Europa: refundar la Unión

jueves, 4 de abril de 2013

Es urgente –lo he repetido en varias ocasiones- proceder a una auténtica refundación de la Unión Europea, sobre los fundamentos éticos del año 1950. Para saber bien dónde queremos ir, para establecer con precisión la “hoja de ruta” y no volver nunca más a empezar la construcción del edificio europeo por el tejado (como se ha hecho llevando a cabo una unión monetaria sin una previa unión económica y, lo que es peor, sin una previa unión política), es indispensable revisar bien de dónde venimos: ver las bases del Tratado del Carbón y del Acero,… leer los pronunciamientos de sus artífices y releer los Acuerdos que suscribieron… 

¿Qué proclamaron Robert Schumann, Jean Monet, Konrad Adenauer…? Pues que para nunca más se resolvieran los conflictos por la fuerza, que era necesario buscar espacios de entendimiento, de conciliación… inspirados siempre por los principios democráticos que, desde aquel momento, guiarían a Europa. “Tendremos que ser capaces de inventar formas nuevas de gobernación”, exclamó Schumann…

Hoy es improrrogable establecer una seguridad autónoma y disminuir rápidamente los gastos en armamento, con una nueva visión de lo que debe hacerse con el fin de asegurar la defensa mediante alianzas, especialmente en el marco de las Naciones Unidas. Y concluir sin demora Tratados políticos y económicos que sustituyan a los mercados por un desarrollo humano sostenible y los valores bursátiles por los éticos. 

En el Programa Marco 2014-2020 es preciso reforzar los grandes ejes que Europa requiere para un futuro distinto en el “horizonte 2020”: salud, nutrición, agua, medioambiente, energía, educación, solidaridad, I+D+i y, en particular, medidas preventivas adecuadas. 

Los actuales recortes, ¡también en la Unión Europea!-, de fondos destinados al intercambio universitario y a la investigación científica no ofrecen, precisamente, los mejores presagios… Es apremiante refundar la Unión Europea sobre los “principios democráticos” que la UNESCO establece en su Constitución y que en 1950 sentaron la base de un proyecto de concordia regional. Cada ser humano igual en dignidad. Cada europeo, por tanto. No es la Europa potente económicamente la que jugará el papel histórico que le corresponde en la inflexión que vivimos. Sino la Europa potente socialmente. Los más acaudalados son quienes deben recordar que la seguridad social del otro es la propia. 

Refundar, rápidamente, la Unión Europea.

3 comentarios

Discrepo! (desde el enriquecimiento del debate, desde la rebeldía del indignado, y sobre todo desde el respeto a la experiencia).

Creo que ha terminado el tiempo de los continuismos, de las buenas intenciones, y de las "pautas" sistémicas. Se ha demostrado por activa, por pasiva, por desidia y hasta por templanza, que el sistema actual no quiere ni sabe escuchar. Los tiempos de los continuismos y las rectificaciones se han volatilizado.

Pienso desde mi prisma a toda esta intolerancia hacia las propuestas constructivas, que la Europa del Sur debe salirse de la voracidad y el inhumanismo en los que está enrocada la Europa del Norte. Es hora de nuevos conceptos, nuevos planteamientos, y sobre todo nuevas ilusiones. Debemos mirar al Mediterráneo; Alemania ya dejó pasar su oportunidad.

Y como pienso, pues existo.

Un abrazo muy sentido!.

4 de abril de 2013, 11:13
Luis Diaz dijo...

Jorge, me gusta tu mensaje, aunque yo creo que quizá sería mejor jugar las dos cartas: o buscar la refundación de Europa sin comportarnos como peleles, o de lo contrario, como tu propones, mirar hacia otro lado.

Si Alemania nos quisiese en Europa tendría que aceptar que tendríamos el mismo peso soberano que ellos, o irnos.

Todo esto bajo la hipótesis de poder quitarnos de encima la lacra política que nos dirige y encontrar una vía de regeneración que limpie las cloacas del poder. Sin esta precondición, no hay nada que hacer, porque el menos listo ya sabe que con una democracia simulada, da lo mismo lo que opine el pueblo.

Un saludote. Luis

5 de abril de 2013, 20:37

Sí Luis, es muy noble lo que comentas y créeme que lo comparto como teoría. Pero desgraciadamente la práctica está demostrando que los "bandos" están ya perfectamente definidos, y que me resulta imposible pensar en un punto de encuentro, que sería obviamente todo lo comentáis tú y el Sr. Federico.

Llevamos mucho tiempo ya dando "oportunidades a las oportunidades". Y el realismo de la situación invita ya a forzar otro tipo de "también oportunidades".

Todo recíproco. Un saludo.

8 de abril de 2013, 18:59