Los acuerdos se buscan sin amenazar
¿De verdad creen los ahora convertidos en adalides del uso de la fuerza, en las estrictas condiciones y para los propósitos concretos establecidos por el Consejo de Seguridad, que lograrán una solución que detenga los desmanes fratricidas en Libia amenazando con llevar ante el Tribunal Penal al líder libio tan bien armado por ellos mismos?
¿Creen esto los que hasta hace unas semanas recibían con grandes agasajos al hoy “dictador” Gadafi? ¿Quienes permitían que instalara su “jaima” en lugares prominentes, le daban medallas –y hasta títulos académicos- y le vendían inmensos arsenales bélicos?
Busquen ahora arreglar hábilmente tantos entuertos. Y después…
Después de ver que el petróleo y los beneficios que comporta van a parar al pueblo libio (por cierto, ¿quién explota ahora los yacimientos de Irak?)... Que no suceda lo mismo en Libia.
Después, luego de haber considerado serenamente lo que ha sucedido en Irak –millones de desplazados, miles de muertos y mutilados, por una invasión basada en la mentira e intereses estratégicos y de carburantes-… y en Gaza, por ejemplo…
Después, sólo después, podría juzgarse con datos fidedignos, a Gadafi y a otros autócratas.
Después. Ahora busquen la solución pacífica que, no me canso de repetirlo, hubieran tenido que procurar antes, por unas Naciones Unidas que contaran con el apoyo de los países más poderosos de la Tierra (que siguen intentando gobernar el mundo a través de grupos plutocráticos).
Después, quizás, ahora, urgentemente, parar el conflicto.
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