La Secretaria de Estado de los EEUU, Hilary Clinton, acusó a Brasil de "hacer más peligroso el mundo" por la mediación de Lula con Irán, a pesar de que esta acción conjunta con Turquía había sido consultada previamente con la Administración norteamericana.
Sin embargo, hay que reconocer las fortísimas presiones externas e internas que, según es fácil imaginar, habrá recibido Washington para tratar de abortar la diplomacia alternativa que tan hábilmente han llevado a cabo los "países emergentes".
Mala señal. Pero, buena señal, firmaron poco después en las Naciones Unidas un acuerdo para celebrar en 2012 una cumbre destinada a convertir el Oriente Próximo en una región libre de armas de destrucción masiva, y acelerar el proceso de desarme de todas las potencias atómicas. Suscribieron el acuerdo 189 países que forman parte del Tratado de No Proliferación Nuclear (TNP). Eso sí, Israel, que no ha suscrito el TNP y no ha reconocido ni desmentido si está en posesión de arsenales nucleares, no deberá "ser presionada" hasta que la región esté en paz!.
En cambio, el Ministro Moratinos aplaudió el "tremendo esfuerzo de Brasil y Turquía". Ahora es imprescindible que, a través de unas Naciones Unidas reforzadas se asegure que el Presidente Ahmadineyad cumpla su palabra. Y que, del mismo modo, Israel se de cuenta que su situación de "excepción", gracias al inquebrantable apoyo norteamericano, ha concluido, y que debe someterse a las directrices de la misma Organización que le dio carta de naturaleza en 1947.
Lo que ni el G-7, ni el G-8, ni el G-20 han logrado ha sido posible por esos caminos alternativos de negociación. Bravo, Presidente Lula. Bravo, Primer Ministro Erdogan. Hay que reformar las Naciones Unidas, empezando por el Consejo de Seguridad, utilizado hoy "a gusto y placer" por las grandes potencias.
Los tiempos han cambiado. Los grandes instrumentos de la política mundial deben hacerlo también. "Demos pronto diplomacia e interlocución donde antes sólo había amenazas". Ni Brasil ni Turquía tienen armas nucleares... La paradoja es que son quienes las tienen los que se oponen a que otros países puedan tenerlas también, en lugar de procurar el desarme nuclear, gran aspiración de la humanidad que piensa responsablemente en las generaciones venideras. El Presidente Obama parece decidido a ello. Ayudémosle.
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