Tragedias que oculta el vaivén de los mercados: la drogadicción y el narcotráfico

viernes, 23 de septiembre de 2011

Es apremiante acabar con esta lacra que tantos desgarros humanos, familiares y sociales conlleva. No podemos seguir esgrimiendo argumentos que ya han demostrado -a qué precio de vidas y sufrimiento- su total inadecuación y falsedad. Urgidos por los problemas financieros, temas tan relevantes como el consumo y tráfico de drogas o el cambio climático permanecen en la sombra.

Pero cada día es más dramática e inadmisible la situación de quienes, directa o indirectamente, se hallan relacionados con el uso de estas sustancias neurotóxicas, naturales o de síntesis.

El problema de las drogas es la demanda, no la oferta. Los EE.UU. se pasan la vida rastreando, con grandes efectivos militares, en los países de origen para evitar, inútilmente, que se inicien las distintas "rutas de la droga"... pero no controlan en absoluto el consumo interno. Apresan a muchos "capos" en otros países pero muy pocos en su propio territorio.

Colombia, Bolivia, México, Guatemala... en América Latina; ...Afganistán en Asia son ejemplos de un reiterado fracaso en todos los intentos de restringir o anular el comercio de estos productos.

¿Ha habido solución militar en Colombia? ¿Solución policial en México? ¿En Guatemala? ¿Y en Afganistán, de cuyos cultivos de adormidera procede el 92% de la heroína que se consume en el mundo?

Están todavía muy recientes las matanzas en Monterrey de 52 personas..., y ayer mismo el ajuste de cuentas entre dos "cárteres" se saldaba con decenas de muertos. Son acciones criminales de quienes han sido declarados el "enemigo público número 1 de la democracia"...

Desde luego que las fuerzas de seguridad deben colaborar para que se cumpla la justicia propia de un Estado de derecho. Pero, ¿ha disminuido el consumo? ¿Se han realizado progresos con las actuales estrategias?

Está claro que la oferta no decaerá.

Está claro que quien busca droga la encuentra.

Está claro que el precio no tiene el menor efecto disuasorio y que, urgidos por la extrema dependencia y apremio del consumo, los adictos son capaces de todas las extorsiones, chantajes, coacciones, afrentas familiares...

Dejémonos impresionar por la desazón y tristeza de un drogadicto. Y tratémoslo como todo ser humano se merece. Advirtamos, alertemos, asistamos... pero sin consentir que el narcotráfico siga constituyendo hoy uno de los mayores y más graves problemas de delincuencia y terrorismo.

Está claro que la solución no es mirar hacia otro lado mientras en las discotecas y salas de fiesta se ofrece todo tipo de "drogas" y, lo que es peor, algunos barrios "malditos" se abandonan a su suerte como irremediables "efectos colaterales".

Está claro que no es un problema de seguridad y solución militar, sino un tema de sanidad pública. Hay que desmontar el terrible andamiaje capilarmente extendido en todo el mundo.

Está claro que mientras produzca pingües beneficios habrá narcotraficantes desde los pequeños "camellos", hasta los grandes "capos" que blanquean los cuantiosos fondos en los paraísos fiscales.

Está claro que, en contra de lo prometido en el "rescate" de las instituciones financieras en 2008, la regulación de las actividades bancarias ilícitas y delictivas no tendrá lugar y que los paraísos fiscales seguirán estando colmados por las mafias y los ciudadanos insolidarios que evaden capitales.

Está claro, en consecuencia, que, como acaeció en el caso de la "Ley seca", los Al-Capone desaparecerán cuando deje de ser un negocio lucrativo.

Está claro que, como en el caso del abuso de alcohol y consumo de tabaco, corresponde exclusivamente a los ciudadanos -con todas las previsiones educativas y de publicidad bien hecha y a gran escala, advirtiendo de los riesgos- la responsabilidad de decidir. La solución está en que dejen de ser mercancías ilegales y se tenga acceso a ellas, como en el caso del tabaco, en cuyas cajetillas se dice que puede matar, sin cauces sinuosos y siniestros.

Está claro que, si a pesar de los avisos de los gravísimos efectos neuronales, se consume, los usuarios deberán ser cuidados como pacientes y atendidos en el marco del sistema de salud.

Está claro que la adopción de estas medidas, ampliamente preconizada hoy por personalidades médicas, políticas y representantes de la ciudadanía, tendrán inmediatamente la oposición de quienes, en mayor o menor medida, se benefician de la actual situación y de quienes, con buena voluntad, siguen creyendo que la adicción puede corregirse por la fuerza, ignorando la inmensa maquinaria terrorista que subyace.

Es urgente un cambio radical e rumbo.

Está claro...

7 comentarios

Anónimo dijo...

Ayer le escuché en Bilbao,gracias por sus aportaciones.como sobrevive una mujer en el país vasco de 29 años,con carrera y máster ,trabajando 10 horas semanales y sin ayuda social? Muchas personas me preguntan sí no tengo pareja...otras sí no me ayuda la familia o amigos.sí me inscribo en el paro,me eliminan los días cotizados a la seguridad social.no hace falta ir a países del tercer mundo para vivir dramas,porque aquí ya los vivimos en carnes propias. El acceso de la mujer al mercado laboral no es sencillo ,existe tanta precariedad...los jefes prometen sueldos que no cumplen ,...he visto casos de pagar más dinero a chicos que a chicas,...todo esto es denunciable,y creo que vamos a peor...que se ésta liando una buena...por favor usted que opina? Gracias.

23 de septiembre de 2011, 21:56
Sebastian dijo...

Reciba un cordial saludo,

Soy estudiante de Desarrollo sostenible en la Escuela Politecnica de Montreal en Canada, y uno de los temas mas controvertidos es el de la influencia del PIB como medida de la riqueza y grado de desarrollo de un pueblo. Su posiciòn al respecto resulta paradojicamente inspiradora, parodojica en el sentido en que nos moviliza a continuar en la busqueda de la anhelada solución, pero nos deja con el sabor un tanto "utópico" de un cambio de conceptos de base y su consecuente injerencia en las politicas de las naciones. Conceptos como riqueza, pobreza, paz, bien estar, biodiversidad... son cosas que en las escuelas se enseñan mal, lo gobiernos las miden mal (PIB), los sectores poderosos los manipulan e influencian las decisiones globales. Estamos realmente cerca a la sociedad "socialmente digna", como usted propone en su articulo?

Gracias por demostrar que el anhelo vive y que existen intensiones de muy alto nivel para conseguirlo.

24 de septiembre de 2011, 16:49
Juliana Luisa dijo...

Está claro, como usted recuerda, que no se están regulando las actividades bancarias ilícitas y delectivas. Está claro que siguen existiendo paraísos fiscales.
¿Qué podemos hacer?

25 de septiembre de 2011, 17:47
cosmo dijo...

Si hay dinero de por medio, no hay nada que hacer. Ya sean armas, drogas, personas... se trafica con lo que sea, se hace lo que convenga, con tal de obtener más dinero. Si queremos hacer algo por el mundo y por nuestros semejantes, controlemos nuestro dinero: metámoslo bajo el colchón o en banca ética porque si no nuestra nómina irá a parar a la especulación, a la compra-venta de armas, a las guerras, etc. No nos engañemos, es ahí donde se hace dinero de verdad y el banco no va a perder la oportunidad de hacerlo.

28 de septiembre de 2011, 9:55
Federico Mayor Zaragoza dijo...

Anónimo: Todo esto es consecuencia de haber renunciado, a la "globalización", de los principios democráticos y justicia social, que fueron sustituídos por "el mercado". Quizá Europa no tarde en reaccionar.

28 de septiembre de 2011, 13:00
Federico Mayor Zaragoza dijo...

Sebastián: Si a una "utopía" la apoyan muchos ciudadanos, se convierte en realidad. ¡Apoyemos a través del ciberespacio! Hoy tenemos, por fin, la posibilidad de expresarnos. Un saludo

28 de septiembre de 2011, 13:02
Federico Mayor Zaragoza dijo...

Juana Luisa: Dar, con la adhesión de mucha gente, "plazos" muy claros para el cambio. Por ejemplo: a aquellos bancos que en 2 meses no puedan demostrar su desvinculación de los paraisos fiscales les retiraremos nuestros fondos y nóminas, etc., para trabajar con otras instituciones "limpias". Un saludo

28 de septiembre de 2011, 13:05