunicación. El tiempo de la resignación y del silencio ha concluido.

No han sabido escuchar: hace años que vengo repitiendo, con muchos otros, que la participación no presencial a través de la telefonía móvil y del internet representaba un hecho histórico, que ampliaba en gran manera la capacidad “democrática” de la ciudadanía, ceñida hasta entonces, en el mejor de los casos, a la votación en las urnas. Pero, añadía, una democracia genuina consiste no sólo en ser contado en las elecciones sino en contar, en ser tomado en cuenta permanentemente. ¡La voz del pueblo! ¡”Nosotros, los pueblos…!” como lúcidamente proclama la Carta de las Naciones Unidas.

Naciones Unidas que han sido por cierto, postergadas a agencia humanitaria internacional y a ser refugio institucional de conveniencia, confiriendo el poder a grupos integrados por los países más ricos (G6, G7, G8… G20). Desde que sustituyeron, mediada la década de los 80, los valores (justicia social, equidad, solidaridad…) por el mercado y la “democracia” que representaban las Naciones Unidad por la plutocracia, estaba claro que las asimetrías se agrandarían, que se deslocalizaría la producción, que los paraísos fiscales rebosarían en lugar de desaparecer de una vez, que los tráficos a escala supranacional (drogas, armas, personas…) no tendrían castigo, que los flujos financieros no se regularían…

Pero en vano.

En muchos países -¡hasta en Irán!- se empezó a ver la capacidad movilizadora del ciberespacio. Ahora se extiende por el Magreb. Ojalá sea pacífica y no se reprima violentamente lo que hubiera debido preverse.

Y, sobre todo, que se adopten rápidas medidas por los grandes responsables de la situación actual, particularmente por el “gran dominio” (energético, militar, económico, mediático): cuando se desmoronó el muro de Berlín y, con él, por la magia de Mikhail Gorbachov, el imperio soviético, advertí que si no se enderezaban rápidamente las tendencias, pasaría lo mismo, en pocos años, con el imperio “occidental”. “Se ha hundido un sistema que, basado en la igualdad, se olvidó de la libertad. Ahora, si no cambia radicalmente, se hundirá un sistema que, basado en la libertad, se ha olvidado de la igualdad. Y de la justicia”.

Los explotados, los frustrados, los pobres y empobrecidos, los humillados pueden ahora hacerse oír y “ver”. Hasta hace poco el ámbito era local y las causas de las protestas eran también “locales”. Ahora son causas mundiales y el acoso intolerable de los mercados a la acción política se ha generalizado.

¡Qué fácil resulta hoy comprobar que los mismos que han provocado esta situación acusen a los líderes de los países afectados por la “marea”!. Será mejor que vayan tomando inmediatas decisiones correctoras, porque la movilización ciudadana, como incontenibles aguas altas –ojalá no sean tsunamis- ya no se detendrá.

Nos acallaron pensando que nuestra voz era autópica, irrelevante, molesta pero modesta… en lugar de darse cuenta de que se trataba de un proceso de movilización progresiva a todas las escalas.

Recuerdo cuando, hace ya muchos años, nos llamaban “buenones” a los que, desde posiciones de responsabilidad mundial, preconizábamos la rápida reforma de las Naciones Unidas para que pudiera convertirse en realidad el papel de la ciudadanía que el Sistema de Naciones Unidas representa y promueve, inspiradas por la Declaración Universal de los Derechos Humanos.

No miren ahora hacia otro lado. Más vale prevenir que remediar. Aceleren el cambio. Se producirá de todas maneras. Piensen en la incontenible marea…