CNN+ también “absorbido”. ¡Ojo!...
El poder mediático está resultando uno de los tentáculos más peligrosos del “gran dominio”: especulación, “calificaciones” interesadas, sesgadas, tanto en economía como en educación, uniformización … y, lo peor, difundir informaciones que no reflejan la realidad sino la ideología del “amo”. Y cada vez vemos a los mismos “amos” acaparar mayor número de medios.
La televisión, prensa… ofrecen, en general, una peligrosísima información parcial y partidista a una ciudadanía que, también en general, está desorientada porque, con buena voluntad, acepta las noticias que recibe.
La televisión, por ejemplo: en España hemos asistido en los últimos meses a la “absorción” de la “Cuatro”… y ahora de la CNN+! Con excepción de la TV pública, la objetividad de la televisión está evolucionando como en Italia o en los Estados Unidos… .
Lo mismo sucede con la prensa. Incluso periódicos tradicionalmente “independientes” son ahora “globales”.
Reaccionemos y fomentemos la autonomía de los medios de comunicación. Es fundamental para una democracia genuina. El poder ciudadano no puede seguir impasible, indiferente. Es escandaloso ver la fidelidad de los medios a sus “patrocinadores”, normalmente con miras electorales.
Las excepciones son cada vez más escasas. Aquellos ciudadanos –insisto en ello- que leen diarios o ven canales de televisión absolutamente carentes de objetividad, “desenfocados”… se instalan permanentemente en la mentira.
Necesitamos, tenemos derecho a una información veraz. “En época de mentiras, contar la verdad es un acto revolucionario”, escribió Georges Orwell. Pues bien: por un mañana mejor, pensando en las generaciones venideras, en la voz que les debemos, tenemos que iniciar la “revolución pacífica” de decir la verdad, de tener acceso a una información que refleje rigurosamente lo que sucede, que nos permita analizar y comparar.
Recuerdo en este punto, por cierto, un refrán francés que dice: “Al analizar, nos desolamos. Al comparar, nos consolamos”.
¿Seguiremos de espectadores impasibles? ¿Hasta cuándo?
En un excelente discurso, el 28 de octubre pasado, decía el excelente periodista Ignacio Ramonet: “Con unos grandes conglomerados de comunicación de talla continental y hasta planetaria quieren convertir el periodismo en un entretenimiento domesticado, en una aborrecible simplificación de la realidad. Lo importante se diluye en lo trivial y el sensacionalismo sustituye a la explicación. El periodista debe reafirmar su rabiosa voluntad de saber y comprender para poder transmitir”.
Este es el periodismo que hoy reclamamos y exigimos. O lo tenemos, o dejaremos de adquirir las publicaciones y los productos que se anuncian en canales de televisión “dependientes”.
El poder ciudadano no tardará en manifestarse.
El poder mediático está resultando uno de los tentáculos más peligrosos del “gran dominio”: especulación, “calificaciones” interesadas, sesgadas, tanto en economía como en educación, uniformización … y, lo peor, difundir informaciones que no reflejan la realidad sino la ideología del “amo”. Y cada vez vemos a los mismos “amos” acaparar mayor número de medios.
La televisión, prensa… ofrecen, en general, una peligrosísima información parcial y partidista a una ciudadanía que, también en general, está desorientada porque, con buena voluntad, acepta las noticias que recibe.
La televisión, por ejemplo: en España hemos asistido en los últimos meses a la “absorción” de la “Cuatro”… y ahora de la CNN+! Con excepción de la TV pública, la objetividad de la televisión está evolucionando como en Italia o en los Estados Unidos… .
Lo mismo sucede con la prensa. Incluso periódicos tradicionalmente “independientes” son ahora “globales”.
Reaccionemos y fomentemos la autonomía de los medios de comunicación. Es fundamental para una democracia genuina. El poder ciudadano no puede seguir impasible, indiferente. Es escandaloso ver la fidelidad de los medios a sus “patrocinadores”, normalmente con miras electorales.
Las excepciones son cada vez más escasas. Aquellos ciudadanos –insisto en ello- que leen diarios o ven canales de televisión absolutamente carentes de objetividad, “desenfocados”… se instalan permanentemente en la mentira.
Necesitamos, tenemos derecho a una información veraz. “En época de mentiras, contar la verdad es un acto revolucionario”, escribió Georges Orwell. Pues bien: por un mañana mejor, pensando en las generaciones venideras, en la voz que les debemos, tenemos que iniciar la “revolución pacífica” de decir la verdad, de tener acceso a una información que refleje rigurosamente lo que sucede, que nos permita analizar y comparar.
Recuerdo en este punto, por cierto, un refrán francés que dice: “Al analizar, nos desolamos. Al comparar, nos consolamos”.
¿Seguiremos de espectadores impasibles? ¿Hasta cuándo?
En un excelente discurso, el 28 de octubre pasado, decía el excelente periodista Ignacio Ramonet: “Con unos grandes conglomerados de comunicación de talla continental y hasta planetaria quieren convertir el periodismo en un entretenimiento domesticado, en una aborrecible simplificación de la realidad. Lo importante se diluye en lo trivial y el sensacionalismo sustituye a la explicación. El periodista debe reafirmar su rabiosa voluntad de saber y comprender para poder transmitir”.
Este es el periodismo que hoy reclamamos y exigimos. O lo tenemos, o dejaremos de adquirir las publicaciones y los productos que se anuncian en canales de televisión “dependientes”.
El poder ciudadano no tardará en manifestarse.
5 comentarios
excelente
1 de enero de 2011, 12:21Que gran verdad lo del refrán francés. Y como siempre que buen análisis.
2 de enero de 2011, 14:11Uno al pensar sobre estos temas se desola, pero sin duda, leer tus palabras, más que consolar, siempre nutren de un efecto reconfortante y animan a seguir en aquello que creemos y sentimos.
Ójala de verdad el poder ciudadano saliera del "absorto general" en el que está instalado, a causa de "la buena voluntad con la que acepta las noticias que recibe".
Ya teníamos un "ministerio del amor" con un sistema judicial todopoderoso pero dependiente y un ejército que se disfraza de ong.
2 de enero de 2011, 16:04Ya teníamos un "ministerio de la abundancia" con sucesivos gobiernos recortando derechos y aumentando obligaciones económicas.
Ahora tenemos un "ministerio de la verdad" con un periodismo de camarilla, basura mediática y la incultura invadiéndolo todo.
Sólo falta el "ministerio de la paz" que externalice nuestros problemas en otra parte, en China por ejemplo, para terminar de desorientar a la población.
Esta es la separación de poderes del sXXI
Hemos puesto este artículo en la web de la RIET. El link es:
4 de enero de 2011, 18:38http://www.escritoresporlatierra.org/destacado.php?id=388
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