Como la misma humanidad, el viento que lleva la voz de los pueblos, secularmente silenciosos, silenciados, se originó en el continente africano. Recorrerá ahora todo el mundo.
Tenemos que reaccionar sabiamente y a tiempo. No como ha sucedido en Libia. El tiempo de los poderes hegemónicos, de los grupos plutocráticos, ha concluido.
Llega el momento de unirse, de unas Naciones Unidas fuertes con una Asamblea General representativa de todos "los pueblos". Y un Consejo de Seguridad ampliado y ponderado, que aborde también, con los asesoramientos pertinentes, la seguridad económica, medioambiental, energética, alimentaria...
Unas Naciones Unidas para "evitar la guerra a las generaciones venideras", el compromiso supremo.
¿Nos damos cuenta de cómo se "dibuja" perfectamente el clarividente mandato de la Carta?:
los pueblos
construir la paz
generaciones futuras
Son imprescindibles democracias "menos formales" que las actuales, en las cuales la obediencia e intereses partidistas anulan el debate y las posibilidades de acierto y progreso. Democracias acosadas por los mercados que, subrepticiamente, son los que mandan en realidad.
¿Serán los gobernantes actuales capaces de hacer frente a este gran desafío?
4 comentarios
¿Serán las "personas" actuales capaces de hacer frente a este gran desafío? ... Parece indudable que aún no estamos a la altura. Esperemos que no sean las desgracias las que nos hagan crecer.
4 de abril de 2011, 14:07Estoy de acuerdo en el diagnóstico, no en el pronóstico. Si va siendo hora de algo, es de dejar de predecir el futuro de la humanidad. Hemos aprendido que los sistemas complejos son impredecibles y la antroposfera es el sistema más complejo que conocemos. Nadie sabe lo que va a pasar mañana.
4 de abril de 2011, 15:29Lo anterior no supone merma para el compromiso moral que hace falta para alcanzar las metas que los hombres se propongan. Que nada garantice el resultado elimina la tentación de confiarse a una fe ciega en el progreso. Se trata de un pensamiento amargo pero necesario, porque la posibilidad de fracaso es real.
Respecto a los gobernantes tengo serias dudas.En la sociedad civil tengo puestas mis esperanzas.
4 de abril de 2011, 17:34El mundo va cada vez más aprisa,y tenemos en nuestras manos un instrumento que,bien aplicado,nos dará la fuerza necesaria para influir en los acontecimientos.a pesar de toda la caterva de desalmados que pululan por el mundo.
¿Tiempo?Si,es posible,con constancia.
Acabo de leer "Delito de Silencio". Me enfada la acusación en los medios, algún periodista tras su micrófono, de que "la gente" "el ciudadano"...no hace nada. "El vacío espiritual, intelectual, anímico, que rinde y paraliza a mucha gente.... que nos dice en su libro. La "gente" no es un ente abastracto con entidad de masa sobre el asfalto. Odiamos la corrupción que hace de nuestro país, de todos los países, por todos lados, la república bananera del más fuerte; la justicia una falacia inaccesible (véase niveles de renta de justicia gratuita, quién y para qué pueden acceder a una demanda); las escuelas de negocios de ideología ultraliberal; las mentiras sobre la crisis del urbanismo, y en manos de quién está, y quien pugna a muerte por hacerse con el poder para volver al negocio a costa de todo; las familias humilladas, hundidas, destrozadas por el paro de los suyos, la pérdida de sus casas, de las oportundiades de bienestar y futuro para los suyos; la gente más formada que tuvo España nunca, presa del pánico del desempleo. No sólo la energía del petróleo (abrir el Mediterráneo, con apoyo de países árabes, para el tránsito del petróleo, RU sin soltar Gibraltar..). Sí a la formación general, continua, permanente, acceso a la ciencia y la cultura; ¿quiénes pueden acceder? Pagamos los pobres el colegio de los ricos (igualdad de un derecho universal, básico), y son ellos los únicos que acceden a puestos de trabajo dignos; ¿qué salarios de hambre, con horarios inhumanos, viven nuestras gentes, alrededor, vecinos de casa?. La subida de los precios, la pérdida de servicios de la Red de Renfe dejan incomunicadas zonas donde no se genera empleo, y les resulta inaccesible ir a la capital por lo que cuestan los transportes. No hace falta ir a otros países para ver cómo luchamos con la miseria día a día, y no nos resignamos, solamente vivimos amordazados por la pobreza, y los espectáculos de una TV de 36 canales que no sirven para nada, con excepción de algún programa de la pública, no los vemos, ni seguimos en modo alguno. El futbol invade todo, eso sí que prospera, porque moviliza tal cantidad de millones de euros que deja el país desasistido de la básica necesidad cultural, formativa, que nutra la necesidad de ver a "los otros" cómo se desenvuelven, viven y piensan, de forma culta, positiva, con valores. Hace ya muchos años Hacienda (hoy empieza la campaña) fue capaz de darme un palo de muerte que retrasó mi vida cinco años, y ese mismo sistema no pudo garantizarme las pensiones de alimentos a mis hijos ni desentrañar los secretos de la economía sumergida donde se escondían, impunemente. Ese es el sistema, y sabe Vd. que para las mujeres de este país, todavía hoy, es un asunto cotidiano no resuelto, nos quedan residuos de derechos, violencia, visiones sesgadas de oportunidades y accesibilidad en igualdad de derechos, en térrminos absolutos, a bienes, servicios y derechos, puro residuo. Le admiro, desde hace muchos años, pero reconocerá que las élites parecen vivir en una esfera divina que no tiene que ver con la realidad cotidiana de las gentes que día a día luchan por la comida, el cansancio, la educación de sus hijos, vestirles, darles una vida digna, facilitarles algunas oportunidades, pagar las facturas, y pensar que el resto de la gente también lo hace. Reciba toda mi consideración y agradecimiento porque me ha parecido que está Vd. muy indignado, tanto como lo puedo estar yo. Y para terminar, ¿dónde manda Japón los residuos nucleares de sus 52 o 54 centrales nucleares?. Un saludo. Amelia.
4 de abril de 2011, 19:53Publicar un comentario