otro dislate del Primer Ministro de Francia, Manuel Valls.
Y sigue el proceso de acatamiento –a pesar de las advertencias de economistas de la talla de Krugman y Stiglitz- a las imposiciones de los mercados. Francia –impulsora del Tratado fundacional de la Unión Europea- aparecía, después del torbellino Bush-Merkel- dependiente de Sarkozy, como el único país de Europa capaz de poner los puntos sobre las íes, amainar el vendaval neoliberal siguiendo las pautas iniciadas por el Presidente Obama -¡a qué trabajo, frente al poderío de los conservadores republicanos en EE.UU!- y dejar bien claro que no volvería a repetirse la imagen tenebrosa de una UE hincada, mientras los mercados nombraban a su antojo, sin urnas, a los gobiernos de Italia y Grecia (cuna de la democracia)…
Pues no ha sido así. En lugar de situarse en la vanguardia de la movilización ciudadana y contribuir a “cambiar el mundo”, el señor Valls dice ahora que “debemos cambiar con el mundo”. Este “con” pasa, de golpe, de la dignidad y la esperanza al sometimiento y la desesperación. ¡Tantas expectativas desvanecidas! Cuando presumíamos coraje, inspiración y valores éticos para las transformaciones que tanto apremian, el joven Primer Ministro francés, acata.
¿Tendrá lugar en Francia, como en el famoso verso de Machado, “otro milagro de la primavera”? Ojalá. Porque de otro modo la zozobra europea enturbiará todavía más las perspectivas mundiales actuales.
1 comentario
Señor Federico,
6 de marzo de 2015, 13:26Es que todo esto a mí me da pie para hablar del concepto de Democracia como "sistema rotunda y estrepitosamente fallido" (..y sé que Usted es un creyente ferviente de la Democracia en su estado más puro). Todos esperábamos hace poco la entrada "salvadora" de Hollande, y el tiempo ha demostrado que aquello no fue todo más que un tocomocho. Más reciente casi podríamos aventurarnos a vaticinar que sucederá casi lo mismo con Syriza en Grecia, y eso que acaban de llegar al Gobierno, pero es que ya se les ve venir con los primeros pasos dados. ...Podemos también arranca la campaña andaluza con la "tradicional" pega de carteles. ..Qué forma tan rancia de promover el cambio, me temo que ya empezamos mal también.
Muchos incluso esperábamos de forma naif que la espiritualidad tradicional del pueblo chino impusiera su lógica alguna vez. Craso error, aquello ya se queda también para los libros de Historia.
No sé, pero veo con dolor que debe de haber "algo supranacional" que fusila cualquier principio social que intente florecer por el cambio; al final todo queda en agua de borrajas. El sistema está ya tan establecido, tan sólido, tan blindado, que parece que no hay nadie capaz de remover un sólo cimiento hacia el progreso (por lo menos a nivel social y humano). Parece que sólo una gran Guerra o un gran movimiento muy violento a nivel social pueden derrocar todo esto, y obvio la gente tampoco está dispuesta a ello ( a Dios gracias). Es una desidia tan abrumadora la que empiezan a sentir las sociedades, que no hay rumbo ni luz que intentar seguir, ni aún queriéndolo ni aún proponiéndolo (..por lo menos es lo que percibo). Todo es MAFIA, que no lo disfracen de "Democracia".
Al final este sistema parece ya como un viejo carro que se le estropea el motor, e incomprensiblemente en contra de lo normal en los procesos (que sería cambiar de carro que durante cientos de años ha hecho su función pero que ya parece que queda inservible), aquí por el contrario sólo se intenta cambiar el motor por otro nuevo que permita seguir tirando y tirando y tirando del carro, aunque ya no tenga ruedas ni espejos ni asientos, porque ya no queda más por robar. Pero es que incomprensiblemente para mí, todavía se le sigue intentando poner un motor. Al final la cuerda se romperá.
Es todo ya una impotencia supina. ...Ni Francia, ni Obama, ni ná de ná.
Abrazos.
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