No todo es permisible, ni el fondo ni la forma, para engañar al pueblo con el único interés electoral.
Siguiendo la sabia recomendación de Stéphane Hessel, indignémonos, no permanezcamos impasibles cuando vemos que, de nuevo, políticos que no aportan solución alguna, algunos rodeados de escándalos, imputados de corrupción, llegados al poder incluso en oscuras circunstancias de tránsfugas bien compensados, viertan ahora, al máximo nivel –los de las negociaciones de 1998 y de las Azores- acusaciones contra el Gobierno y las fuerzas de seguridad del Estado, basadas ¡en documentos de ETA!
Todo tiene un límite, sobre todo cuando está claro el gran progreso realizado en la labor antiterrorista. Dar credibilidad a esa banda les traerá las consecuencias que su impropia actitud merece. Será un auténtico “boomerang”.
No es de recibo que numerosos medios de comunicación no sólo utilicen los mismos insidiosos argumentos sino el lenguaje inapropiado desde el punto de vista democrático e inmerecido por parte de muchos ciudadanos que, desapercibidos, corren el riesgo de creerse todas estas barbaridades.
Es intolerable. Es una ignominia.
Alcemos nuestra voz. Delito de silencio.
2 comentarios
Realmente indignante, lo peor, es que solo haya un comentario a esta sugerencia...
4 de abril de 2011, 17:29Aporto mi apoyo indignado. Y seguiré esta bitácora (entusiasmado desde que la descubrí) con la esperanza de encontrar una voz equilibrada en medio de este caos de opinión. Gracias por el aliento. ¡Un abrazo!
4 de abril de 2011, 19:49Publicar un comentario