Explotación, no. Cooperación internacional, sí.

martes, 17 de abril de 2012

Menos mal que está, por fin, cambiando todo. Menos mal que, en poco tiempo, el vergonzoso espectáculo de la apropiación de los recursos naturales de la mayoría de los países por unos cuantos poderosos, que han provocado incluso invasiones bélicas y sistemas intolerables de dominio, habrán concluido.

Contemplen sosegadamente qué está haciendo Canadá, incluso desde el punto de vista medioambiental, en la extracción de recursos naturales en América Latina y África.

Vean serenamente en manos de quiénes se hallan los principales recursos -petróleo, gas, coltán...- en muchos países que, además, están en situación de increíbles precariedades.

Vean por qué se atacó Irak y luego Libia, y en manos de quiénes se hallan hoy sus cuantiosos recursos.

Vean por qué se tolera a algunos países clarísimas y permanentes ofensas a los Derechos Humanos. Vean las inmensas cantidades de armas que adquieren como contraprestación...

Sí: ver en cuántas pocas manos se hallan hoy los grandes medios naturales, financieros y mediáticos... y entonces comprenderán que se está iniciando una nueva era donde en lugar de imponer y conservar privilegios, por muy "legales" que sean, tendremos que hablar, que aportar conocimientos y fondos para beneficio recíproco. Hablar para, en lugar de explotar, cooperar.

Los derechos de los inversionistas deben revisarse amigablemente para que no estén por encima de los derechos de los pueblos...

Ha llegado el momento de compartir y de "refundar" la cooperación internacional, que fue palabra clave en los años 50 y 60, en el marco de las Naciones Unidas.

Hace bien pocos años, el Presidente Evo Morales, ponía los puntos sobre las íes al enterarse de que sólo una compañía de los Estados Unidos había obtenido en un semestre, más de 1.000 millones de dólares de beneficio por la extracción de petróleo… “cuando no tenemos frijoles, dijo, en los platos de todos los bolivianos”. Y proclamó con fuerza y convicción: “Socios, sí. Amo, el pueblo”. Y lo mismo repitió, por cierto, al poco tiempo, el Presidente Obama en El Cairo: “Tenemos que comprender que el tiempo de la hegemonía ha terminado y que debemos de ahora en adelante avanzar de la mano”.

Pues eso: estamos llegando, por fortuna, con la participación ciudadana gracias a las modernas tecnologías de la comunicación, a una nueva era: la era de la cooperación, del entendimiento, de la mediación, de la alianza. La era del desarme bélico y del rearme humano. Terminarán los plutócratas con la explotación y empezarán los demócratas, apiñados, una nueva era de solidaridad y cooperación internacional.

Todo está cambiando: lo que significa empleo, trabajo, seguridad, bienestar… Es el momento de los derechos humanos. Y de una Declaración Universal de la Democracia.

5 comentarios

A mí personalmente me da pánico el tema de los enfrentamientos civiles a los que tanto riesgo tenemos ahora mismo de meternos. Tengo muy claro que la transición de "plutócratas a demócratas" no va a ser fácil; viendo el tipo de gente que son, preferirán llevarnos a todos al caos antes que ceder parte de sus privilegios.

Abrazos Sr. Federico.

17 de abril de 2012, 18:03

Tenemos que rechazar la violencia, todo tipo de violencia. No sólo la de las armas. Hay una violencia mucho más reprochable si cabe, la violencia de privar a los pueblos de sus recursos para el enriquecimiento y ostentación de unos pocos. La de especular con los alimentos con operaciones financieras realizadas desde un ordenador. La de privar a las familias de sus trabajos y viviendas por el mero placer de acumular "bonus". La de jugar con los ahorros de los pensionistas como en un casino. Hay que someter a la justicia a los especuladores financieros y a los políticos que día a día defraudan a sus votantes. Esa es la verdadera violencia, la que se ejerce sobre millones de personas en todo el mundo por unos cuantos desaprensivos que no entienden lo que es la empatía. A esa gente yo la llamo "tontos emocionales", si, gente que no tiene inteligencia emocional, que no sabe ponerse en el lugar de los otros. Creo en lo que decía Platón: "buscando el bien de los demás obtenemos el propio". Hagamos caso a "Zúu, mi amigo de Trenk" y luchemos por que haya un verdadero gobierno mundial de la ONU. Seamos trenkianos y actuemos. Gracias a Federico y a todos los que pensamos como él podremos cambiar el mundo. Ahora tenemos un arma nueva: INTERNET. José Velasco Jiménez, economista.

18 de abril de 2012, 0:19

“REFUNDAR LA COOPERACIÓN INTERNACIONAL".

Excelente aportación,con la que coincido plenamente.

La cooperación al desarrollo que viene aplicando España Y Europa, que debería ser un instrumento de la solidaridad, una herramienta, y no un fin en sí mismo, va por una senda totalmente contraria a lo que entendemos por justicia y desarrollo, que son los principios básicos que caracterizan la solidaridad.

No se puede ejercer una cooperación justa y solidaria, y al mismo tiempo ejercer políticas de explotación, expolio y saqueo de recursos naturales y humanos de los países a los que pretende ayudar.

La cooperación no debe ser una acción únicamente asistencialista No se trata sólo de movilizar dinero, para combatir las hambrunas, tan escandalosas y que son lo más mediático; es preciso actuar contra las causas de esas hambrunas, guerras, deterioro medioambiental y desastres naturales.

No se puede pretender luchar contra la pobreza, y al mismo tiempo apoyar gobiernos y empresas que contribuyen al empobrecimiento.

Ricardo Gayol Rguez.
Fundación Hijos del Maíz.

18 de abril de 2012, 8:47
Federico Mayor Zaragoza dijo...

José Velasco Jiménez: Sí, el multilateralismo democrático es la mejor solución. Y, como bien dice, ahora tenemos una nueva y potente palanca: las TIC.

20 de abril de 2012, 17:14
Rio Oria dijo...

Cada Estado (aun seguimos bloqueando geográfias con espacios convencionales)tiene el derecho legal para gestionar la explotación de sus recursos naturales.
Sorprende que algunos políticos españoles mantegan posturas obsoletas mientras otros políticos argentinos toman al asalto oficinas y domicilios de aquellos a los que previamente vendieron sus derechos naturales. Estos cambaleches no conducen a una gestión positiva de un conflicto. El tiempo de los colonizadores esta en declive. Los que pretenden mantener dominaciones que hieren la dignidad de colectivos deberan repensar sus posicionamiento en un mundo que ya apunta nuevas relaciones emergentes. Cooperar es establecer lazos duraderos. Un saludo y de nuevo mi agradecimiento por las reflexiones que nos propone.

23 de abril de 2012, 22:13