“El Obispo de Córdoba alerta de un plan para aumentar la población gay”, se titula la noticia (“El País”, 3 de enero de 2011). “La UNESCO tiene un plan para hacer que la mitad de la población mundial sea homosexual”: esta sorprendente declaración pertenece -sigue la columna- al Obispo de Córdoba, Demetrio Fernández, y fue pronunciada durante la homilía de la fiesta de la Sagrada Familia, el 26 de diciembre.
El Prelado afirmó en su sermón que el Cardenal Ennio Antonelli, Presidente del Consejo Pontificio para la Familia, del Vaticano, le había facilitado esta información hacía unos días en Zaragoza. En 20 años, a través de “varios programas” la UNESCO lograría este pérfido objetivo…
¡Y en lugar de corregir de inmediato estas sandeces –seguro en el caso del Obispo cordobés y posible en el caso del Cardenal- el Servicio para la Comunicación de los Obispos del sur de España las “cuelga” en su portal informático!
No sólo los cristianos sino todos los ciudadanos deberían elevar sus voces contra manifestaciones de esta naturaleza, que pueden ser extremadamente nocivas para gente de buena fé.
Personalmente, quiero presentar mi más enérgica protesta por el silencio –ya van muchos silencios en cuestiones que nunca deberían haberse silenciado- guardado por la jerarquía eclesiástica, a la Conferencia Episcopal Española y al Nuncio de Su Santidad en España para que expresen sin demora las disculpas que corresponden.
Es intolerable la forma en que la cúpula de la jerarquía católica española aborda temas que no sólo contradicen el buen sentido que debería observarse en una democracia aconfesional, sino que a muchos creyentes nos indigna.
Nos indignan también estas concentraciones multitudinarias y costosas en las que el Evangelio brilla por su ausencia. Y, abandonando el marco nacional que, por inercia de muchísimos años, tolera todavía actos y expresiones que se caracterizan por su arbitrariedad y partidismo en lugar de por su religiosidad, se invade ahora el ámbito internacional y se calumnia de manera inverosímil a la Organización intelectual del Sistema de las Naciones Unidas, la UNESCO, que tiene por misión, precisamente, construir la paz –objetivo tan cristiano y eucarístico- a través de la educación, la ciencia y la cultura, cuya Constitución gira alrededor de la igual dignidad humana y los “principios democráticos” que deben guiar a la humanidad para alcanzarla.
Al ofender gravemente y con esa increíble ligereza a esta Institución, se ofende también a los maestros que en el mundo de todos los colores y sensibilidades e identidades dan su vida a la formación de “personas libres y responsables”. “Libres y responsables”, según establece el artículo primero del Acta Constitutiva de la UNESCO. Ustedes, Señor Obispo, Señor Cardenal, con estos criterios y falsedades los formarían irresponsables, sometidos y azorados.
Libres, responsables e iguales en dignidad, sin discriminación alguna por razón de género, etnia, ideología, creencia, identidad cultural, sensibilidades... Esta es la educación que permitirá a cada ser humano único, capaz de crear, la capacidad de “dirigir con sentido la propia vida”, en definición inigualable de don Francisco Giner de los Ríos. Que no actúen al dictado de nadie, que no sean adoctrinados ni vivan en el temor ya que, como es notorio, el primer párrafo del Preámbulo de la Declaración Universal establece que el ejercicio de los Derechos Humanos “liberar a la Humanidad del miedo”.
¿Será por eso que algunos miembros de la jerarquía eclesiástica se oponen a la educación en “ciudadanía”? Rectifiquen. Sería muy bueno, no solo para corregir el dislate actual sino para favorecer que, en el futuro, se lo piensen dos veces antes de decir barbaridades, que ya van siendo muchas.
Las comunidades académica, científica, cultural, intelectual, en suma, no permanecerán impasibles y silenciosas durante mucho tiempo.
Rectifiquen.
3 comentarios
¿Qué le parece que, este mismo Obispo, solicite a los cordobeses que eliminen la palabra mezquita de la Mezquita de Córdoba, mientras elimina el sello de la UNESCO, el que hace a la mezquita Patrimonio de la Humanidad, de los panfletos -subvencionados- que reparten a los turistas?
7 de enero de 2011, 22:26Turistas que, por cierto, no son conscientes que sus entradas tienen la misma tributación que el dinero que acaba en el cepillo de la misa de once
¿No se debería poder desgravarse uno las donaciones?
Tal vez pretendan que Córdoba no sea la capital europea de la cultura. Son gente rara
Recuerda los "Protocolos de los sabios de Sión", en versión modernizada (es un decir), como "Protocolos de los bujarras de la ONU".
9 de enero de 2011, 19:00Lo bueno es que ese plan inexistente lo tendría de veras que redactar alguna organización internacional. Nacerían menos niños en un mundo angustiosamente superpoblado; los que naciesen serían con frecuencia adoptados en familias gayas y lesbianas que, sin faltar a los padres biológicos buenos, que los hay muchos, demuestran una gran vocacionalidad para esos de la pater/maternidad y suelen tratar estupendísimamente a sus críos; y habiendo menos curas sueltos, los críos y crías arriesgarían menos el abuso sexual.
Bromas aparte, creo que las declaraciones de ese payaso desequilibrado se califican por sí mismas, y los que tienen que pedirle cuentas, esencialmente, son sus feligreses. Cuantas más cosas así digan las jerarquías de la Iglesia, más deprisa se precipitará hacia la irrelevancia. Y eso será bueno para todos - un mundo con menos iglesias será un mundo menos ideologizado, con más probabilidades de supervivencia.
Que se exprese como quiera. Lo que nos toca como ciudadanos, en cambio, es exigir a nuestro gobierno que retire subvenciones y privilegios anticonstitucionales a una organización así.
Y la misma ONU tendría que replantearse el sentido que tiene tener como observador permanente un Estado que permite sin una sanción inmediata que sus altos funcionarios mientan descaradamente al público sobre organizaciones de la ONU misma.
Cordialmente,
Como dijo un sabio...Sólo hay que sentarse a la puerta con paciencia, para ver pasar el cadáver de tu enemigo... Ellos solitos lo conseguirán.
30 de enero de 2011, 3:14Publicar un comentario