Inermes frente a las catástrofes

martes, 29 de junio de 2010

Tan preparados están para la guerra y tan pingues beneficios proporciona que, cuando no hay enemigo, hay que inventarlo, porque la colosal maquinaria bélica no puede detenerse. Submarinos, portaviones, acorazados, aviones con y sin piloto, tanques, obuses, cohetes de corto alcance y de largo alcance, con ojivas nucleares y sin ellas... .

Sin embargo, para defendernos de las catástrofes que asolan el mundo, nada. Frente a la naturaleza enfurecida o los desastres producidos por la mano del hombre, nada de nada. Si se tratara de fenómenos infrecuentes, podría explicarse. Pero son recurrentes. Y, como no forman parte de la “defensa” tradicional, las estructuras de seguridad –con una visión muy miope de lo que “seguridad” significa- no las han incluido en sus estrategias y carecen de los recursos personales y técnicos necesarios para prevenirlos o, al menos, reducir su impacto.

Inermes, a pesar de que las Naciones Unidas, durante el decenio de 1989-1999 estudiaron con detenimiento, recabando el concurso de los mejores especialistas, las medidas que deberían adoptarse antes e inmediatamente después de los sucesos. Tuve la oportunidad, como Director General de la UNESCO en aquel momento, de “poner en marcha” las acciones a desarrollar durante los diez años, con el entonces Secretario General de las Naciones Unidas, Javier PérezGestión de las catástrofes naturales”- y la Asamblea General de las Naciones Unidas siguió periódicamente su actualización, particularmente a través de la UNESCO, en cuyo Programa Sexenal de Cuellar. Al término del periodo indicado se publicaron las medidas más adecuadas –“ sigue figurando como una de las prioridades (educación ciudadana, observatorios marinos, sísmicos, etc.).

Pero, como sucedió con las recomendaciones para el desarrollo social y sostenible, las fórmulas aconsejadas por el Sistema de Naciones Unidas fueron olímpicamente despreciadas por los grupos plutocráticos de los “globalizadores” (G7, G8, …).

Las medidas a adoptar se establecieron sobre:

i) Desastres hidrometereológicos: ciclones, huracanas (como el huracán Katrina, en Nueva Orleáns, agosto de 2005, y el ciclón Margis, que en mayo de 2008 tuvo un efecto devastador en Myanmar); inundaciones; sequía; tornados; temperaturas extremas; rayos;… .

ii) Geológicas: terremotos (agosto de 2007, en Pisco, Perú; mayo de 2008, Sichuan, China; abril del 2009, L’Aquila, Italia; 12 de enero de 2010, Haití; febrero de 2010, Chile; abril de 2010, Qinghai, China;); volcanes (volcán Eyjafjalla, Islandia, abril de 2010); tsunamis (Océano Índico, diciembre de 2004); corrimientos de tierra; glaciares…

iii) Medioambiental y tecnológica: incendios (agosto de 2007, Grecia; verano de 2007, Islas Canarias; agosto de 2008, Los Ángeles, Estados Unidos…).

La Resolución de la ONU, relativa a las medidas mencionadas indicaba que era necesario… “seguir perfeccionando una amplia estrategia orientada a lograr la máxima cooperación internacional posible en la esfera de los desastres naturales, sobre la base de una división eficaz del trabajo, desde la alerta temprana, la repuesta, la mitigación, la rehabilitación y la reconstrucción…”. Los cuatro objetivos principales de la “Estrategia internacional para la Reducción de Desastres” (ISDR) son: incrementar la conciencia pública sobre el riesgo, vulnerabilidad y reducción de los desastres a escala global; favorecer el compromiso de las autoridades; provocar la participación interdisciplinar; y aumentar el conocimiento científico.

Una de las contribuciones recientes más importantes es el proyecto GAP (Guard, Anticipation and Prediction), de la Unión Europea, sobre las amenazas a la “salud global”, que une a los desastres naturales los nucleares, grandes epidemias, catástrofes industriales y terrorismo. Los problemas que afectan a la humanidad deben ser tratados a escala planetaria, por todos los pueblos de la tierra conjuntamente. Las instituciones científicas deben colaborar, según su especialización. La utilización de satélites para la alerta precoz, la gestión de las emergencias mediante reglas de comunicación e intercambio de experiencias, son absolutamente indispensables, al tiempo que se va forjando una actitud ciudadana dotada de una mayor capacidad de reacción.

1 comentario

El cierre lo dice todo a mi entender: "...actitud ciudadana dotada de una mayor capacidad de reacción".

Problema político - Solución social. Y a este respecto, preocupante la noticia de hoy mismo por la que el Tribunal Supremo permite las armas de nuevo en todo USA a nivel civil. Dios mío dónde vamos a parar...

Un abrazo,

Jorge Medina Azcarate
One Brother World

29 de junio de 2010, 20:08