Si...

viernes, 7 de agosto de 2015

Creo oportuno, transcurridos cinco años, repetir un blog del 9 de julio de 2010, que ahora, con mayor apremio todavía, deberíamos reivindicar -podemos expresarnos libremente- en un gran clamor.

No debemos seguir callados, como simples espectadores.

1) Si se consolida la democracia y los políticos llevan las riendas en lugar de ceder a la presión de las instituciones financieras, sustituyendo una economía basada en la especulación por otra basada en el conocimiento.

2) Si se disminuyen las inversiones en armas y gastos militares y se destinan más fondos al desarrollo global sostenible, aumentando considerablemente el número de personas que se beneficien del progreso.

3) Si se termina enérgicamente con los paraísos fiscales y se ponen en práctica, de una vez, los mecanismos de financiación alternativos como las tasas sobre transacciones electrónicas.

4) Si se termina, también de una vez, con los grupúsculos plutocráticos del G-7, G-8, G-20... impuestos por los "globalizadores", y las Naciones Unidas se refuerzan y dotan de los medios para cumplir sus misiones de seguridad territorial a escala mundial: hacer respetar el Derecho Internacional;  incluir a la Organización Mundial del Comercio en su ámbito;  hacer que el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional cumplan sus misiones fundacionales; interponer rápidamente los cascos azules, en lugar de ser testigos impasibles de genocidios y violaciones masivas de los derechos humanos; coordinar las acciones de los cascos rojos, especialmente preparados para reducir el impacto de catástrofes naturales o provocadas...

5) Si se adopta la decisión de que, de la noche a la mañana, las drogas no valgan nada, hallándose disponibles en todas partes y a precios módicos, como sucede con el alcohol y el tabaco. Esta "regularización" iría acompañada, como procede, de una campaña de disuasión en todos los medios de comunicación, docentes, etc. y del tratamiento de los adictos, para su recuperación, clínicamente.

6) Si en todo el mundo los ciudadanos, conscientes del poder que les confiere la participación no presencial, deciden dejar de ser receptores resignados y pasan a la acción.

El mundo tiene arreglo. Pero no será el G-20 de la "solución Bush" el que resolverá los problemas del mundo. Ni "rescatando" a banqueros irresponsables con dinero público. Ni deslocalizando la producción por "codicia añadida". Ni invirtiendo miles de millones en artefactos de defensa y seguridad propios de confrontaciones pretéritas. Ni permitiendo que el mercado siga prevaleciendo sobre la justicia social. Ni permitiendo el bochorno de los paraísos fiscales. Ni manteniendo a la gente distraída y obcecada en los nuevos circos reales y virtuales del siglo XXI. Ni con fórmulas de ayer se resolverán los retos de hoy y de mañana.

Será con imaginación. Será inventando el futuro. Será aplicando soluciones preconizadas por gente fiable: "En los momentos de crisis, sólo la imaginación es más importante que el conocimiento" (Albert Einstein).

Y otra: "Todo cambio es posible... Ningún desafío se halla fuera del alcance de la creatividad humana" (John F. Kennedy).

José Monleón, en su excelente ensayo sobre "Crisis, cultura y democracia" cita a Amin Maalouf cuando escribe: "La Humanidad está haciendo frente a peligros previamente desconocidos, que requieren soluciones globales previamente desconocidas".

El por-venir está por-hacer. Un mundo nuevo a la altura de la dignidad humana podría, por fin, construirse en los albores del siglo XXI.

1 comentario

Maravillosas líneas, son un elixir a la ¨pro-acción¨. Camino en la vida y me debato entre el deseo por contagiar la responsabilidad social de quien lucha por la justicia, y el miedo general que me encuentro a perder la estabilidad laboral desde quien se somete a las pautas que impone un sistema blindado como el actual. ...Hoy eso es todavía un muro insalvable Sr. Federico, siempre digo que este ¨sálvese quien pueda¨ nos condena a todos.


Abrazos.

7 de agosto de 2015, 9:59