Hace un mes, la Bolsa -¡con la que caía!- había alcanzado, a pesar de la crisis, un incremento anual del 30%, altamente satisfactorio para los accionistas aunque no se reflejara, por desgracia, en el paro ni en otros parámetros de la crisis. “La Bolsa española se desmarca de la recesión y sube un 29,8% en 2009. El IBEX 35 lidera las revalorizaciones entre los principales índices mundiales”, proclamaba la prensa con alborozo el 31 de diciembre de 2009.
Suscitó pocos comentarios laudatorios y, desde luego, ninguno dedicado al gobierno.
El jueves pasado se agudizaron las caídas de los últimos días, alcanzándose un porcentaje de casi el 6% en una sola jornada, que tampoco fue favorable en los principales mercados del mundo… Inmediatamente, todas las miradas se volvieron hacia los respectivos gobiernos… ¡Qué cosa extraña, especialmente cuando es bien conocida la volatilidad de las Bolsas y la incidencia que tienen en sus fluctuaciones una sonrisa o una advertencia de líderes de instituciones regionales o internacionales, expertos agoreros mejor capacitados para argumentar por qué las cosas no van bien que en proporcionar soluciones y en prever, dando fórmulas de anticipación cuando las tendencias (“burbujas” de la comunicación e inmobiliaria, por ejemplo) eran tan sombrías!...
Lo realmente importante –nuevas energías, desarrollo global sostenible, cierre de los paraísos fiscales, mercado de armas…- sigue sin abordarse, cuando esto es lo que debería hacerse con firme voluntad política, en lugar de seguir favoreciendo alzas y bajas, que siempre benefician a los más avezados.
¡Cosa extraña la Bolsa!
Suscitó pocos comentarios laudatorios y, desde luego, ninguno dedicado al gobierno.
El jueves pasado se agudizaron las caídas de los últimos días, alcanzándose un porcentaje de casi el 6% en una sola jornada, que tampoco fue favorable en los principales mercados del mundo… Inmediatamente, todas las miradas se volvieron hacia los respectivos gobiernos… ¡Qué cosa extraña, especialmente cuando es bien conocida la volatilidad de las Bolsas y la incidencia que tienen en sus fluctuaciones una sonrisa o una advertencia de líderes de instituciones regionales o internacionales, expertos agoreros mejor capacitados para argumentar por qué las cosas no van bien que en proporcionar soluciones y en prever, dando fórmulas de anticipación cuando las tendencias (“burbujas” de la comunicación e inmobiliaria, por ejemplo) eran tan sombrías!...
Lo realmente importante –nuevas energías, desarrollo global sostenible, cierre de los paraísos fiscales, mercado de armas…- sigue sin abordarse, cuando esto es lo que debería hacerse con firme voluntad política, en lugar de seguir favoreciendo alzas y bajas, que siempre benefician a los más avezados.
¡Cosa extraña la Bolsa!
1 comentario
La ideología de la desobeciencia civil impulsada por el Mahatma Gandhi recogía de forma sabia: “En la tierra hay suficiente para satisfacer las necesidades de todos, pero no tanto como para satisfacer la avaricia de algunos”. John Lennon lo complementó después llegando a decir en tono de humor: "Tenemos mucho espacio, pero algunos incluso van a la Luna".
8 de febrero de 2010, 15:09Me alegra ver que empiezan a nacer iniciativas de desobediencia aplicadas a nuestros tiempos, como las que impulsa el activista Enric Durán, relacionadas con el no-pago voluntario de hipotecas, comisiones,..e incluso hasta la declaración de la renta. Yo inicialmente no era partidario de este tipo de pasos, pero pobre iluso de mí, cada vez empiezo a estar más convencido de ellos.
Esta rueda de la fortuna beneficia a "demasiados pocos", y condena a la pobreza a "demasiados muchos". Si seguimos así, en poco tiempo podremos llegar a ver un final desolador para todos.
Un abrazo,
Jorge Medina Azcárate
One brother World
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