El 29 de agosto de 2016, con motivo de los
múltiples incendios en Galicia, la isla de La Palma, California,…, terremotos
de Italia y Birmania y muchas otras catástrofes naturales escribí el blog “Urgente: un nuevo concepto de seguridad”.
Hoy, con motivo de las terribles inundaciones sufridas recientemente en la isla de Mallorca y en la provincia de
Málaga, así como en la Región del Véneto y en Sicilia y en Jordania… y de
nuevo los mortíferos incendios de California en los día 9 a 12 de noviembre…,
cobra de nuevo actualidad. Una vez más, se ponen de manifiesto deficiencias y
falta de medios que pudieron, si no evitar, hacer que las consecuencias fueran
de menor impacto y causaran no sólo menos daños materiales sino, sobre todo,
menos pérdidas humanas
No es posible que, cuando se habla de seguridad, se siga pensando que la
fuerza militar es la única expresión y referencia de "seguridad". Es
un gravísimo error, costosísimo error que, por lo general, cuesta y causa mucho
dolor en pérdidas humanas y materiales. Pensar así, es tener una visión sesgada
y seguir deteniéndose exclusivamente en los aspectos bélicos y dejando
totalmente relegados otros muchos aspectos de la seguridad "humana",
que es, en cualquier caso, lo que realmente debe importar.
La diferencia entre los medios dedicados a potenciales
enfrentamientos y los disponibles para hacer frente a recurrentes catástrofes
naturales (incendios, inundaciones, terremotos, tsunamis,...) evidencia que el
concepto de "seguridad" que siguen promoviendo los grandes
productores de armamento es anacrónico pero, sobre todo, está poniendo en grave
riesgo a la humanidad en su conjunto.
No me canso de recordar que no es posible que continuemos
observando los arsenales colmados de cohetes, bombas, aviones y barcos de
guerra, submarinos... sin levantar la voz y decir hay miles de seres humanos
que mueren de hambre cada día, que viven en condiciones de extrema pobreza sin
acceso a los servicios de salud adecuados... sin reaccionar ante esa cruda
realidad y el deterioro progresivo de las condiciones de habitabilidad de la
Tierra. Debemos actuar sin dilación porque se está llegando a puntos de
no retorno en cuestiones esenciales del legado intergeneracional.
Es necesaria la urgente adopción de un nuevo concepto
de "seguridad", bajo la vigilancia atenta y la implicación directa de las Naciones
Unidas.
La seguridad alimentaria, acceso a agua potable,
servicios de salud, rápida, coordinada y eficaz acción frente a las situaciones
de emergencia... es -ésta y no otra- la seguridad que "Nosotros, los
pueblos..." anhelamos y merecemos. Esa, y no otra, es la seguridad en el
siglo XXI.
Alcemos la voz…
Ahora, por primera vez en la historia, “Nosotros, los pueblos”, ya
hombre y mujer, podemos expresarnos libremente. Ahora ya podemos concertar
hora y día para que desde millones de
móviles rechacemos las decisiones intolerables de líderes que anuncian que
no van a seguir los Acuerdos sobre Cambio Climático y sobre los Objetivos de
Desarrollo Sostenible, poniendo en riesgo la calidad de vida de los habitantes
de la Tierra.
Ha llegado el momento. Si no, delito de silencio.
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