Han pasado 33 años desde que lo escribí, el 25 de febrero de 1984. Entonces era para los niños de Beirut… Hoy se adapta a la tragedia que viven muchos niños y niñas en Siria (y en tantos lugares más…). Lamentablemente, no ha cambiado nada….
“Tus ojos de niño
ya han visto
el horror de la guerra,
de la violencia,
del hambre…
Tus ojos han visto
la herida
y la sangre,
el odio,
y la inclemencia.
Tus ojos de niño
no han visto sino desamor
y fogonazos de ira…
Vive, niño de Beirut,
para que un día,
contemples la grandeza
de la luz que anida
debajo de la piel
humana”.
Y seguimos de espectadores impasibles, “distraídos”, indiferentes, silenciosos… ¡Delito de silencio…! ¿Hasta cuándo?
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