¡Atención!: “¡la voz de su amo” nos invade!

viernes, 31 de diciembre de 2010

CNN+ también “absorbido”. ¡Ojo!...

El poder mediático está resultando uno de los tentáculos más peligrosos del “gran dominio”: especulación, “calificaciones” interesadas, sesgadas, tanto en economía como en educación, uniformización … y, lo peor, difundir informaciones que no reflejan la realidad sino la ideología del “amo”. Y cada vez vemos a los mismos “amos” acaparar mayor número de medios.

La televisión, prensa… ofrecen, en general, una peligrosísima información parcial y partidista a una ciudadanía que, también en general, está desorientada porque, con buena voluntad, acepta las noticias que recibe.

La televisión, por ejemplo: en España hemos asistido en los últimos meses a la “absorción” de la “Cuatro”… y ahora de la CNN+! Con excepción de la TV pública, la objetividad de la televisión está evolucionando como en Italia o en los Estados Unidos… .

Lo mismo sucede con la prensa. Incluso periódicos tradicionalmente “independientes” son ahora “globales”.

Reaccionemos y fomentemos la autonomía de los medios de comunicación. Es fundamental para una democracia genuina. El poder ciudadano no puede seguir impasible, indiferente. Es escandaloso ver la fidelidad de los medios a sus “patrocinadores”, normalmente con miras electorales.

Las excepciones son cada vez más escasas. Aquellos ciudadanos –insisto en ello- que leen diarios o ven canales de televisión absolutamente carentes de objetividad, “desenfocados”… se instalan permanentemente en la mentira.

Necesitamos, tenemos derecho a una información veraz. “En época de mentiras, contar la verdad es un acto revolucionario”, escribió Georges Orwell. Pues bien: por un mañana mejor, pensando en las generaciones venideras, en la voz que les debemos, tenemos que iniciar la “revolución pacífica” de decir la verdad, de tener acceso a una información que refleje rigurosamente lo que sucede, que nos permita analizar y comparar.

Recuerdo en este punto, por cierto, un refrán francés que dice: “Al analizar, nos desolamos. Al comparar, nos consolamos”.

¿Seguiremos de espectadores impasibles? ¿Hasta cuándo?

En un excelente discurso, el 28 de octubre pasado, decía el excelente periodista Ignacio Ramonet: “Con unos grandes conglomerados de comunicación de talla continental y hasta planetaria quieren convertir el periodismo en un entretenimiento domesticado, en una aborrecible simplificación de la realidad. Lo importante se diluye en lo trivial y el sensacionalismo sustituye a la explicación. El periodista debe reafirmar su rabiosa voluntad de saber y comprender para poder transmitir”.

Este es el periodismo que hoy reclamamos y exigimos. O lo tenemos, o dejaremos de adquirir las publicaciones y los productos que se anuncian en canales de televisión “dependientes”.

El poder ciudadano no tardará en manifestarse.

¿Quién dice que no hay líderes?

martes, 28 de diciembre de 2010

Leyendo el artículo de Johan Galtung sobre Wikileaks – titulado “Weeklyleaks”- publicado por Roberto Savio en “Other news” me iba llenando de esperanza al tiempo que se afirmaba mi convicción de que debemos, todos lo que podamos, contribuir a los cambios apremiantes que pueden iluminar los horizontes de la humanidad, hoy tan sombríos.

Reflexionemos –“bien masticaíto”, como decía el Piyayo- sobre sus análisis y propuestas, tan lúcidos, tan reconfortantes, y decidamos unir nuestras fuerzas, especialmente en el ciberespacio, para derribar los muros informativos y superar los obstáculos de toda índole que se oponen a la mayúscula rectificación que tenemos que acometer sin demora pensando en las generaciones venideras.

No estamos dispuestos a permitir que sigan desoyendo a líderes como Johan Galtung, que continúen –el “gran dominio” energético, mediático, militar y económico está en muy pocas manos- forzando a la humanidad entera a discurrir por la única salida del mismo sistema que nos ha conducido a la gravísima crisis democrática, ética, social y medioambiental que estamos padeciendo.

Wikileaks descubre una diplomacia de rumores, cotilleos, intereses, presiones e influencias. “¿Dónde están las ideas positivas? ¿Dónde están las ideas sobre cómo convertir los desafíos, como el del cambio climático, en cooperación para mutuo e igual beneficio?”, se pregunta Galtung.

Existen alrededor de 2.000 naciones en el mundo y sólo 200 Estados, lo que implica que la mayoría de ellos incluyen a varias naciones.

Después de revisar las alternativas estatales y nacionalistas, describe el “sistema sostenible” que debería proteger un medio ambiente habitable y cumplir las cuatro necesidades humanas básicas: sobrevivir, bienestar, identidad y libertad.

Puesto que la violencia es la consecuencia de conflictos no resueltos, la clave de la sobrevivencia es la resolución de conflictos.

Existen los recursos necesarios para garantizar el bienestar de los pueblos, satisfaciendo sus necesidades fundamentales en alimentación, vivienda, salud y educación. El único problema es su distribución extremadamente desigual.

“Una identidad global –escribe- requiere unidad en la diversidad, apreciando la rica variedad de expresiones culturales al tiempo que se reconoce que su objetivo común es la felicidad humana”.

Libertad significa disponer de opciones para elegir, cada uno, culturas y estructuras. La libertad impulsa la creatividad sin límites de la especie humana…

Basándose en el artículo 28 de la Declaración Universal[1] –derecho a vivir en estructuras domésticas y planetarias que hagan posible el ejercicio de los Derechos Humanos- Galtung propone una Federación Mundial, principalmente de regiones y grandes Estados…

Y está claro – añade- que no es el tipo de gobernación en la que el interés nacional prima a cualquier precio, el que puede ser la solución y conducir a esta federación a escala global.

“Los diplomáticos de los documentos Wikileaks pertenecen a una era del sistema estatal que tenemos que sobrepasar, dejar atrás”. No deben seguir ocultando su incompetencia en los velos del secreto. Democracia significa transparencia y no “juegos feudales”.

Y concluye: “Gracias Wikileaks. ¡Conviértete en Weeklyleaks (información “semanal”). Te necesitamos”.

No hay duda sobre lo que debemos hacer: volver a situar los principios democráticos donde los “globalizadores” pusieron el mercado; agruparnos, todos distintos pero asociados por unos valores universales compartidos, y refundar unas Naciones Unidas que permitan ir construyendo esta federación mundial, esta coordinación que nos proporcione rumbo e ímpetu, que es hoy el sueño de tantas personas conscientes de que los caminos actuales sólo llevan al abismo. Los del mañana, los señalan personas como Johan Galtung. Sigámosle.

¡Indígnese usted!

jueves, 23 de diciembre de 2010

Stéphane Hessel acaba de publicar un librito -excelente idea para la difusión de mensajes de gran calado- en el que nos invita a no resignarnos, a indignarnos.

Ya lo ven: la colección está dedicada a "los que caminan a contraviento", nombre que se dió a los Omahas, pueblo indio de Norteamérica cercano a los Sioux.

Stéphane Hessel, a los 93 años, en su "última etapa", reclama, volviendo a sus raíces, un compromiso público de resistencia, de defender la dignidad humana en todo momento, de no ser testigos impasibles y adormecidos.

"Necesitamos, hoy más que nunca, los principios y valores que nos guiaron y debemos velar juntos para que nuestra sociedad no abdique de los mismos". Y menciona el tratamiento a los inmigrantes, los logros de la seguridad social, el inmenso peligro de unos medios de comunicación en manos de los más acaudados...

Y sigue: es imprescindible "la instauración de una verdadera democracia social y económica, en la que los intereses particulares se subordinen al interés general”... y se asegure la “libertad de prensa, su labor de independencia en relación al Estado, los poderes económicos y las influencias extranjeras"...

Si hay una persona con autoridad moral para hacer estas reflexiones y ser escuchado es Stéphane Hessel, el único co-redactor de la Declaración Universal de los Derechos Humanos que vive, lúcido, que nos llama, por el apremio de los años y las circunstancias actuales, a la "insurrección pacífica". ¿Fue él quizás quien en el 2º párrafo del preámbulo de la Declaración Universal escribió que los seres humanos pueden verse "compelidos" a la rebelión?"

"La indiferencia, advierte, es la peor de las actitudes". Debemos reaccionar.

Liberado a última hora de los campos de concentración de Duchenwald y Dora, Hessel nos da la lección suprema de su imparcialidad cuando confiesa que su "principal indignación la constituyen hoy Palestina, la Banda de Gaza, Cisjordania... donde el ejército israelí ha actuado de manera absolutamente condenable: 1.400 muertos del lado palestino frente a 50 heridos del israelí... Que los judíos perpetren crímenes de guerra es inadmisible", concluye.

Y añade: "Estoy convencido de que el porvenir pertenece a la no-violencia, a la conciliación entre culturas distintas".

“A quienes construirán el siglo XXI les digo con gran afecto: crear y resistir. Resistir es crear".

Al acabar de leer estos mensajes tan oportunos, he pensado en la sabiduría de mi madre, que me aconsejaba descansar lo justo y dormir lo imprescindible para aprovechar el misterio de la vida, cuando a finales de los años 40 (tenía yo 16) me recomendaba: "Si quieres ser feliz, no aceptes nunca lo que consideres inaceptable".

Sí: ¡indignémonos!

"No tengamos tanta paciencia", decía José Saramago.

Gracias, Stéphane Hessel: ojalá viva todavía cuando se inicie la insumisión pacífica que preconiza.

Aunque, esté donde esté entonces, sentirá la brisa de nuestra gratitud.

¡Basta!

martes, 21 de diciembre de 2010

Ha llegado el momento de plantanse, de decir con serenidad y firmeza que la humanidad no puede seguir padeciendo los inacabables estertores de un sistema que ha desembocado en la gravísima y múltiple crisis actual (social, financiera, alimentaria, medioambiental, política, democrática, ética...).

Ha llegado el momento de la movilización ciudadana frente al "gran dominio" (económico, energético, militar, mediático), de tal modo que se inicie sin demora la gran transición desde una economía de especulación y guerra (4.000 millones de dólares al día en armas y gastos militares al tiempo -no me cansaré en insistir en ello- que mueren de hambre más de 70.000 personas), a una economía de desarrollo global sostenible, que reduzca rápidamente los enormes desgarros y asimetrías sociales y el deterioro progresivo (que puede alcanzar límites irreversibles) del entorno ecológico.

Ha llegado el momento de impedir y sancionar el acoso que el "mercado", a través de conspicuas agencias de "calificación", ejerce sobre los políticos, "rescatadores" empobrecidos que deben aplicarse, a riesgo de hundimiento financiero, a recortar sus presupuestos. Los que preconizaban "menos Estado y más mercado", asegurando que se autorregularía y que se eliminarían los paraísos fiscales, deben rectificar públicamente y corregir los graves desperfectos ocasionados.

Ha llegado el momento de sustituir los grupos "plutocráticos" que iniciaron el Presidente Reagan y la Primer Ministro Tatcher, que han demostrado su total inoperancia, por unas Naciones Unidas fuertes dotadas de los recursos personales, técnicos y financieros que le permitan cumplir su alta misión (de seguridad internacional; de garante de los principios democráticos; de la libertad de expresión y de acceso a una información veraz; de acción coordinada para reducir el impacto de catástrofes naturales o provocadas; de atención medioambiental; de pautas de desarrollo social y económico oportunamente aplicadas)...

Ha llegado el momento de pasar de súbditos a ciudadanos plenos; de silenciosos a participativos; de espectadores a actores... ahora que las posibilidades de participación no presencial que ofrecen las modernas tecnologías de la comunicación lo permiten.

Ha llegado el momento, sobre todo, a través del ciberespacio de desentumecer nuestros cuerpos amilanados; de despertar en un nuevo día en que las riendas de nuestro destino común ya no estén en las mismas seculares manos.

La comunidad académica, científica, artística, intelectual en suma, debe liderar este proceso que permitirá en menos de diez años llevar a cabo el "nuevo comienzo" que la Carta de la Tierra preconiza.

Ha llegado el momento de plantarse, de alzarse -como nos pidió José Ángel Valente en su verso-, de no cejar.

Ha llegado el momento.

A vuela pluma

viernes, 17 de diciembre de 2010

1. Primer Ministro Cameron. El Gobierno inglés -cuyo programa adoptó como modelo de forma precipitada el líder de la oposición en España- está tomando unas medidas que producen auténtico vértigo. La reacción no se ha hecho esperar: centenares de miles de manifestantes, se oponen a que los recortes drásticos decididos por el Primer Ministro afecten a lo que constituye, sin duda, uno de los grandes pilares del desarrollo.

Recomendación: no tocar educación, investigación e innovación, salud, ni -sobre todo- la compensación mínima a las familias sin ingresos. Hagan lo que quieran, modifiquen otras prioridades y consigan -con la creación de un fondo de solidaridad o fuentes financieras alternativas mediante tasas específicas, por ejemplo- que no se anule o decrezca lo que es una contribución mínima para la "igual dignidad humana".

Señor Presidente del Gobierno español: después de la explosión de la "burbuja" que usted no produjo y no pudo o no supo deshinchar, no quite esta ayuda esencial que usted mismo acertadamente creó. Y, en particular, ¡no imite al Primer Ministro inglés!.


2. Controladores aéreos. Todo el país -sobre todo los centenares de miles de ciudadanos afectados- suspiró agradecido cuando el Gobierno, actuando con energía, restableció uno de servicios más esenciales (a parte de las cuestiones de seguridad nacional y personal que conlleva).

Pero, claro está, a la oposición no le gusta que el Gobierno haga algo bien. Y, de manera intolerable, desean "sacar renta política de la situación", según otro título de la prensa del día 11 de diciembre.

Tamibién está claro que, además de no aportar nunca alternativas ni dar soluciones -seguramente porque carecen de ellas- son incapaces de arrimar el hombro cuando tiene lugar una situación de tanta gravedad, que se ha superado con rapidez.

¿Qué hubieran hecho ellos? Porque, a la vista de la persistente incapacidad para presentar propuestas de acción, la respuesta se adivina estremecedora.


3."La Princesa Leticia, de incógnito", es el titular, acompañado de una gran fotografía, en la portada de "Hoy corazón" del 11 de diciembre.

Me parece muy bien que la princesa Leticia vaya de incógnito por Madrid, de "compras navideñas", paseando... No tengo absolutamente nada que objetar.

Lo único que no pega es lo de "incógnito". Constituye una contradicción total.

La Real Academia Española da la siguiente definición de "incógnito": ... especialmente aplicado a la situación de un personaje público que actúa como persona privada".

Si hace un reportaje de la Princesa paseando por las calles de Madrid, no corresponde decir que iba "de incógnito".

"Trichet apremia a España a reformar las pensiones para apaciguar los mercados (sic)"

jueves, 16 de diciembre de 2010

Sigue así la información de "El País" el mismo día 11 de diciembre: "El riesgo español y portugués vuelve a subir tras mejorar la semana pasada"...

¿Dónde están los que hablaban hace pocos meses de que necesitábamos "menos Estado y más mercado"? ¿Dónde están los que hablaban de la auto-regulación de los mercados y de la desaparición de los paraísos fiscales?. ¿Qué dicen ahora los que ponían de ejemplo a Irlanda? Los "rescatadores" se han empobrecido y los "rescatados" mandan actualmente hasta en aspectos tan específicos de cada país como las pensiones...

"El objetivo es ganar credibilidad en los mercados para que las turbulencias financieras no vuelvan". No, de ningún modo: el principal objetivo es la justicia social, el bienestar de los ciudadanos, la solidaridad internacional. El objetivo no puede ser el insaciable apetito de los mercados.

Es urgente que la Unión Europea diga "¡basta!". Si no lo dicen los líderes, lo dirá el pueblo en poco tiempo, finalmente insumiso y no resignado a ser espectador impasible de tanto estropicio, con incalculables consecuencias sociales y medioambientales.

¡Qué disparate fue "globalizar el mundo" dejando al margen los principios democráticos!.

Vargas Llosa, montera en mano

Primero, enhorabuena de todo corazón a uno de los maestros del castellano de todos los tiempos. Le admiro profundamente como escritor. Su obra literaria es ciertamente excepcional.

Comparto algunas de sus opiniones. Disiento de muchas.

Y lamento que, al día siguiente de recibir el Premio Nobel, ocupe portada del ABC montera en mano.

Prefiero la fotografía a toda página de éste y otros rotativos donde se le ve recibiendo el más preciado galardón de la mano del Rey Carlos Gustavo. Prefiero cuando se dice que el Comité Nobel le equiparó a Balzac, Tolstoi y Faulkner.

¿Por qué montera en mano? Lo suyo no es esto. Lo suyo es escribir.

La silla vacía de Liu Xiaobo

miércoles, 15 de diciembre de 2010

La silla vacía de Liu Xiaobo. "Yo no tengo enemigos", es el mensaje del Premio Nobel chino ausente. Oslo ha recriminado "cautelosamente" a las autoridades chinas recomendándoles que mejoren sus hábitos democráticos, y los poderosos -!que pretenden gobernar el mundo!- han realizado su gesto habitual de mirar hacia otro lado.

Son demasiados los intereses -financieros, productivos...- para que se atrevan a encararse al gigante inexpresivo que ellos mismos han generado. Las "grandes marcas" también producen allí, con una codicia ilimitada. Y todos calladitos y sonrientes. Como los centenares de millones de personas del pueblo sometido.

Liu Xiaobo: gracias, porque su silla no estaba vacía. Somos muchos los que la hemos visto llenísima. Los que pensamos que, a partir de ahora, nuestros esfuerzos en favor de un cambio radical desde una economía basada en la especulación y la guerra a una economía de desarrollo global sostenible; desde una cultura de imposición y fuerza a una cultura de diálogo, conciliación y paz, se redoblarán... porque su silla estaba sólo aparentemente vacía.

Wikileaks, bravo!

martes, 7 de diciembre de 2010

“Mi Señor, ayúdame a decir la verdad delante de los fuertes”.

Mahatma Gandhi

¡Claro que la información debe difundirse!

En el Artículo primero de la UNESCO, Organización de las Naciones Unidas que tuve el honor de dirigir durante varios años, se dice que garantizará “la libre circulación de las ideas por la palabra y por la imagen”. Libertad de expresión, de información, de acceso.

De los cientos de miles de documentos “clasificados” que han sido difundidos por Wikileaks, unos revelan datos sobre el ejército de los Estados Unidos procedentes de comunicaciones dirigidas al Pentágono. Otros se refieren a “filtraciones” de mensajes enviados por distintos Embajadores al Departamento de Estado norteamericano. Y sólo este conocimiento tiene un valor incalculable para, entre otras cosas, mejorar el servicio diplomático y de información militar. A partir de ahora, muchos se lo pensarán dos veces antes de enviar semejantes informaciones. Los “poderes” se darán cuenta de que deben actuar de otro modo y de que la “transparencia de Estado” es mucho mejor que los “secretos de Estado”. Las buenas acciones políticas no se van a desestabilizar. Las malas, sí. Y eso es positivo. Los medios de comunicación pueden ayudar a evitar dislates, a cooperar en la dirección adecuada. La Política, en mayúscula, lo agradecerá.

Pero lo que nadie puede deducir es que todos estos mensajes sean ciertos. No sabemos si responden a la realidad, sobre todo algunos que, de modo evidente, transmiten impresiones muy personales, superficiales, anecdóticas.

Sería absurdo que, siempre tan cautelosos en calificar de “presuntos” incluso a los que de manera fehaciente han transgredido o se hallan inculpados, nos apresurásemos a sacar conclusiones de estos documentos, sin verificarlos rigurosamente.

En la medida en que se comprueben, no cabe duda de que deberán tomarse medidas, en ocasiones muy severas, por parte de las autoridades competentes, vigiladas desde ahora más directamente por el “pueblo consciente”.

Lo realmente importante es fomentar el buen periodismo, el que describe fidedignamente lo que acontece y lo que sabe, con total independencia de criterio. Y el que escribe y defiende libremente su opinión.

Por otra parte, tenemos que tener en cuenta que la “noticia” trata siempre de algo insólito, extraordinario. Debemos procurar ver los grandes espacios de la realidad que no contienen las informaciones… porque son “normales”, son “lo ordinario”, lo habitual. Ver los invisibles y no sólo lo que “iluminan” los focos de los medios de comunicación es muy importante porque, no me canso de repetirlo, sólo si conocemos la realidad profundamente podremos transformarla profundamente.

En resumen: muy bien difundir las informaciones de Wikileaks. Muy mal creer a pies puntillas lo que dicen, sin comprobarlo, especialmente por quienes en los medios “adictos” emiten sólo lo que les conviene, de forma, con frecuencia, totalmente, descaradamente, deformada según la ideología de las empresas propietarias; por los que con tantos aspavientos van en contra de la transparencia periodística, con “pecados” de omisión y tergiversación…

Necesitamos con urgencia más medios fiables. Hay progresivamente menos, por concentración en unas cuantas “manos”.

¡Viva Wikileaks!

Abajo los que se apresuran, desde la óptica de un partidismo “inquebrantable”, a extraer las conclusiones que mejor se adaptan a sus fines, con la misma ligereza con que se alejan de la objetividad.

Conocer. Confirmar. Poner en su contexto. Saberes y buen criterio. Ya lo escribió T. S. Elliot hace más de un siglo: “¿Dónde está la sabiduría / que hemos perdido en el conocimiento? / ¿Dónde está el conocimiento / que hemos perdido en la información?”.

Pues eso.

Desolación en Haití...

martes, 23 de noviembre de 2010

y todo sigue igual: el G-20, la OTAN, el mercado acosando a los políticos...

El terremoto... Y luego, en un mundo armado hasta los dientes pero incapaz de disponer de la tecnología y el personal capacitado para hacer frente a las catástrofes naturales, en un gran servicio conjunto coordinado por las Naciones Unidas, el decaimiento de la asistencia internacional, siempre precario, y ahora, por si fuera poco el sufrimiento inenarrable de este pueblo, una epidemia de cólera.

No puedo observar esta fotografía de una mujer contagiada, desnuda en medio de la calle, imagen de desamparo total, de insolidaridad éticamente aborrecible, sin sentir una profunda repulsión por la "normalidad" con que tienen lugar acontecimientos en el mundo del bienestar, donde los saciados protestan por tener que reducir un poco los límites de su prosperidad; donde los grandes líderes deciden ampliar la maquinaria bélica con los "escudos antimisiles" frente a Irán, que conlleva una mayor inversión todavía en la maquinaria de guerra; donde los cardenales se reunen entre ellos en lugar de hacerlo, con hábitos y zapatos más sencillos, con los fieles progresivamente confusos; donde las instituciones financieras, una vez "rescatadas" con dinero público, siguen condicionando la acción política, guiadas por las leyes del mercado en lugar de hacerlo por la justicia social y los Derechos Humanos; donde el medio ambiente se sigue deteriorando irresponsablemente, sin pensar en las generaciones venideras; donde el poder mediático, concentrado en muy pocas manos favorece la uniformización de la sociedad civil, reducida a ser espectadora impasible y resignada; donde el poder energético no acepta alternativas sostenibles a pesar del visible deterioro de las condiciones de habitabilidad del planeta; donde siguen imperturbables los paraísos fiscales y la desregulación bancaria; donde se siguen oponiendo a los fondos complementarios procedentes de tasas sobre las transacciones electrónicas y las tarjetas de crédito; donde se siguen poniendo reparos, a pesar de haberse demostrado la total ausencia de efecto disuasorio por el precio, a la "legalización" del uso de drogas que terminaría con el terror del narcotráfico; donde la desmesurada industria del entretenimiento impide la movilización ciudadana; donde los grupos plutocráticos siguen "gobernando" al mundo, en lugar de poner a punto unas Naciones Unidas eficaces, dotadas de los recursos personales, técnicos y financieros adecuados; donde...

Todo sigue igual. Con lo que hoy se invierte en armas y gastos militares en 20 días (4.000 millones de dólares al día = 80.000 millones de dólares) podría hacerse frente a la inanición y a la pobreza extrema... y atender debidamente, como se merecen, a nuestros hermanos de Haití vapuleados por múltiples desastres...

Debemos movilizarnos contra este curso aparentemente inexorable de los acontecimientos. Debemos tomar medidas -con los medios de comunicación, con el consumo- que adviertan claramente a los gobernantes que ha llegado el momento de poner en marcha una economía de desarrollo global sostenible en lugar de la actual economía de especulación y guerra; de que ha llegado el momento inaplazable de consolidar las democracias, hoy tan frágiles y vulnerables; de que queremos gobernarnos por un sistema multilateral y no por grupúsculos plutocráticos.

Ha llegado el momento de la gran transición de una cultura de obediencia y silencio, de una cultura de imposición, violencia y guerra a una cultura de diálogo, conciliación, alianza y paz.

Hagamos como Forges en sus magníficas viñetas: pongamos a Haití en el centro de nuestra vida cotidiana... porque, al no olvidarnos de Haití no nos olvidamos tampoco de nuestras responsabilidades como ciudadanos plenos. Nunca más súbditos silenciosos.

Es tiempo de acción. "Tiempo de alzarse", como escribió José Ángel Valente.


El 10 de septiembre de 1991, escribí en Puerto Príncipe el siguiente poema:

¿Cómo pudo

consentirse?

¿Cómo pudo

tolerarse

esta miseria,

esta injusticia?

¿Qué conciencia tuvieron,

tenemos hoy,

yo, tú,

nosotros?

Esclavos antes.

Ahora esclavos.

Un día

lograremos

cortar

estas largas

cadenas.

Un día

cambiaremos

el desamor

por cobijo,

y las cañas

por ladrillos.

¿Cómo ha podido consentirse? ¿Cómo seguimos consintiéndolo?

Memoria del pasado para tenerla del futuro

viernes, 19 de noviembre de 2010

Hemos de saber lo que acaeció.

Ahora resulta que al Juez Garzón se le persigue por procurar la "memoria histórica" en España (y se le convierte de golpe en juez mundial) mientras que Argentina debe tomar la delantera en proclamar la justicia universal!.

Durante 35 años, los vencedores tuvieron la oportunidad exclusiva de conocer la realidad, de identificar y anunciar incluso los "muertos por Dios y por España", de beatificarlos cuando correspondía.

¿Cómo oponerse ahora, después de tantos años desde los desventurados sucesos y de más de 30 años de democracia, a que los vencidos puedan hacer lo mismo con sus víctimas? Ya nadie puede invocar riesgos de venganza o de violencia de ningún tipo. Se trata de conseguir, de una vez, la "normalización" ciudadana que permita, todos distintos, cada cual con sus culturas, creencias e ideologías, un "nuevo comienzo" en España.

Sólo si la "memoria histórica" permite equilibrar una situación desgraciadamente tan asimétrica, será posible hacer lo que realmente importa: diseñar juntos el futuro. Me gusta repetir que el por-venir en el que quepan todos, sin exclusión, está por-hacer. Ésta es la auténtica tarea, el gran reto.

Del pasado hay que extraer las lecciones de un devenir a la altura de la grandeza humana.

Memoria del pasado para, desde ahora, tener en el presente buena memoria del futuro.

Pueblo saharaui: ayudarle de verdad

jueves, 18 de noviembre de 2010

Desde hace 35 años el problema del antiguo protectorado español sigue pendiente de solución. El pueblo, como todos los pueblos, sufre las consecuencias de la carencia de un Sistema Internacional dotado de la autoridad necesaria para resolver rápida y eficazmente cuestiones de esta naturaleza.

Lo cierto es que las Naciones Unidas, sobre todo desde el término de la “Guerra Fría” y el principio de la “globalización”, han sido progresivamente marginadas por las grandes potencias, que las han sustituido por grupos integrados por los países más ricos de la Tierra (G-6, G-7, G-8... G-20). Como era de esperar, la gobernación plutocrática a escala mundial ha sido un fracaso enorme tanto desde el punto de vista económico y medioambiental como político y ético.

Se han invadido países sin el acuerdo del Consejo de Seguridad (Kosovo, Irak...) y se ha impedido el normal funcionamiento de la “casa de todos los pueblos”, cuyas Resoluciones han sido reiteradamente ignoradas. Lo mismo ha sucedido con las Sentencias de la Corte Internacional de Justicia.

Israel, arropado indefectiblemente por Norteamérica, ha conseguido hacer vanos todos los intentos de solución de su sexagenario conflicto con Palestina, dificultando con todo tipo de maquinaciones el establecimiento del Estado palestino.

Al igual que Israel en Cisjordania Marruecos ha construido un largo muro en el Sáhara. Y ha impedido a continuación que se alcancen los acuerdos necesarios... que, hay que insistir en ello, únicamente el arbitraje de las Naciones Unidas podría llevar a buen puerto, porque conocen la realidad (mucho más compleja de lo que parece y se empeñan en mostrarnos, con ambiciones geo-estratégicas de países colindantes...) y pueden interpretar correctamente las lógicas aspiraciones del pueblo saharaui sin caer en fórmulas que no beneficiarían en realidad a quienes deben ser los auténticos y únicos beneficiarios de las mismas.

Sólo unas Naciones Unidas dotadas de los recursos de personal, técnicos y financieros precisos tendría la autoridad jurídica y moral para actuar en favor de los pueblos más agraviados. Sólo a estas instancias superiores y plurales corresponde decidir sobre la autonomía, autogobierno, referendum... con la celeridad y rapidez que es necesaria y apremiante.

España, después de la “Marcha Verde” y el contexto en que finalizó el Protectorado, debe fomentar el fortalecimiento del multilateralismo al tiempo que condena enérgicamente el uso de la violencia –el mismo día en que se reunían en Nueva York representantes del Gobierno de Marruecos y del Frente Polosario- así como la prohibición a los medios de comunicación para describir fidedignamente lo que sucedía.

Es lógico y plausible que los ciudadanos españoles muestren su amistad con los saharauis para que, por fin, se resuelva su largo litigio y puedan vivir con dignidad y paz, deslindando, en toda la medida de lo posible, las distintas facetas de una cuestión con múltiples dimensiones. Lo que es ilógico es que los pescadores de aguas revueltas aparezcan entre la muchedumbre cuando nunca hicieron nada para acortar distancias y favorecer procesos, siendo además firmes partidarios en España de un sistema centralista, de un nacionalismo españolista en lugar de federal.

Reaccionemos todos ayudando de verdad al pueblo saharaui a alcanzar justicia, rehuyendo presiones que podrían ensombrecer su futuro en lugar de esclarecerlo. Y, además de gritar en su favor, actuar generosamente y exigir a los gobiernos que promuevan, de forma inmediata y en primer lugar para estos casos que llevan tantos años esperando una solución justa, la adecuada actuación de las Naciones Unidas y de la Corte Internacional de Justicia.

Los “globalizadores” ya han demostrado su completa incapacidad. Ahora debemos pasar del G-20 al G-196!

Incorregibles: mayor privatización, menos Estado...

miércoles, 17 de noviembre de 2010

Pero cuando, por exceso de codicia y falta de regulación, llegan momentos de zozobra -como en noviembre de 2008- es el Estado el que, con fondos públicos, debe correr a socorrerles... para que, luego, ya "revividos" acosen a los empobrecidos "rescatadores", reduciendo la política a los designios del mercado.

El "mercado" -los catalanes sabemos algo de ésto- no existe. Existen los mercaderes, buenos, regulares y malos. A los buenos hay que ayudarles, a los regulares hay que facilitarles que mejores y a los malos, cuando concurren maniobras indevidas y transgresiones, hay que juzgarlos severamente. Admiro a los empresarios y he repetido, como científico, que es preciso "aprender a emprender", ya que el conocimiento debe ser aplicado para el progreso y el bienestar.

Pero considero, al mismo tiempo, que los servicios públicos deben tener siempre el 51% como mínimo asegurado por el Estado (agua, sanidad, educación...).

Han hecho pasar progresivamente los buenos negocios a manos privadas (lo que significa, en muchos casos, a multinacionales), mientras que los malos negocios no apetecidos por el "mercado" siguen perteneciendo al Estado hasta que, eventualmente, se convierten en buenos negocios (como ha sucedido, por ejemplo, con RENFE).

Lo mismo ocurre con los servicios sanitarios y educativos, que sólo deberían ser lucrativos de forma muy limitada y bien regulada. De hecho, en su mayor parte, por fortuna, la seguridad social y la atención médica son gratuitas (aunque sería bueno que los beneficiarios supieran lo que representan las prestaciones que reciben). Y lo mismo sucede con la educación, pilar esencial del mundo distinto que anhelamos (también sería bueno que los padres y, más tarde en la Educación Superior los estudiantes, conocieran el importe de los servicios educativos).


En resumen: los ciudadanos deben ser conscientes de la realidad que viven, deben comparar libremente y tener su propio criterio, para así ser capaces de juzgar de forma apropiada, incluso en medio de la algarabía que los circunda y distrae... y los cantos de sirena.

Cantos que, en poco tiempo, como ha sucedido en el Reino Unido se traduce en matrículas muchos más costosas, por ejemplo. Los "globalizadores" deberían reconocer sus errores y ante una actitud ciudadana muy severa con ellos, por las múltiples crisis a las que nos han conducido, rectificar.

Pero no lo hacen. No lo harán. Son incorregibles.

Aung San Suu Kyi ¿al fin libre?

martes, 16 de noviembre de 2010

¡Qué buena notica ver a la mujer de las alas democráticas, de la restauración de la igual dignidad con todos sus compatriotas, llevando de nuevo las riendas de un luminoso para su bellísimo país!.

¿Se repetirá en Myanmar, en Birmania, el mismo "milagro" de Nelson Mandela? Después de tantos años de cautiverio, de lucidez perseverante, ¿contará Aung San Suu Kyi con las complicidades internas y externas necesarias para dar el viraje histórico que permita a Myanmar salir del oscuro y largo túnel que la Junta Militar ha representado?

En cualquier caso, me llena de esperanza. Y reitero mi admiración profunda a esta gran "dama" del Sureste asiático y del mundo entero.

En mayo de 1988 escribía a Nelson Mandela, en el momento en que cumplía los 70 años, 26 de los cuales en prisión por el único delito de haber nacido con la piel morena:

Ahí estás, aherrojado,

dándonos libertad

a manos llenas.

Queremos hoy que sepas

que nuestras alas

tienen en cada pluma

la marca de tus rejas;

que somos tenaces arrieros

de las intransitadas sendas

que tu cautiverio inspira;

que desde tu celda

liberas y excarcelas

a tanto corazón anclado

en la tibieza,

y rompes con la fuerza

de tu ejemplo

los moldes de pactos,

de acuerdos y consensos

que no supieron

respetar íntegramente

la dignidad de todo hombre

que tus grilletes y cadenas

proclaman y procuran.

Cuatro años más tarde, la Junta Militar impedía a esta gran mujer símbolo de los Derechos Humanos y de la reconciliación, asistir a una reunión del Consejo Ejecutivo de la UNESCO a la que la había convocado. Le escribí este poema el 21 de octubre del año 1992:

Te han impedido

venir

a iluminarnos,

a consolar nuestra espera,

y dar amplitud

y vigor

a nuestras alas;

a inspirar nuestra voz

-nuestro grito quizá,

ya necesario-.

Te han amordazado

y, sin embargo,

tu pulso late hoy

con mayor fuerza

en todo el mundo

(¡No sabían

que no puede

encarcelarse

la sangre del espíritu!)

Estás

tan patente

sin estar,

porque es inútil

anudar y retener

el alto vuelo

de tu ejemplo,

de tu brisa

que invade esta estancia

y la ensancha

y dignifica

hasta el punto

del olvido

de la afrenta

de tu ausencia.

Respiramos hondo

y nos sentimos

desde ahora

indomables

en el mismo

alborear

de un mundo

que tiene tu lágrima de más

pero muchas heridas

aliviadas.

Hoy, Aung San Suu Kyi da "amplitud y vigor a nuestras alas" y nos ayuda a cumplir nuestro deber supremo que, en palabras de Pedro Salinas, es seguir.

Cuando se acepta lo inaceptable. Honduras... luego, Ecuador... ¿Luego?

martes, 2 de noviembre de 2010

El golpe de Estado de Honduras, con todas las situaciones atípicas que se quieran poner como excusa, constituye un antecedente peligrosísimo, porque pone de manifiesto el inmenso poder que retienen los que "mandan desde siempre". Se hizo lo indebido. Se autorizó y desautorizó después a mediadores. Se trivializó el papel fundamental que correspondía a la OEA. Y, por las presiones que han quedado bien patentes en Colombia, los EEUU consintieron "iuxta modum", pero consintieron.

Luego le ha tocado el turno a Ecuador, uno de estos grandes pequeños países que viven con los miedos del pasado tan presentes que la democracia sólo autoriza mandatos de cuatro años, improrrogables, para beneficio de los pescadores en aguas turbias. Es muy difícil enderezar el rumbo tradicional de estos países en tan poco tiempo. Y cuando sale un político con visión y carisma... se intenta, incluso, reducir su mandato, no vaya a ser que realice cambios que no convienen a la inercia secular.

Aviso, pues, "para barcos pesqueros y navegación de cabotaje": reforzar las alianzas intra-continentales y favorecer la transparencia y la información nítida para fortalecer la democracia y sus capacidades de anticipación y reacción. "Únanse, ayúdense", como proclamó hace años Rubén Darío. Estén vigilantes -con la antorcha encendida día y noche- como querían Oswaldo Guayasamín y Miguel Ángel Asturias, porque no aceptarán verse por fin, desposeídos, desprovistos de poder. La democracia es lo que tiene: o se la disfraza a tiempo u ocupa el escenario de tal forma que ya es muy difícil desplazarla.

El Presidente Rafael Correa ha podido sobreponerse a la rebelión de sectores de la policía ecuatoriana que no sólo pretendían derrocarle sino asesinarle. Lo imprescindible ahora, es tratar de desvelar quién hay detrás, quién promueve las revueltas, quiénes, cercanos y lejanos, impulsaron los sucesos de Honduras y ahora de Ecuador.

Deben darse cuenta que el tiempo del dominio y las imposiciones ha concluído. Y que ahora ha llegado el momento de los "pueblos" liberados, permanentemente atentos a los que maquinan desde la sombra, tomando resueltamente las riendas de su destino.

Es inaplazable corregir los desgarros del tejido social, fruto de la oligarquía, incrementados en años recientes por los "globalizadores", que desmantelaron el sector público y concentraron mucho poder en pocas manos. Es inaceptable que un país con una gran riqueza bananera y "camaronera", con petróleo y un formidable atractivo turístico deba ver su economía comprometida por unas cuantas compañías y consorcios multinacionales.

Si no se consigue una consistente evolución -aconsejable especialmente en el país en el que Darwin, en las Islas Galápagos, descubrió el "secreto de la naturaleza"- viene la revolución. Y las acciones golpistas que deben condenarse y contrarrestarse vengan de donde vengan.

Después de diez presidentes en una década y los tres últimos depuestos por asonadas y golpes de Estado, el país requiere ahora reformas en profundidad escuchando a todos pero, en particular, a las clases populares y las notorias comunidades indígenas. Hay que repartir mejor y los que más tienen, de una vez por todas, deben comprender que sólo con una actitud solidaria lograrán una razonable estabilidad para el cumplimiento de sus propios objetivos, pero ya no podrán seguir disfrutando de privilegios, sin agravios, como corresponde a un contexto de justicia y libertades públicas.

La OEA y UNASUR deben adoptar medidas estrictas en defensa de la calidad política de las repúblicas americanas, haciendo ver sin ambages a las oposiciones -sobre todo cuando se trata de militares de trayectorias autoritarias y opacas- que velarán con todos los medios a su alcance para evitar cualquier alteración en el camino de América Latina y El Caribe -después de los amargos años de la "Operación Cóndor"- hacia su emancipación. Una importante fracción del otro mundo posible que anhelamos depende de esta intrépida, imaginativa, plural, consciente de su inmenso potencial, América Latina...

La Unión Europea, gravemente "deslocalizada" y "secuestrada" por el mercado

jueves, 28 de octubre de 2010

La producción progresivamente deslocalizada hacia el Este, hasta llegar a China, la "fábrica del mundo", ha desembocado en la formidable paradoja del mayor país comunista del mundo, el gran país capitalista.

Por otra parte, el talento se ha estado deslocalizando hacia el Oeste, durante décadas. Europa ha realizado considerables esfuerzos en fomentar becas y ayudas (pre-doctorales, post-doctorales...) pero, luego, debido en buena medida a procedimientos menos flexibles que los norteamericanos, son muchos miles los científicos, especialistas en las más diversas materias, que han aceptado ofertas de los EEUU, sobre todo.

También en defensa estamos "parcialmente deslocalizados" al otro lado del Atlántico (Norte).

Y en Europa nos hemos quedado con los servicios y con las "burbujas", padeciendo de forma particular los "efectos colaterales" de la globalización plutocrática.

Los financieros nos dominan y los representantes del gran capital, bien aposentados y guarecidos de la tormenta, se limitan a repetir, con desesperante monotonía, que tienen soluciones (que nunca muestran)... mientras miran hacia otra parte.

Ya lo advirtió el Presidente Bush en noviembre de 2008: "la solución a la crisis es economía de mercado, libre mercado, libre comercio". ¡Qué error -lo he subrayado en diversas ocasiones- cometió la Europa sometida y timorata cuando acudió presurosa en la fecha mencionada a Camp David, ya elegido Obama, para que fuera el Presidente norteamericano en funciones quien "liderara" la recuperación de la quiebra financiera (y democrática, y política, y medioambiental, y ética...).

Y así, el G-20, en lugar de las Naciones Unidas, ordenó el "rescate" con fondos públicos de las instituciones financieras, la mayoría privadas, que se hallaban en zozobra. Y, ahora, lógicamente, el sector público tiene un déficit enorme, que debe pagar... ¡el sector público!. Y recortar sus presupuestos, incluídos los relativos a políticas sociales. El mercado acorrala a la política, uniformizando las distintas opciones ideológicas.

Europa, como el mundo entero, se halla secuestrada por el mercado. Se les ayudó anunciando serias medidas de regulación e inmediata eliminación de los paraísos fiscales. Pues bien: sigue la desregulación; siguen los paraísos fiscales; siguen las "evaluaciones" o "clasificaciones" sesgadas, interesadas, parciales, oportunistas (la última de Moody's, ¡el día antes de que Cataluña pusiera bonos a la venta!).

Europa, a los pies de los caballos. En lugar de dominar, como buenos jinetes, el poder desbocado del mercado, estamos a sus pies.

Occidente ha aceptado la progresiva marginación de las Naciones Unidas. Ha olvidado los principios democráticos, los Derechos Humanos y la grandeza de su mestizaje. Ha abrazo el mercado y se está dejando influir en exceso por el colosal poder mediático. Y -ver el caso de Suecia- son los ultras los que, contra todo pronóstico, se estan beneficiando de la crisis. Brotes de xenofobia, de intemperancia, están erosionando los pilares socialdemocráticos que durante tantos años fueron referencia.

Pero están germinado -el ciberespacio es especialmente relevante a este fin- semillas de movilización plantadas desde hace años, en tiempos de resistencia y prospectiva.

Y cada vez se sembrará más y más hasta completar los surcos, que pondrán al alcance del poder ciudadano los medios para la acción. El cambio vendrá de la ciudadanía, cansada de sometimiento y postergación. No pasarán muchos años que pretenden prolongar quienes, azorados, intentan con añagazas mil, eliminar la educación ciudadana de todos de grados docentes.

Sí, llegará el momento de "los pueblos", tan lúcidamente previsto en La Carta de las Naciones Unidas. Y, valientemente, se exigirá la regulación de los mercados; que se procuren fuentes alternativas de ingresos (tasas sobre las transacciones electrónicas, por ejemplo; el cierre, de una vez, de los perniciosos paraísos fiscales; medidas urgentes sobre el medio ambiente, para protegerlo especialmente de procesos potencialmente irreversibles; reducir el gasto militar y en armamento, elaborando nuevas estrategias y máquinas apropiadas para la nueva naturaleza de los conflictos...

De este modo, sólo de este modo, terminará el secuestro y emergerá la Europa como referencia de la gobernación democrática a escala mundial.

En lugar de desprestigiarlo, procuremos fortalecer el liderazgo político en la Unión Europea. Para que resista y supere el acoso intolerable de los mercados, en manos de muy pocas manos, del "gran dominio". Para que "relocalice" los tipos de producción que estime más adecuados. Y -como ya inició en 2007 con el Consejo Europeo de Investigación- promueva con brío la I+D+i en la UE "relocalizando", también los "cerebros" en sus territorios.

Diseñe y ponga en práctica su propio sistema defensivo. Alianzas, sí. Dependencias, no.

¿Ética o estética?

martes, 26 de octubre de 2010

Ética, sí. Observaciones, críticas fundadas en el comportamiento y antecedentes de cualquier persona, y sentimientos (... y asentimientos), sí. Pero sin hacer referencia a sus señoras madres ni comentarios sobre su "estética".

Acabo de leer una columna de opinión en la que, al referirse a una Ministra nombrada recientemente, escribe el autor que no le gusta éticamente ni estéticamente.

Es vergonzoso e inadmisible que se realicen comentarios sobre el físico (especialmente de las damas, muy pocos se refieren a los varones) y se siga aplaudiendo descaradamente a quienes, de forma fehaciente, han corrompido o se han dejado corromper.

Ética, sí. Espero que, a la vista, de los grotescos espectáculos recientes, los ciudadanos sepamos centrar nuestros ataques o alabanzas en la conducta, en la "belleza interior", que depende de cada uno y nunca más en la "belleza exterior", que podemos maquillar pero no modificar esencialmente (salvo excepciones...).

Incoherencia

martes, 19 de octubre de 2010

En portada del ABC, domingo, 17 de octubre de 2010.


Sin comentarios.

En el interior, grandes titulares de "Educar en valores"... y de "Educar en familia"... pero luego, en los anuncios de "Relax", leemos (a título de ejemplo):

Por unos denarios... Está claro que, en el fondo, prefieren los precios a los valores... Por mucho que digan.

España, ¿en decadencia? No. Algunos de sus habitantes, sí.


El dragón altanero: China y el Premio Nobel de la Paz 2010

lunes, 18 de octubre de 2010

Tengo predilección por China. He conocido al pueblo chino. He visto cómo vive y piensa. Y cómo mira y sonríe.

Por ese especial aprecio he seguido con preocupación, especialmente en los últimos años, la progresiva transformación de un gran país que, por avatares de la historia se está convirtiendo en la mayor potencia capitalista de la tierra.

Desde hace mucho tiempo vengo insistiendo en que haber convertido a China, por una deslocalización productiva guiada por la codicia, para ganar más sea como sea, en la "fábrica del mundo" en la que, además, las ganancias van todas directamente al Estado..., sin reparar en las condiciones laborales ni en el respeto a los derechos humanos más elementales, constituía no sólo un gran error y una afrenta al pueblo chino sino una grave desestabilización a escala planetaria.

Culpalbles, en buena medida, los países más poderosos de la tierra han sabido mirar exquisitamente hacia otro lado. No sabemos cual es la realidad de este gran país tras su permanente y tradicional sonrisa. No nos deja observar lo que acontece. Tratándose de China -que nos compra deuda, que nos produce nuestras marcas, mejor no hacer preguntas. ¿Sabemos el número de penas capitales que se llevan a la práctica cada año?. Amnistía Internacional calcula que son varios miles... pero las autoridades chinas no facilitan datos. ¿Sabemos cómo pueden defender sus derechos los centenares de millones de ciudadanos chinos?

Es imprescindible -lo digo con toda firmeza por el bien que les quiero- transparentar tantas opacidades. La concesión del Premio Nobel de la Paz 2010 a Liu Xiaobo, encarcelado por disidente, ha demostrado hasta qué punto las autoridades pueden actuar arbitrariamente, poniendo todo tipo de obstáculos a la difusión del flamante reconocimiento, para que el pueblo no se contagie, e impidiendo al principio, restricciones a que su propia mujer le comunicara la noticia para, acto seguido, recluirla en su propio domicilio.

Deben darse cuenta de que hay límites a las ambiciones económicas de sus clientes, que les han encumbrado de modo tan interesado, pero también y a sus actitudes frente al mundo, frente a las gentes que, en tan gran número, son consumidores de sus productos.

Es necesario llegar a un gran acuerdo, sin imposiciones violentas de nadie, para que, en un plazo razonable, China se comporte de otra manera. Y los que han ofrecido tantas ventajas relativas a China a cambio de pingües beneficios, que sepan también que su actuación debe modificarse sustancialmente.

Está claro que el único lenguaje que se entiende es el económico. "Made in China" no puede seguir amparando la discrecionalidad monetaria, laboral y social que hoy llena de interrogantes este origen.

China es capaz, con la raíces seculares de su cultura, de realizar cambios espectaculares. Ahora es el momento de dar un paso importante... descendiendo desde la cúpula hacia las bases. Mostrando su rostro progresivamente. Haciendo partícipes de su realidad a los demás países, ninguno de los cuales, por cierto, está moralmente autorizado a tirar la primera piedra.

Por su propia naturaleza, el dragón no puede ser sumiso. Pero si escucha a su ilustre compatriota Liu Xiaobo -¡qué bien ha estado, en esta ocasión, la elección realizada por el Comité Nobel de la Paz!- y a todos los que representa, y escucha así mismo las voces de todos los que reconocemos y estimamos la cultura china, dejará de ser altanero. Y nos gustará su sonrisa. La de hoy no nos gusta.

El Danubio rojo

viernes, 15 de octubre de 2010

Empresas que explotan los recursos naturales o fabrican productos de las más variada naturaleza sin regulación, sin garantías, guiados exclusivamente por su "codicia e irresponsabilidad", en palabras del Presidente Obama.

Desastres de grandes proporciones con gravísimos "efectos humanos colaterales"...

Ante la avalancha de espectáculos deportivos y de toda índole que nos proporciona la boyante (por ahora) industria del entretenimiento, los ciudadanos nos olvidamos pronto de las muertes, del sufrimiento y de las heridas y zarpazos inacabables a la Madre Tierra. Y guardamos silencio. Y guardan silencio las instituciones académicas y científicas. No nos oponemos a la plutocracia. No procuramos la refundación de un sistema fuerte y eficaz de las Naciones Unidas. Somos espectadores, testigos impasibles.

Todo vale para que los consorcios internacionales saquen provecho. En poco tiempo, riada de fango rojo tóxico en Hungría; poco antes, mineros atrapados en Chile a cientos de metros de profundidad; antes, un inmenso vertido de petróleo, extraído a 1.500 m. de profundidad en el Golfo de México, sin disponer BP de las capacidades técnicas imprescindibles para actuar con rapidez en instalaciones tan hondas...

Manuel Saco ha escrito en "Público" un artículo titulado "Codicia tóxica" sobre el lodo que, de pronto, inundó, como un terrible tsunami, miles de hectáreas en una zona minera de Hungría. Pronto llegó al Danubio que, además de dejar de ser azul, que es lo suyo, afectará a la potabilidad de las aguas...

¿Se acuerdan de la balsa de Aznalcóllar?

Es imprescindible, pues, que la vigilancia se extreme, porque tenemos que cuidar de las personas y del planeta (todavía azul, como el Danubio) a las que estas empresas multinacionales (sobre todo), desde las altas torres del "gran dominio", ignoran olímpicamente.

Los residuos deben tratarse, no almacenarse. Los fondos de los tanques de las petroleras deben lavarse en las instalaciones portarias oportunas y no en el medio del mar, porque se contamina el agua y se asfixia, dada la baja densidad de estas sustancias, el fitoplacton, indispensable para la recaptura del CO2.

En España debe procederse sin demora a investigar el estado de varias "balsas" de almacenamiento de residuos... antes de que se produzca otra catástrofe.

Hay que terminar de una vez con estas prácticas que ponen de manifiesto la impunidad con la que actúan, a falta de un sistema multilateral que controle y castigue, en su caso, a los transgresores, unas industrias carentes de escrúpulos.

Y las comunidades académica y científica deben situarse en la vanguardia de las protesta y de la exigencia de comportamientos responsables hacia la Tierra y sus habitantes.