Durante siglos, con un poder absoluto masculino, ha prevalecido -no me canso de repetirlo- la razón de la fuerza sobre la fuerza de la razón, escudados los líderes en el perverso adagio “Si quieres la paz, prepara la guerra”, jaleados, con las más oscuras alarmas y amenazas, por los productores de armamento, interesados siempre en que la paz aparezca como una pausa entre dos guerras.
Por eso -tampoco me canso de repetirlo- las colosales inversiones diarias en “seguridad humana” alcanzan 4.000 millones de dólares cuando mueren, en el mismo período de tiempo, 60-70.000 personas de hambre y desamparo.
Los heraldos de la “seguridad humana” ante todo, recorren la Tierra frotándose las manos por los beneficios de los artificios bélicos que venden, incluso a los más menesterosos… porque “la seguridad es lo primero”.
Y así vemos en países paupérrimos bombarderos “último modelo”… Y así Europa, a través de la OTAN, impone a los países como España, en los que se está “recortando” en educación, salud e I+D+i, cuantiosas sumas para saldar sus compromisos con la Alianza del Atlántico Norte. Es paradójico e insensato, pero la seguridad es la seguridad…
También en este aspecto esencial, creo que el sistema actual está tocando a su fin. Por primera vez en la historia, los “pueblos” pueden cumplir, gracias a la participación no presencial que permite la nueva tecnología de la comunicación, la gran responsabilidad asumida al decidir “evitar a las generaciones venideras el horror de la guerra”.
¿Paz o seguridad? No. Ahora paz y seguridad.
De súbditos a ciudadanos. A seres humanos implicados y no espectadores. Ciudadanos del mundo que transforman el siniestro proverbio en “Si quieres la paz, ayúdala a construir con tu comportamiento cotidiano, con tu pacífica pero firme discrepancia, con tu actitud”.
El tiempo de la sumisión ha concluido. “Nosotros, los pueblos”… tomamos las riendas.
Una nueva era alborea.
3 comentarios
Siempre tan claro, amigo.
26 de junio de 2012, 11:19Los argumentos que se han anclado a lo largo de la historia en la mentalidad "colectiva" para imponer sus máquinas y mecanismos de hacer dinero y someter parecen no tener límites. ¿O sí? Los ciudadanos y los trabajadores plantaremos cara a todo esto.
Terrible la imagen de tecnología armamentística último modelo bombardeando pueblos paupérrimos. ¿Qué otra alternativa se tiene para salir de la crisis? La historia económica muestra como se ha salido de crisis empezando a mover la industria armamentística ¿Cómo desmontamos ese argumento?
26 de junio de 2012, 11:21Un saludo
La paz es la mayor seguridad posible.
26 de junio de 2012, 23:31El juego de la guerra era posible cuando éramos uno o dos millardos; cuando no había armas nucleares.
En la situación presente, bien diversa, cualquier conflicto, incluso el aparentemente más pequeño, puede escapar de control.
Y si escapa de control, arriesgamos la supervivencia de la especie.
Cordiales saludos,
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