El tiempo apremia y, como sucede con los mensajes del Papa y de Obama, es preciso lograr, en cumplimiento de una responsabilidad intergeneracional impostergable, compromisos muy concretos de comportamiento social y ecológicos a escala mundial. La Cumbre de París sobre el Medio Ambiente, que se celebrará el próximo mes de diciembre, no puede fracasar en la urgente adopción de medidas para salvaguardar la habitabilidad de la Tierra. Existen motivos para la esperanza y la movilización:
1. La reciente Encíclica Ecológica del Papa Francisco que se incia así: “El desafío urgente de proteger nuestra casa común incluye la prepocupación de unir a toda la familia humana en la búsqueda de un desarrollo sostenible e integral, pues sabemos que las cosas pueden cambiar”. Añade: “Los jóvenes nos reclaman un cambio. Se preguntan cómo es posible que se pretenda construir un futuro mejor sin pensar en la crisis del ambiente y en el sufrimiento de los excluidos… Necesitamos una solidaridad universal nueva…”
2. La importantísima decisión del Presidente Obama con un plan de choque contra el cambio climático manifestando: “Somos la primera generación que siente las consecuencias del cambio climático y la última que tiene la oportunidad de detenerlo”.
3. En su discurso en Roma 27-29 de mayo de 2015 en el International Climate Change Simposium, el Presidente Mikhail Gorbachev manifestó: “París será el próximo mes de diciembre la última oportunidad para limitar en 2ºC el ascenso de temperaturas en relación a la época preindustrial”.
4. El Acuerdo de los Alcaldes de Capitales y Grandes Ciudades, liderado por la Alcaldesa de París, Anne Hidalgo, ha preparado un gran acuerdo sobre “el Cambio Climático: compromiso europeo y soluciones locales”.
1 comentario
No sé cómo me puedo unir a esa Declaración Conjunta. Considero necesario hacer frente a la situación de emergencia social y ecológica en que nos encontramos.
6 de noviembre de 2015, 12:21Un saludo
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