A Rosa Parks

jueves, 14 de enero de 2010

Con inmenso reconocimiento por haber

plantado, con coraje, a contraviento,

semillas de igual dignidad humana


Cuando vi al Presidente Barack Hussein Obama jurar como Presidente de los Estados Unidos de Norteamérica, pensé con gran emoción en Martin Luther King, en su sueño que ahora se cumplía en la máxima expresión imaginable. Y envié un beso conmovido a la memoria de quien estaba en el origen de esta formidable realidad: Rosa Parks.


Nacida en Tuskegee, Alabama, el 4 de febrero de 1913, Rosa Parks desencadenó en la nación norteamericana el Movimiento en favor de los Derechos Humanos, iguales e inalienables para todos los ciudadanos. Frente a la segregación, el racismo, la exclusión… abrió las puertas de un mañana distinto. Vivía en Montgomery, y regresaba en autobús a su casa después de una larga jornada de trabajo, cuando se negó a ceder su asiento a un hombre blanco, como correspondía hacer en cumplimiento de la Ley que estaba en vigor en Alabama (y en muchos estados del Sur) en aquel tiempo. En el transporte público regían medidas de segregación racial. Otras normas excluían la presencia de negros en determinados restaurantes…


Aquel día primero de diciembre de 1955, a los 42 años de edad, con su actitud resuelta, Rosa Parks cambió el rumbo de la historia: tomemos nota. Fue una costurera afroamericana y no un líder conocido mundialmente. Así se inician los cambios trascendentales. Fue encarcelada y multada. Luego, ella y su marido, expulsados de sus trabajos respectivos, tuvieron que irse a vivir a Detroit, Michigan, en 1957.


Pero con su temple, su valentía, su lucidez, iniciaba un largo camino que conduciría, como una cascada fertilizante, al “momento global” en que el Presidente Obama, a los ojos del mundo entero, era investido Presidente. En efecto, el gesto de Rosa Parks –designada “Madre” del Movimiento Pro Derechos Humanos– condujo a un larguísimo boicot del uso de autobuses, organizado por otro afroamericano poco conocido entonces: el Pastor Martin Luther King.


Y, así, en 1964 se publicó la Ley que prohibía la discriminación racial.


Rosa Parks falleció en Detroit el 24 de octubre de 2005 a los 92 años de edad. Dos años antes había declarado que en la actualidad el gran desafío es “libertad para todos”.


Es preciso ahora, sin demora, otra revuelta en favor de la sociedad civil, de las generaciones venideras. Se trata de otra segregación, de otra exclusión, de otro dominio, de otro sometimiento que impide a la sociedad civil, a “Nosotros, los pueblos…”, tomar en sus manos las riendas del destino común. Se trata de otra gran inflexión histórica, que requiere que muchos actúen como Rosa Parks.


El 21 de octubre de 2008 escribí:


A Rosa Parks,

con infinita gratitud.


Tuviste

el coraje

de permanecer

en el asiento

que debías

ceder

al hombre blanco.

A todos

nos liberaste,

a todos nos desataste

y diste

la condición

de hermanos.

Aquel día

no llegaste

a tu destino.

Esposada

te llevaron

al tiempo

que se iniciaba

el derrumbe

de muros,

de vallas

y cercados.

Y amanecían

días de esplendor

sin discriminación alguna

para toda

la condición humana.

3 comentarios

Siento discernir hoy Sr. Federico.

Los tiempos cambian, el sistema se blinda,... y hoy Rosa Parks sería una mujer "problemática", "incómoda", "antisistema" y "rara". Este es el poder de control ideológico de todos los recursos afines al poder. Tristemente nos lo ha demostrado hace poco Aminetu Haidar, y tristemente nos lo demuestra Michale Moore con cada una de sus películas.

Esta vez nos hacen falta muchas "Rosa Parks", y todas muy bien sincronizadas (...qué le voy a decir ahora que usted no sepa).

Todavía es posible para que todo sea de forma pacífica, pero cada vez menos. Un abrazo muy fuerte,

Jorge Medina Azcarate
One brother World

14 de enero de 2010, 20:04