“Nunca hay buen viento para quien
no sabe a dónde va”.
Refrán marinero.
Algunos títulos de recientes noticias (aparecidas en “El País”), pueden ilustrar estas reflexiones:
• “Vuelven los capitales”… pero la cultura y el I+D+i siguen a la deriva.
• “La crisis borra del mapa 80.000 hogares en España en un año”… El número de viviendas familiares cae por la emigración y el reagrupamiento… Las casas de jubilados que acogen a familiares parados se duplican…
• “Bruselas presiona”. El gobierno debe aclarar si aplicará nuevos ajustes o prefiere no castigar más el crecimiento… La deuda sigue creciendo, hasta el punto de que en septiembre ha alcanzado un nuevo máximo: el 94.2% del PIB…
• “Bruselas enmienda el presupuesto español”: la Comisión insta al gobierno a acometer un ajuste de hasta 5000 millones en 2014 y de unos 35.000 millones hasta 2016.
• “La OCDE alerta de que los recortes y la falta de crédito aún lastran a España”. El Organismo pide al gobierno que persevere en las reformas. Aligerar la recesión actual hasta el punto de crecer el 0.5% en 2014, no mejorará el desempleo, que pasará de 26,4 en 2013 a 25,6 en 2015.
• “Eurozona fría”. El estancamiento y las bajas tasas de inflación comprometen el crecimiento económico. “Los ritmos actuales de crecimiento son manifiestamente incompatibles con la reducción del desempleo y con la definitiva estabilidad y saneamiento de los sistemas bancarios”.
• “La OCDE alerta de los efectos de los recortes sanitarios”: reducción de la oferta de servicios e incremento de los copagos…
Se trata, como vemos, de una crisis sistémica que requiere, para hacerle frente debidamente, un programa de acción bien diseñado.
¿Cómo vamos a crear empleo sin un “plan país” (al que ya me he referido en “entradas del Blog” anteriores)? ¿Cómo vamos a mejorar si seguimos en una Unión Europea monetaria sin unión económica ni política? ¿Sin un sistema multilateral democrático que sustituya rápidamente a los grupos oligárquicos del neoliberalismo (me he referido también en varias ocasiones a la refundación del Sistema de las Naciones Unidas)?
Es indispensable disponer de una nueva brújula que facilite la transición desde una economía de especulación, deslocalización productiva y guerra a una economía de desarrollo global sostenible y humano. De una cultura de imposición y violencia a una cultura de conversación, conciliación y paz.
No podemos seguir ni un día más con la conciencia empañada por la muerte por hambre cada día de más de 60.000 personas al tiempo que se invierten en armas y gastos militares 4.000 millones de dólares.
Sí, es imprescindible iniciar una nueva era, genuinamente democrática, que atienda las prioridades fundamentales que requiere el bienestar de todos los seres humanos. Actualmente, sólo el 20% de la humanidad habita en el barrio próspero de la aldea global. Alimentación para todos; acceso al agua potable; servicios sanitarios de calidad; cuidado del medio ambiente; educación; y paz. Disponemos del conocimiento para lograr esta inflexión histórica. Sólo hace falta que pasemos de súbditos a ciudadanos plenos, de espectadores silenciosos e impasibles a actores.
Ha llegado la hora de “Nosotros, los pueblos…”.