Es apremiante fomentar ser “libres y
responsables” –como califica magistralmente a los educados la UNESCO- para que
no se mantengan sumisos y dependientes un elevado porcentaje de ciudadanos, que ahora
ya disponen de tecnologías que les permiten levantar la voz y hacerse oír. El
clamor popular es inaplazable.
Ahora ya podemos expresarnos
libremente gracias a la moderna tecnología digital, dejando de ser testigos
impasibles, invisibles, anónimos, temerosos y obedientes. Ya es posible el paso
de súbditos a ciudadanos plenos capaces de participar y defender nuestros
puntos de vista. No podemos seguir distraídos, mal informados, manejados por la
omnipotente y omnipresente influencia del “gran dominio”.
Hemos entrado en una nueva era en la
que los seres humanos ya no vivirán confinados territorial e intelectualmente;
en que la longevidad procurará una formidable experiencia que debe ser
plenamente utilizada; en que los jóvenes, conocedores de la Tierra, con
conciencia y ciudadanía global, contribuirán con su imaginación y su impulso a
hacer realidad, por fin, los cambios radicales que, enfrentados por primera vez
en la historia a procesos potencialmente irreversibles, son apremiantes. La
inercia es el gran enemigo.
La mujer es “piedra angular”, por
las facultades que le son inherentes de la convivencia pacífica, de la
inflexión histórica de la fuerza a la palabra.
Ahora que tenemos conciencia global,
medios para expresarnos con libertad irrestricta y un porcentaje
proporcionalmente mayor de mujeres en la toma de decisiones, debemos descubrir
e inventar nuevos caminos y esclarecer los sombríos horizontes actuales, para
que el legado que debemos dejar a los que llegan a un paso de nosotros esté a
la altura de la dignidad humana. Cada ser humano capaz de crear, nuestra
esperanza.
Ciudadanos del mundo, con una “nueva
mirada” para abarcar la Tierra entera, libre e irresponsables, protagonistas y
beneficiarios, para llevar a cabo, sin delaciones, las acciones cotidianas
que pueden enmendar las sombrías
proyecciones que vivimos. No es posible continuar con más informes y
diagnósticos. Ha llegado la hora de los tratamientos a tiempo, antes de
que se alcancen puntos de no retorno.