Pensé que cuando el insólito Presidente
Trump dijo que no iba a poner en práctica los Objetivos de Desarrollo
Sostenible y los Acuerdos de París sobre el Cambio Climático se produciría una
gran reacción de los líderes del mundo y, en particular, de los europeos. No
fue el caso. Todos sumisos aceptaron aumentar todavía las escandalosas
inversiones en armas y gastos militares, cuando mueren de hambre y extrema
pobreza miles de seres humanos al día y, lo que es peor todavía, eliminaron del
orden del día de los encuentros de los países que integran los grupos plutocráticos,
para no agraviar al magnate norteamericano, los puntos que se referían al
cumplimiento de estas apremiantes medidas en favor de la habitabilidad de la
Tierra y de la igual dignidad humana.
Era intolerable que se estuvieran
incumpliendo elementales responsabilidades intergeneracionales, que se estuvieran
contraviniendo y aplazando sine die decisiones
muy urgentes si se piensa en quienes llegan a un paso de
nosotros... y los que deberían hallarse en la vanguardia de la oposición a la
indescriptible discrecionalidad y marginación del multilateralismo democrático
por parte del Partido Republicano de los EE.UU., supieran únicamente mirar
hacia otro lado.
Pero ahora, al recibir los soldados
situados en las fronteras licencia para matar, creo que ha llegado el momento
de una gran reacción popular. Ahora somos "nosotros, los pueblos",
los que debemos elevar la voz y, en un gran clamor presencial y en el ciberespacio, decirle al
Presidente Trump que, si no cambia radicalmente de actitud dejaremos de adquirir
productos norteamericanos. El único lenguaje que entendería.
Hasta aquí podíamos llegar. En caso
contrario, cómplices. Delito de silencio.
3 comentarios
Yo lo comparto. Deberíamos estar más unidos y más concienciados de la situación mundial.
2 de diciembre de 2018, 9:20Por cierto no me gusta la Coca Cola. Cómo sano. Intento, desde la crisis, comprar sólo productos españoles, productos de mi tierra, frutas y verduras locales, por salud también. Pero ahora voy a evitar con más ahínco, comprar cualquier aparato o artículo procedente de Estados Unidos.
2 de diciembre de 2018, 9:24Gracias por sus palabras.
Por mi parte, pienso no solo en los productos que vienen de Estados Unidos, sino en todos los que tienen alguna relación con las grandes empresas multinacionales, sean del tipo que sean. No se trata solo de Trump, sino del neoliberalismo que nos está llevando al precipicio. Trump es un ejemplo.
4 de diciembre de 2018, 11:56Un saludo
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