Las incongruencias de la Unión Europea –que en su día aprobó una unión monetaria sin el imprescindible requisito de la unión económica y política- siguen ahora ampliándose con gravísimos efectos para los países que más sufren el desbarajuste financiero, obligados a satisfacer sus deudas y regularizar perentoriamente su déficit, sumergiéndoles, en contra de los adecuados consejos de tantos economistas de prestigio, a la espiral de la austeridad sin crecimiento.
Pues bien: Europa acaba de reducir, en lugar de aumentar como se había propuesto, las inversiones previstas en el próximo Programa Marco del 2014-2020.
Las prioridades que deben promocionarse en y desde Europa son la alimentación, el acceso al agua potable, el acceso a los servicios de salud, el medio ambiente, la educación… Este y no otro debe ser el mensaje que la UE debe proclamar responsablemente.
El tan cacareado horizonte 2020 se está ensombreciendo.
La única esperanza es que el Europarlamento se oponga radicalmente a este nuevo disparate.
Sin I+D+i no habrá progreso. Recortando en la sanidad, en la educación y en la justicia, los grandes pilares del bienestar social europeo, se debilitarán, resquebrajando todo el edificio.
Esperemos que los parlamentarios cumplan debidamente el alto cometido que los europeos les han confiado.
3 comentarios
El problema Sr. Federico es que el tiempo de las "intenciones" parece haber pasado ya. Europa ha dictado en favor del capital, y la marcha atrás en favor del pueblo parece a día de hoy "utópica"; descreíble e inejecutable.
21 de febrero de 2013, 18:12Yo soy partidario de la separación desde la Europa del Sur de los PIGS hacia la creación de la Unión de una "SurEuropa" independiente del capital, y más dependiente de sus Pueblos. Chipre o Reino Unido ya se lo están planteando, 9 Estados en USA también. Llega la hora de sacudirnos los miedos y empezar a afrontar el reto nosotros también.
Un abrazo.
No confío en los parlamentarios europeos: se han vendido a eso que llamamos los mercados. He leído que por cada parlamentario hay tres lobbistas; no hacen falta, pues ya hace tiempo que se han rendido a sus pies.
24 de febrero de 2013, 20:14Un saludo
El ejemplo de Beppe Grillo en Italia refuerza mi pensamiento sr. Federico. El euroescepticismo empieza a ser cada vez más unánime entre los pueblos del Sur de Europa. La gente ya no quiere buenas palabras: el viento se las ha llevado.
2 de marzo de 2013, 9:56Abrazos.
Publicar un comentario