Los grandes poderes económicos “han sido capaces de desactivar la rebeldía”, en lúcida expresión de María Novo. Todos amilanados. Nos han secuestrado el tiempo. Tenemos que reaccionar.
Las multitudinarias manifestaciones presenciales de las mujeres en Estados Unidos constituyen un rayo de esperanza. Deberían ir seguidas de grandes clamores en el ciberespacio. Millones de hombres y mujeres intercediendo por el futuro de sus hijos, de las generaciones venideras.
Y así, quizás, las comunidades científica, académica, artística, intelectual, en suma, hoy tan aposentadas en sus torres de marfil, se decidirían a encabezar la gran movilización que es inaplazable.
3 comentarios
Totalmente de acuerdo con usted.
3 de febrero de 2017, 23:04Un saludo
Comparto agradecida y dispuesta a sumarme a esa gran manifestación de mujeres, de madres, de padres, de abuelos, de creadores de vida dispuestos a defenderla pacíficamente donde sea y hasta donde haya que aguantar para dar testimonio y crear opinión a favor del respeto a la dignidad y la vida humana, por encima de ningún otro interés ni derechos corporativos impuestos.
18 de febrero de 2017, 11:07Comparto agradecida y dispuesta a sumarme a esa gran manifestación de mujeres, de madres, de padres, de abuelos, de creadores de vida preparados para defenderla pacíficamente donde sea y hasta donde haya que aguantar para dar testimonio y crear opinión a favor del respeto a la dignidad y la vida humana, por encima de ningún otro interés ni derechos corporativos impuestos.
18 de febrero de 2017, 11:08Publicar un comentario