Bolivia: acción multilateral inmediata

lunes, 25 de noviembre de 2019


Las Naciones Unidas, con el seguimiento y respaldo de la Unión Europea y otras asociaciones regionales, deben intervenir sin dilación en Bolivia para detener de una vez el descalabro neoliberal que está desmoronando y ensangrentando el escenario latinoamericano.

Las Naciones Unidas no pueden seguir observando y esperando a ver qué dicen y hacen los grupos plutocráticos (G7, G8, G20) cuya desastrosa gobernanza, liderada por el Partido Republicano de los Estados Unidos, está afectando no sólo social y políticamente sino ecológicamente al conjunto de la humanidad.

El decreto de la auto-proclamada Presidenta que confiere impunidad a los militares en sus intervenciones represivas, constituye el colmo de lo tolerable. Los grandes consorcios mercantiles, que están en el origen de estos desafueros, miran a otro lado. Nunca el “patio” estuvo tan agitado  y tan sometido. ¡Y tan ineficaces las instituciones creadas para una diligente previsión y acción correctora… con sede en Washington!

Ha llegado el momento de los “pueblos”. De la ciudadanía expresando pacíficamente sus reivindicaciones, bajo la supervisión de las Naciones Unidas. Que todos pidan –presencialmente y en el ciberespacio- su apremiante intervención. De otro modo, los horizontes del gran continente permanecerían muy sombríos.


Si desea adherirse a la petición, envíe un email a: 

Adhesiones:

Federico Mayor Zaragoza. Presidente de la Fundación Cultura de Paz

Rigoberta Menchú. Premio Nobel de la Paz

Roberto Savio. Presidente de Other News

Pilar del Rio - Saramago. Presidenta, Fundação José Saramago, Portugal-España

José António Pinto Ribeiro. Ex ministro de Cultura, Portugal

Francisco Louçã . Miembro del Consejo del Estado, Portugal

Pablo Azócar. Escritor, premio metropolitano de Literatura, Chile

Roberto Pizarro. Ex ministro de Planficación, Chile

Josep Mª Mas i Garcia. Socialistes de Montserrat


Juan Antonio Aguilera Mochón. Profesor de Bioquímica y Biología Molecular en la Universidad de Granada


Manuel Dios Díaz. Profesor jubilado. Fundador de Seminario Galego de Educación para a Paz.

Miguel Ángel Ortega Guerrero. Presidente de Asociación Reforesta


Montserrat Ponsa Tarrés. Escritora. Delegada Fundación Cultura de Paz Catalunya

Azril Bacal Roij. Profesor-Investigador de Educación para Culturas de Paz, CIPAE-Puebla, México

Coronel Vasco Lourenço. Gobernador militar de Lisboa en 1975, durante la "revolución de los claveles", que puso fin a la dictadura lusa (1928-1974)

Dirección de la Associação 25 de Abril, que congrega a los militares que en 1974 derrocaron el régimen de Salazar-Caetano


Jordi Gas Riera

Jaime Ruiz Reig. Presidente de AMESDE

Antonio Lameiro Couso

Ana Isabel Prera. Ex-Ministra de Cultura de Guatemala


“Yo que tanto callar ya no podía”… (a propósito de la próxima Cumbre del Clima)

jueves, 14 de noviembre de 2019


¡Han pasado cuatro años desde que se suscribieran los Acuerdos de París y se adoptó la Resolución en la Asamblea General de las Naciones Unidas sobre la Agenda 2030 (Objetivos de Desarrollo Sostenible), en  el otoño de 2015! Ha llegado el momento de adoptar, atendiendo puntualmente los datos de rigor científico, las medidas inaplazables propias de la responsabilidad intergeneracional.

Debe comunicarse al Presidente Trump que es intolerable que no siga las pautas suscritas por su antecesor. Y que no se trata de algo que afecte al pueblo norteamericano sino a la Tierra en su conjunto. Es un caso de lesa humanidad… y “Nosotros, los pueblos” no vamos a aceptar lo inaceptable.

Seguimos de cumbre en cumbre… sin que se pongan en práctica a continuación las medidas concretas adoptadas:

-En 1992 se celebró en Río de Janeiro la I Cumbre de la Tierra, suscribiéndose un convenio marco sobre cambio climático en el que los firmantes debían reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero.

-En 1997 se firma el Protocolo de Kyoto dirigido específicamente a los países más desarrollados para que reduzcan emisiones.

-En 2002, la II Cumbre de la Tierra en Johannesburgo…

-En 2015 los Acuerdos de París, en la que todos los países suscriben reducir sus emisiones y, casi simultáneamente, las Naciones Unidas adoptan la Resolución ya mencionada “para transformar el mundo”.

Sin embargo, en lugar de estabilizar o reducir las emisiones, siguen incrementándose. Cada vez los horizontes se ciernen más sombríos en lugar de esclarecerse.

Ciencia y consciencia: ha llegado el momento de decir ¡basta!, de unir manos y voces –ahora que, por fin, “los pueblos” ya pueden expresarse- y forzar acciones que, de otro modo, el “gran dominio”, los grandes consorcios, seguirán entorpeciendo.

Es enormemente decepcionante comprobar que, en 2019, los múltiples aldabonazos sobre la calidad de la habitabilidad de la Tierra y las responsabilidades intergeneracionales  han sido desoídos por gobernantes inoperantes  y amilanados.

Ya en la década de los cincuenta del siglo pasado la UNESCO había creado la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza y puesto en marcha programas internacionales geológicos, hidrológicos y oceanográficos, que desembocaron pocos años más tarde en la creación de “El Hombre y la Biosfera”. En 1971, el Club de Roma, con Aurelio Peccei al frente, publica “Los límites del crecimiento” y, en 1979, en la Academia de Ciencias de los Estados Unidos, se advierte  con contundencia de que no sólo  las emisiones se incrementan sino que disminuye la capacidad de recaptura de anhídrido carbónico por parte de los océanos. Inmediatamente se crea por la Exxon Mobile una fundación –favorecida acto seguido por varios países del Golfo en particular- para contrarrestar con falsedades emitidas por científicos a sueldo, las alerta de la Academia de Ciencias. Pasaron varios años hasta que en la revista “Newsweek” se descubrió la gran mentira… y no pasó nada. La fuerza mediática y de distorsión del “gran dominio” (financiero, militar, energético, mediático) es de tal calibre que logra inmediatamente “normalizar” situaciones que deberían, bien al contrario, propiciar acciones muy firmes de asociaciones multilaterales y de países gobernados responsablemente.

En 2015, gracias en buena medida al Presidente Obama -¡hasta el Papa Francisco escribió una encíclica “ecológica”!- se lograron los Acuerdos de París, suscritos por la práctica totalidad de los países del mundo… y todo parecía indicar que iba a reconducirse de forma apropiada un tema que, por tratarse de procesos potencialmente irreversibles, revestía un peligro especial sobre la calidad de la vida en la Tierra.

Sin embargo -siempre el Partido Republicano de los Estados Unidos contra el multilateralismo- el Presidente Trump anunció que no iba a poner en práctica ni los Acuerdos sobre Cambio Climático ni la Agenda 2030 sobre Sostenibilidad, al tiempo que reclamaba con urgencia mayores inversiones para defensa. Y los grupos plutocráticos -¡cómo no!- accedieron inmediatamente para que el “consorcio bélico-industrial” de los Estados Unidos siguiera creciendo y alcanzara a superar los más de 4000 millones diarios con que cuenta actualmente para gastos y armas militares, al tiempo que, no me canso de repetirlo, mueren de hambre miles de personas, la mayoría niñas y niños de uno a cinco años de edad.

¡Además, Estados Unidos se ha convertido, utilizando el procedimiento  contaminador del “fracking”  en gran productor y exportador (¡) de petróleo! Y es necesario y urgente conocer qué está sucediendo en la Amazonia e identificar a los culpables…

Ha llegado, pues, el momento de la firmeza, de la lúcida advertencia a quienes, por la irreversibilidad potencial de muchos procesos, amenazan gravísimamente el porvenir de la humanidad en su conjunto, de que no hay más gobernanza que la de un multilateralismo bien arropado por todos para intentar detener el deterioro que afectaría a la vida digna de millones de seres humanos.

Hace unos meses propusimos un gran acuerdo de las comunidades académica, científica, artística, literaria,  intelectual en suma (https://aeac.science/pacto2019/ )  para que liderara  e impulsara grandes movilizaciones a escala mundial para el refuerzo inmediato de un  multilateralismo democrático que permitiera la puesta en práctica sin demora de los Acuerdos de París y de la Agenda 2030.

Es ahora insoslayable. Tan sólo hace unos días leíamos en la prensa que “Delhi se ahoga”… Al “portazo” de Trump debe responderse con un gran “portazo” de millones de seres humanos, especialmente los jóvenes, los más afectados por sus medidas contra el conjunto de la humanidad, lo que representaría sin duda un efecto de gran calado y corrector.

Como dijo Garcilaso, ya no podemos callar. Seríamos cómplices de un delito de silencio, de lesa humanidad.


Publicado en Other News

“Ciencia y sociedad: una visión científica para un futuro diferente”

martes, 5 de noviembre de 2019


Este es el título de la I Conferencia de la AEAC (Asociación Española para el Avance de la Ciencia) que se celebrará los días 5 y 6 de noviembre en Madrid. Ha llegado el  momento –que la  irreversibilidad potencial hace apremiante- de reducir las sombrías tendencias actuales propias de la deriva neoliberal que ha sustituido el multilateralismo por la plutocracia (grupos G7, G8, G20), ha favorecido una economía de especulación, deslocalización productiva y guerra (todos debemos ser conscientes de que cada día se invierten más de 4000 millones de dólares en armas y gastos militares al tiempo que mueren de hambre miles de personas, la mayoría niñas y niños de uno a cinco años de edad) y ha desoído los llamamientos de la comunidad científica para la oportuna adopción de medidas contra el cambio climático y la puesta en práctica sin dilación de los ODS ( Objetivos de Desarrollo Sostenible, Agenda 2030) adoptados por la Asamblea General de las Naciones Unidas en noviembre de 2015 “para transformar el mundo”.

Hasta hace poco, la inmensa mayoría de la  humanidad se hallaba sometida a un poder absoluto masculino que imponía el perverso adagio de “si quieres la paz, prepara la guerra”. Y los seres humanos, incapaces de ver más allá de su entorno inmediato, eran obedientes, temerosos, silenciosos… El “gran dominio” (financiero, energético, militar, mediático) ha impuesto sus designios y, progresivamente, el supremacismo, la insolidaridad, la codicia, la indiferencia… se han globalizado.

Ahora, por fin, podría convertirse en realidad el protagonismo que  la primera frase de la Carta de las Naciones Unidas asigna a “los pueblos”. En 1945 era prematuro: todo fueron Estados y hombres en lugar de “pueblos”. Pero ahora hace tres décadas que, con la tecnología digital, los seres humanos saben lo que acontece y, sobre todo, pueden expresarse libremente. Los pueblos ya tienen voz. Y voz no sólo masculina sino también femenina porque la mujer, progresivamente, está alcanzando, en total pie de igualdad, el lugar y el ejercicio de las funciones que le corresponden.

La sociedad ya se halla ahora facultada para tomar en sus manos las riendas del destino común y hacerlo con la fuerza de la razón y no con la razón de la fuerza, con la fuerza de la palabra, germinando la cultura de paz en donde siempre lo hizo la cultura de la guerra, y favoreciendo la solidaridad, las manos abiertas y nunca más alzadas ni armadas.

Ahora ya podemos unir las voces y hacer frente al “gran dominio” con inmensos clamores populares, tanto presenciales como, particularmente, en el ciberespacio. El silencio puede ahora convertirse en el cómplice de la inacción y de la degradación de la calidad de vida. Delito de silencio. Corresponde a las comunidades académica, científica, artística, literaria, intelectual en suma, liderar la movilización ciudadana y llevar a cabo, antes de que sea demasiado tarde, los cambios radicales que son exigibles. Es urgente el mayor número posible de entidades en este Acuerdo para favorecer esta inflexión que, de otro modo, no tendrá lugar. El texto completo del Manifiesto puede hallarse en https://aeac.science/pacto2019/ .

Con mucha dificultad –por el cambio abrupto que representa- la gente se ha ido dando cuenta de que los retos globales requieren respuestas globales y, con mayor dificultad todavía si cabe, de la irrelevancia cuantitativa de la mayoría de países y asociaciones regionales que, como sucedió en Europa hace unos años, pueden representar, no obstante, un gran valor cualitativo (democracia, derechos humanos universales, solidaridad, fomento de la ciencia y la innovación…).

Es inaplazable un nuevo concepto de seguridad que atienda no sólo a la defensa de los territorios sino de las necesidades básicas de los seres humanos que los habitan (alimentación, agua potable, servicios de salud, cuidado del medioambiente, educación). Y un nuevo concepto de trabajo que dé servicio a la sociedad en su conjunto, de tal modo que el progreso científico no actúe en detrimento sino muy a favor de la dignidad de cada ser humano.

Los tiempos actuales se caracterizan por ser convulsos y llenos de sobresaltos. La crispación se contagia y el nivel de autocontrol disminuye. La espiral de protesta se acelera porque representan a sociedades progresivamente conscientes que se movilizan porque aspiran a otro nivel de vida, a otro estilo de vida y a otro futuro. En especial se han movilizado los jóvenes ante la urgencia de medidas que mitiguen el cambio climático, y también las mujeres reclamando igualdad y más oportunidades de ser protagonistas de la historia.

La ciencia debe ayudar al ciudadano para que no quede a merced de unos grandes consorcios internacionales y de unos pocos gobiernos. El difícil equilibrio radica en cómo gestionar social y éticamente la ¿inevitable? Globalización.

Es imprescindible no confundir educación con capacitación, conocimiento con información e información con noticia. Es, pues, preciso, verificar bien las informaciones tan rápidamente asequibles en la actualidad, para que, en breve plazo, la humanidad sea capaz de que sean los conocimientos y no los intereses los que orienten la brújula del mañana.

Hace  un año y medio, un grupo de científicos y ciudadanos creamos la Asociación para el Avance de la Ciencia, AEAC, como un movimiento cívico que plantea la aplicación del método científico al análisis de la realidad y de los retos globales que tiene planteados esta generación. En la conferencia que se va a celebrar próximamente, se plantean temas como: ¿de qué forma actuar frente a la emergencia climática?; la dinámica / equilibrio ciudades y el medio rural; servicios sanitarios de calidad como gran prioridad…

Deseamos unirnos  a la mayor brevedad posible con otras asociaciones y federaciones nacionales e internacionales para, bien unidos y concertados, poder reaccionar a tiempo y favorecer el “cambio de rumbo y nave”, como tan lúcidamente recomendó José Luis Sampedro.

Invitamos a todos a unirse a este movimiento ciencia-sociedad que nos permitirá alinearnos con los Objetivos de Desarrollo Sostenible patrocinados por la ONU como esenciales si queremos transmitir a nuestros descendientes un futuro mejor que nuestro presente.


Ver en el siguiente enlace: https://aeac.science/presentacion-federico-mayor-cys/