Lo primero que ha hecho la nueva Directora General de la Unesco, Sra. Audrey Azoulay, ha sido enviar al mundo un mensaje con motivo del Día Mundial de la Filosofía – el 16 de noviembre- que coincide con la toma de posesión de la Dirección General en la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura.
Filosofía, fundamental para ser “libres y responsables” –que es la magistral definición de “educado” que establece el Artículo 1º de la Constitución de la Unesco-. Filosofía para hacer posible el pleno ejercicio de las facultades distintivas de la especie humana: reflexionar, imaginar, anticiparse, innovar, ¡crear!. Filosofía para –como inicia su escrito la Directora General- “poder transformar las sociedades”, para llevar a la práctica los cambios radicales que la situación actual del mundo exige. “El progreso, me decía un día en Oxford el Prof. Hans Krebs, consiste en ver lo que otros también pueden ver …., y pensar lo que nadie ha pensado”.
Es hoy necesario y apremiante, entre tantos enfoques e informes que confunden educación con capacitación y conocimiento con información (y lo que es todavía peor, con noticia) impulsar la Filosofía en todos los grados del aprendizaje.
Filosofía y enseñanzas artísticas para “dirigir con sentido la propia vida”, según la excelente expresión de D. Francisco Giner de los Rios. “La Filosofía crea las condiciones intelectuales para el advenimiento del cambio, el desarrollo sostenible y la paz”, subraya la Directora General. “Exhorto a todos los Estados Miembros a que den vida a este mensaje, que entronca con la esencia misma del mandato de la Unesco”, concluye.
¡Qué bien inicia la Directora General Audrey Azoulay su difícil misión!. Son excelentes augurios. Le deseo lo mejor.
P.D.: El Presidente Trump ha anunciado -¡y va la segunda!- que los Estados Unidos abandonarán la Unesco a finales de 2018. Está claro que Trump, que desdeña los acuerdos sobre la habitabilidad de la Tierra suscritos por su antecesor, no se da cuenta, acostumbrado a mirarse tan sólo a sí mismo, de los perjuicios que su actitud podría producir no sólo en los jóvenes y niños norteamericanos si no del mundo entero. La receta, todavía está a tiempo, es la Filosofía, es la Unesco…
1 comentario
Gracias por otro maravilloso artículo que invita a la reflexión.
13 de enero de 2018, 22:33Desde mi humilde opinión, es triste la situación en la que se encuentra el pensamiento filosófico en los colegios (solo soy estudiante de grado de Educación Primaria).
También son pocos los estudios en los que se trata la filosofía en los colegios, donde el único autor que puede destacar el Matthew Lipman, rescatando el trabajo de John Dewey, con el no muy conocido por los educadores filosofía 3/18.
Al igual que usted (o en "Los cuatro pilares de la educación" donde se trata de implícitamente), considero el reconocimiento de esta disciplina como esencial en este mundo postmoderno y tremendamente huxleyano, en un mar de información irrelevante, libros o divulgadores donde no hace falta que sean censurados, obsesión por la imagen,etc. Pero lo peor es que la educación se encuentra domesticada por la OCDE.
Sin embargo, no podemos perder la esperanza con los acontecimientos actuales, ya que, después de cada crisis, ha florecido lo mejor del ser humano. Debemos utilizar las Tecnologías de Información y Comunicación a nuestro favor para crear un ambiente divulgativo seguro para los niños donde puedan descubrir, compartir y crear contenido, una comunidad de aprendizaje digital donde el amor al saber sea lo que les una y el motor que motive sus inquietudes.
Una vez más, gracias por su artículo y tiempo.
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