La Unión Europea, gravemente "deslocalizada" y "secuestrada" por el mercado

jueves, 28 de octubre de 2010

La producción progresivamente deslocalizada hacia el Este, hasta llegar a China, la "fábrica del mundo", ha desembocado en la formidable paradoja del mayor país comunista del mundo, el gran país capitalista.

Por otra parte, el talento se ha estado deslocalizando hacia el Oeste, durante décadas. Europa ha realizado considerables esfuerzos en fomentar becas y ayudas (pre-doctorales, post-doctorales...) pero, luego, debido en buena medida a procedimientos menos flexibles que los norteamericanos, son muchos miles los científicos, especialistas en las más diversas materias, que han aceptado ofertas de los EEUU, sobre todo.

También en defensa estamos "parcialmente deslocalizados" al otro lado del Atlántico (Norte).

Y en Europa nos hemos quedado con los servicios y con las "burbujas", padeciendo de forma particular los "efectos colaterales" de la globalización plutocrática.

Los financieros nos dominan y los representantes del gran capital, bien aposentados y guarecidos de la tormenta, se limitan a repetir, con desesperante monotonía, que tienen soluciones (que nunca muestran)... mientras miran hacia otra parte.

Ya lo advirtió el Presidente Bush en noviembre de 2008: "la solución a la crisis es economía de mercado, libre mercado, libre comercio". ¡Qué error -lo he subrayado en diversas ocasiones- cometió la Europa sometida y timorata cuando acudió presurosa en la fecha mencionada a Camp David, ya elegido Obama, para que fuera el Presidente norteamericano en funciones quien "liderara" la recuperación de la quiebra financiera (y democrática, y política, y medioambiental, y ética...).

Y así, el G-20, en lugar de las Naciones Unidas, ordenó el "rescate" con fondos públicos de las instituciones financieras, la mayoría privadas, que se hallaban en zozobra. Y, ahora, lógicamente, el sector público tiene un déficit enorme, que debe pagar... ¡el sector público!. Y recortar sus presupuestos, incluídos los relativos a políticas sociales. El mercado acorrala a la política, uniformizando las distintas opciones ideológicas.

Europa, como el mundo entero, se halla secuestrada por el mercado. Se les ayudó anunciando serias medidas de regulación e inmediata eliminación de los paraísos fiscales. Pues bien: sigue la desregulación; siguen los paraísos fiscales; siguen las "evaluaciones" o "clasificaciones" sesgadas, interesadas, parciales, oportunistas (la última de Moody's, ¡el día antes de que Cataluña pusiera bonos a la venta!).

Europa, a los pies de los caballos. En lugar de dominar, como buenos jinetes, el poder desbocado del mercado, estamos a sus pies.

Occidente ha aceptado la progresiva marginación de las Naciones Unidas. Ha olvidado los principios democráticos, los Derechos Humanos y la grandeza de su mestizaje. Ha abrazo el mercado y se está dejando influir en exceso por el colosal poder mediático. Y -ver el caso de Suecia- son los ultras los que, contra todo pronóstico, se estan beneficiando de la crisis. Brotes de xenofobia, de intemperancia, están erosionando los pilares socialdemocráticos que durante tantos años fueron referencia.

Pero están germinado -el ciberespacio es especialmente relevante a este fin- semillas de movilización plantadas desde hace años, en tiempos de resistencia y prospectiva.

Y cada vez se sembrará más y más hasta completar los surcos, que pondrán al alcance del poder ciudadano los medios para la acción. El cambio vendrá de la ciudadanía, cansada de sometimiento y postergación. No pasarán muchos años que pretenden prolongar quienes, azorados, intentan con añagazas mil, eliminar la educación ciudadana de todos de grados docentes.

Sí, llegará el momento de "los pueblos", tan lúcidamente previsto en La Carta de las Naciones Unidas. Y, valientemente, se exigirá la regulación de los mercados; que se procuren fuentes alternativas de ingresos (tasas sobre las transacciones electrónicas, por ejemplo; el cierre, de una vez, de los perniciosos paraísos fiscales; medidas urgentes sobre el medio ambiente, para protegerlo especialmente de procesos potencialmente irreversibles; reducir el gasto militar y en armamento, elaborando nuevas estrategias y máquinas apropiadas para la nueva naturaleza de los conflictos...

De este modo, sólo de este modo, terminará el secuestro y emergerá la Europa como referencia de la gobernación democrática a escala mundial.

En lugar de desprestigiarlo, procuremos fortalecer el liderazgo político en la Unión Europea. Para que resista y supere el acoso intolerable de los mercados, en manos de muy pocas manos, del "gran dominio". Para que "relocalice" los tipos de producción que estime más adecuados. Y -como ya inició en 2007 con el Consejo Europeo de Investigación- promueva con brío la I+D+i en la UE "relocalizando", también los "cerebros" en sus territorios.

Diseñe y ponga en práctica su propio sistema defensivo. Alianzas, sí. Dependencias, no.

¿Ética o estética?

martes, 26 de octubre de 2010

Ética, sí. Observaciones, críticas fundadas en el comportamiento y antecedentes de cualquier persona, y sentimientos (... y asentimientos), sí. Pero sin hacer referencia a sus señoras madres ni comentarios sobre su "estética".

Acabo de leer una columna de opinión en la que, al referirse a una Ministra nombrada recientemente, escribe el autor que no le gusta éticamente ni estéticamente.

Es vergonzoso e inadmisible que se realicen comentarios sobre el físico (especialmente de las damas, muy pocos se refieren a los varones) y se siga aplaudiendo descaradamente a quienes, de forma fehaciente, han corrompido o se han dejado corromper.

Ética, sí. Espero que, a la vista, de los grotescos espectáculos recientes, los ciudadanos sepamos centrar nuestros ataques o alabanzas en la conducta, en la "belleza interior", que depende de cada uno y nunca más en la "belleza exterior", que podemos maquillar pero no modificar esencialmente (salvo excepciones...).

Incoherencia

martes, 19 de octubre de 2010

En portada del ABC, domingo, 17 de octubre de 2010.


Sin comentarios.

En el interior, grandes titulares de "Educar en valores"... y de "Educar en familia"... pero luego, en los anuncios de "Relax", leemos (a título de ejemplo):

Por unos denarios... Está claro que, en el fondo, prefieren los precios a los valores... Por mucho que digan.

España, ¿en decadencia? No. Algunos de sus habitantes, sí.


El dragón altanero: China y el Premio Nobel de la Paz 2010

lunes, 18 de octubre de 2010

Tengo predilección por China. He conocido al pueblo chino. He visto cómo vive y piensa. Y cómo mira y sonríe.

Por ese especial aprecio he seguido con preocupación, especialmente en los últimos años, la progresiva transformación de un gran país que, por avatares de la historia se está convirtiendo en la mayor potencia capitalista de la tierra.

Desde hace mucho tiempo vengo insistiendo en que haber convertido a China, por una deslocalización productiva guiada por la codicia, para ganar más sea como sea, en la "fábrica del mundo" en la que, además, las ganancias van todas directamente al Estado..., sin reparar en las condiciones laborales ni en el respeto a los derechos humanos más elementales, constituía no sólo un gran error y una afrenta al pueblo chino sino una grave desestabilización a escala planetaria.

Culpalbles, en buena medida, los países más poderosos de la tierra han sabido mirar exquisitamente hacia otro lado. No sabemos cual es la realidad de este gran país tras su permanente y tradicional sonrisa. No nos deja observar lo que acontece. Tratándose de China -que nos compra deuda, que nos produce nuestras marcas, mejor no hacer preguntas. ¿Sabemos el número de penas capitales que se llevan a la práctica cada año?. Amnistía Internacional calcula que son varios miles... pero las autoridades chinas no facilitan datos. ¿Sabemos cómo pueden defender sus derechos los centenares de millones de ciudadanos chinos?

Es imprescindible -lo digo con toda firmeza por el bien que les quiero- transparentar tantas opacidades. La concesión del Premio Nobel de la Paz 2010 a Liu Xiaobo, encarcelado por disidente, ha demostrado hasta qué punto las autoridades pueden actuar arbitrariamente, poniendo todo tipo de obstáculos a la difusión del flamante reconocimiento, para que el pueblo no se contagie, e impidiendo al principio, restricciones a que su propia mujer le comunicara la noticia para, acto seguido, recluirla en su propio domicilio.

Deben darse cuenta de que hay límites a las ambiciones económicas de sus clientes, que les han encumbrado de modo tan interesado, pero también y a sus actitudes frente al mundo, frente a las gentes que, en tan gran número, son consumidores de sus productos.

Es necesario llegar a un gran acuerdo, sin imposiciones violentas de nadie, para que, en un plazo razonable, China se comporte de otra manera. Y los que han ofrecido tantas ventajas relativas a China a cambio de pingües beneficios, que sepan también que su actuación debe modificarse sustancialmente.

Está claro que el único lenguaje que se entiende es el económico. "Made in China" no puede seguir amparando la discrecionalidad monetaria, laboral y social que hoy llena de interrogantes este origen.

China es capaz, con la raíces seculares de su cultura, de realizar cambios espectaculares. Ahora es el momento de dar un paso importante... descendiendo desde la cúpula hacia las bases. Mostrando su rostro progresivamente. Haciendo partícipes de su realidad a los demás países, ninguno de los cuales, por cierto, está moralmente autorizado a tirar la primera piedra.

Por su propia naturaleza, el dragón no puede ser sumiso. Pero si escucha a su ilustre compatriota Liu Xiaobo -¡qué bien ha estado, en esta ocasión, la elección realizada por el Comité Nobel de la Paz!- y a todos los que representa, y escucha así mismo las voces de todos los que reconocemos y estimamos la cultura china, dejará de ser altanero. Y nos gustará su sonrisa. La de hoy no nos gusta.

El Danubio rojo

viernes, 15 de octubre de 2010

Empresas que explotan los recursos naturales o fabrican productos de las más variada naturaleza sin regulación, sin garantías, guiados exclusivamente por su "codicia e irresponsabilidad", en palabras del Presidente Obama.

Desastres de grandes proporciones con gravísimos "efectos humanos colaterales"...

Ante la avalancha de espectáculos deportivos y de toda índole que nos proporciona la boyante (por ahora) industria del entretenimiento, los ciudadanos nos olvidamos pronto de las muertes, del sufrimiento y de las heridas y zarpazos inacabables a la Madre Tierra. Y guardamos silencio. Y guardan silencio las instituciones académicas y científicas. No nos oponemos a la plutocracia. No procuramos la refundación de un sistema fuerte y eficaz de las Naciones Unidas. Somos espectadores, testigos impasibles.

Todo vale para que los consorcios internacionales saquen provecho. En poco tiempo, riada de fango rojo tóxico en Hungría; poco antes, mineros atrapados en Chile a cientos de metros de profundidad; antes, un inmenso vertido de petróleo, extraído a 1.500 m. de profundidad en el Golfo de México, sin disponer BP de las capacidades técnicas imprescindibles para actuar con rapidez en instalaciones tan hondas...

Manuel Saco ha escrito en "Público" un artículo titulado "Codicia tóxica" sobre el lodo que, de pronto, inundó, como un terrible tsunami, miles de hectáreas en una zona minera de Hungría. Pronto llegó al Danubio que, además de dejar de ser azul, que es lo suyo, afectará a la potabilidad de las aguas...

¿Se acuerdan de la balsa de Aznalcóllar?

Es imprescindible, pues, que la vigilancia se extreme, porque tenemos que cuidar de las personas y del planeta (todavía azul, como el Danubio) a las que estas empresas multinacionales (sobre todo), desde las altas torres del "gran dominio", ignoran olímpicamente.

Los residuos deben tratarse, no almacenarse. Los fondos de los tanques de las petroleras deben lavarse en las instalaciones portarias oportunas y no en el medio del mar, porque se contamina el agua y se asfixia, dada la baja densidad de estas sustancias, el fitoplacton, indispensable para la recaptura del CO2.

En España debe procederse sin demora a investigar el estado de varias "balsas" de almacenamiento de residuos... antes de que se produzca otra catástrofe.

Hay que terminar de una vez con estas prácticas que ponen de manifiesto la impunidad con la que actúan, a falta de un sistema multilateral que controle y castigue, en su caso, a los transgresores, unas industrias carentes de escrúpulos.

Y las comunidades académica y científica deben situarse en la vanguardia de las protesta y de la exigencia de comportamientos responsables hacia la Tierra y sus habitantes.

El valor de cada vida

miércoles, 13 de octubre de 2010

Toda vida es la humanidad. Por eso todos estamos pendientes de la suerte de los 33 mineros que se hallan a 700 m. de profundidad en una mina de Chile. Por eso todos anhelamos vívamente su retorno a la superficie sanos y salvos. Y todos pensamos que hay que extremar las condiciones de seguridad en el trabajo. Que es ineludible que se preste toda la atención debida a cada vida, ganando un poco menos las empresas o valiendo un poco más el producto. Pero no es tolerable éticamente que sólo los beneficios inspiren la actividad empresarial.

Del mismo modo que queremos de todo corazón que estos mineros -porque los vemos, porque los sabemos- sean finalmente, después de tantos días de sacrificios y sufrimientos, transportados a la superficie, también debemos tener en cuenta, a partir de hoy más que nunca, a quienes mueren cada día de hambre, desamparo y olvido... Pero no los vemos y, por tanto, no los recordamos. Pensemos en los "invisibles". Es nuestro deber supremo: pensar en los que no vemos. Porque, ya lo dijo el Premio Nobel de la Paz Bernard Lown en 1985, "sólo en la medida en que seamos capaces de ver los invisibles seremos capaces de hacer los imposibles". Los cambios radicales que se requieren y que hoy parecen imposibles -cambio de modelo económico basado en la especulación, la deslocalización productiva y la guerra al basado en el desarrollo global sostenible; refundación de un sistema multilateral; prevalencia de la política sobre el mercado...- serán una realidad si cada día tenemos presentes a los más de 60.000 seres humanos que mueren sin ser vistos...

¡Peligro!: no hay tiempo para pensar

martes, 5 de octubre de 2010

“Es necesaria la reapropiación del tiempo”

Prof. María Novo.

Pensar es la actividad exclusiva y distintiva de la especie humana. Hacerlo sin cortapisas, sin restricciones, sin condicionamientos, es la expresión de nuestra libertad.

Y actuar en virtud de nuestra reflexión y no al dictado de nadie, es nuestra responsabilidad. “Libres y responsables”, cualidades de las personas “educadas”, según establece la Constitución de la UNESCO.

Educación es “dirigir con sentido la propia vida”, según definición inmejorable de Don Francisco Gines de los Ríos. En consecuencia, los “educados” pueden participar, ser actores y no espectadores impasibles, pusilánimes, obedientes, silenciosos, resignados.

Tiempo para pensar. Para intentar dar respuesta a las preguntas esenciales, aunque no es fácil porque, como escribió Don José Bergamín: "Me encuentro huyendo de mí cuando conmigo me encuentro”.

Y tiempo para observar (es decir, mirar pensando) lo que vemos.

Las noticias se refieren siempre, lógicamente, a lo insólito, a lo extra-ordinario. Aunque sean fidedignas nos trasladan sólo una parte muy pequeña de lo que sucede, del conjunto de la realidad. Tenemos que esforzarnos en ver los “invisibles”.

Pero es que, además, con frecuencia las noticias van “tintadas” del color de quienes las emiten. Noticias sesgadas, falaces.

“Los españoles piensan que”… he oído decir, con reiteración inadmisible, a quienes se arrogan la representación de “los españoles”, cuando en realidad sólo se trata de una parte de los ciudadanos españoles. El resultado suele ser que a la apatía social se añade la política.

Acceso, pues, a la más diversa información y tiempo para meditar sobre los “invisibles” (para poder hacer los “imposibles”, como decía el Prof. B. Lawn, Premio Nobel de la Paz 1985).

Tiempo para comparar, para apreciar lo que tenemos, para darnos cuenta de la “cantidad” de bienestar que tenemos y del “malestar” ajeno.

Tiempo para convertirnos en ciudadanos participativos que no aceptan que otros padezcan los “efectos colaterales” del actual sistema.

Estamos distraídos con el ciberespacio, con la telefonía móvil, con la TV, con las “play station”, con los omnipresentes espectáculos deportivos. El fútbol a todas horas: liga, copa, supercopa, champions, Europa, mundial…! La industria del “entretenimiento adquiere colosales proporciones y puede ser la próxima “burbuja”… Llega a ser casi una adicción… ¿Y cuándo se piensa?, ¿cuándo se imagina?, ¿cuándo se inventa?

Distraídos, olvidando lo que debería recordarse a cada paso. Deber de memoria. Deber de voz: la voz debida.

Para cambiar las actuales tendencias hay que empezar por cambiarnos a nosotros, a nuestro entorno.

Para movilizar a los ciudadanos, para dejar de ser súbditos, sumisos, silenciosos, obedientes, es necesario inventar otro mañana…

¡Alerta! ¿Globalización mental? Tenemos que ofrecer fórmulas alternativas y exigir que la gobernación, a escala local y mundial, sea democrática. ¡No queremos que nos guíen los 6, 7, 8…20 países más ricos del mundo! ¡Queremos unas Naciones Unidas –“Nosotros, los pueblos…” – fuertes y dotadas de los recursos humanos, técnicos y financieros necesarios!

Queremos guiarnos por principios éticos universales (justicia social, solidaridad…) y no por el mercado. ¡Poder ciudadano, ya!

Termino con otra frase de María Novo: “El gran problema es el N.T.D. (nos tienen distraídos)”.

Pues ya no nos dejaremos distraer tan fácilmente.