Memoria y solidaridad en la Unión Europea

miércoles, 27 de julio de 2011

Es muy preocupante la tendencia que se observa en los países del norte europeo, otrora símbolo de multiculturalidad y concordia, hacia posiciones excluyentes y xenófobas. También, en los últimos meses, se han recibido informaciones relativas a ciertos grupos de jóvenes franceses y alemanes que no están de acuerdo, por lo visto, en que sean sus países los que deban contribuir principalmente a subsanar los “desmanes griegos” y de otros países “periféricos” de la Unión.

A todos ellos convendría hacerles memoria del colonialismo y de los beneficios que como metrópolis obtuvieron durante tanto tiempo y que les han permitido alcanzar altos niveles de progreso.

Memoria en Alemania, sobre todo, por las heridas de dos terribles guerras mundiales. Memoria del Plan Marshall cuando, por su culpa, lo habían perdido todo.

Memoria de quienes han sido los principales responsables, en Grecia y en España, de políticas de “burbujas” financieras, que ahora deben afrontar los gobiernos actuales.

Pero memoria, muy en especial, de la visión de los “padres” de la Europa de la concordia y de la integración que ahora algunos advenedizos cómodamente instalados en sus “locomotoras” pretenden olvidar: recordar a Jean Monet, a Konrad Adenauer, a Robert Schumann… quien en 1950, indicaba lúcidamente –cita que me interesa repetir- que Europa se construiría sólo por “esfuerzos creadores”.

Hay que inventar la Unión Europea que hoy el mundo necesita con apremio. Hay que dejar a un lado la cultura de la exclusión, la animadversión y la asimilación, favoreciendo una cultura de encuentro, comprensión, inclusión.

Acabamos de presenciar, consternados, la matanza acaecida en Noruega. Ha sido un loco. Habitamos la Tierra más de 6 mil 800 millones de personas y actos como éste entran, por desgracia, en la alta probabilidad. Menos mal que no era islámico. Era un nativo perturbado xenófobo. Creo que no hubieran tenido que reproducir su imagen ni su nombre. Estos dementes aspiran frenéticamente, en su delirio, a conseguir perversas formas de ostentación pública.

Tomen nota los que en Francia, en Alemania y otros muchos países “avanzados” adoptan ahora posturas ultra, racistas, partidistas…

Hoy la humanidad requiere, con urgencia, ocuparse conjuntamente de los grandes desafíos: igual dignidad humana, medio ambiente… Ciudadanos con conciencia global, sabedores de que todo ser humano vale lo mismo.

Sólo así tendremos –con memoria solidaria- una Europa emancipada en su seguridad, federada en su economía, referencia democrática en todo el mundo, que requiere con urgencia que la Unión Europea esté en la vanguardia de las transformaciones sociales que la “marea virtual” movilizará de todos modos, y que ni los Estados Unidos ni, desde luego, China están en condiciones de liderar.

La memoria solidaria europea podría poner, en estos momentos de tantas expectativas, de tantas luces y sombras, las riendas del destino común en sus manos.

5 comentarios

Recuerdo con tanta nostalgia un Curso hace más de 10 años que dio la Uned en Ginebra sobre los Derechos Humanos en la diversidad cultural para la paz. Tengo la conferencia del profesor Mayor grabada en cinta y pasada a Word (a mano) por si a alguien le interesa. Todo como si fuera dicho hoy.

jlmhens@gmail.com

27 de julio de 2011, 17:28
Lectora corrent dijo...

A mi también me preocupa el anisemitismo creciente en Europa. En Italia, por ejemplo, corren por Internet listas con nombres de profesores de universidad y de magistrados y jueces, de los que se dice que son judíos y que forman un grupo de presión. También hay listas de establecimientos --tiendas, restaurantes, etc.-- que se dice que son de judíos y se pide a la gente que los boicoteen. Iniciativas como la orquesta de Barenboim o los "workshops" para jóvenes químicos de países árabes y de Israel (organizados por Roald Hoffmann y el catalán Pere Alemany) son como gotas de agua en el océano, pasan desapercibidas y la gente identifica al pueblo judío con el actual gobierno de Israel, enemigo del pueblo palestino. ¡Qué error!

27 de julio de 2011, 17:55
Anónimo dijo...

Me apunto esta frase para hoy :
..., sabedores de que todo ser humano vale lo mismo.
Tiene "tela que cortar" esta frase, sobre todo ponerla en práctica los que creemos en ella.

28 de julio de 2011, 11:37
GART dijo...

Si tuviera -cosa harto improbable- una varita mágica a mano, y no fuera de mentira como las del maniqueo Harry Potter, dos cosas le pediría con respecto a la muy respetable señora Merkel:
1- Sentar a la señora Merkel frente al asesino de Noruega y recordarle que hace poco ella afirmó que eso de la multiculturalidad había fracasado en Alemania. Cómo desvincular esas afirmaciones de las creencias y dogmas que llevaron al citado individuo o sesgar la vida de más de noventa seres humanos.
2- Sentar a la señora Merkel frente al profesor Jose Luis Sampedro e invitarla a defender el agonizante sistema de liberalismo económico al que ella y sus colegas pretenden insuflar un penúltimo balón de oxígeno con medidas que afectarán a todos menos a los ricos y poderosos.
Soñar no cuesta nada, lo que cuesta es despertarse de esta pesadilla.
Jose Luis Gärtner

28 de julio de 2011, 17:58
GART dijo...

Permiso para discrepar:
Tengo la delirante teoría de que el "incondicional" noruego de la última matanza, no está loco. Creo que no estaba loco Hitler, ni lo estaba José Stalin, ni lo estaba Ibn Ladin, ni lo está Gadafi.
Eso es lo peor de todo: que están cuerdos.

28 de julio de 2011, 18:13