El sábado día 18 de septiembre era el Día Internacional de la Lucha contra la Pobreza. Se celebraron diversos actos, alguno de ellos con gran participación y publicación de excelentes manifiestos, como el de "Alianza contra la Pobreza"... que no han merecido ni una sola referencia en los medios de comunicación de mayor difusión. Prensa escrita, televisión, radio... dedican grandes espacios a noticias normalmente sesgadas según su caire político, y son enormemente generosas con todo lo que tiene que ver con el "entretenimiento popular" -que podría ser la nueva "burbuja"- cuando omiten cualquier referencia a los grandes desafíos que han merecido, precisamente, que las Naciones Unidas les destinen un "día".
Y es que los ciudadanos no lograrán que se dedique a sus grandes objetivos personales y colectivos la atención que merecen hasta que la lucha contra la pobreza, la paz, la conciliación... no formen parte de su vivir cotidiano. Entonces sí que serán capaces de unir sus voces y exigir a los medios de comunicación que les den la resonancia que con tanto apremio requieren.
Fechas inadvertidas porque los "globalizadores", que sustituyeron los principios democráticos y los valores y la justicia social por las leyes del mercado, tienen mucho interés en que no dejemos de ser súbditos silenciosos y obedientes, permanentes receptores de los espectáculos deportivos y de toda índole que nos ofrecen para mantenernos impasibles.
!La paz¡ Desde hace siglos nos deseamos la paz de forma tan constante como erosionada por la rutina -la paz sea contigo, salam, shalom...- pero no tienen influencia en nuestra conducta porque son sólo expresiones que no hemos incorporado realmente a nuestra conciencia como un auténtico anhelo. En la Eucaristía católica la palabra "paz" se pronuncia casi tanto como la palabra "Dios" y, sin embargo, tampoco la Iglesia celebra como sería de esperar estas fechas dedicadas a los grandes objetivos de la Humanidad.
Eso sí, en los días que conmemoran grandes acontecimientos bélicos se retransmiten puntualmente los desfiles y otros actos que "fijan" en la memoria popular la importancia histórica del hecho que se celebra.
Hay que pasar, pues, de una cultura secular de fuerza, violencia y guerra a una cultura de diálogo, comprensión y paz. Y entonces, sí, celebraremos con todo el énfasis pertinente los días de la lucha contra la pobreza y de la paz... Ya falta poco, porque son muchos los ciudadanos que se dan cuenta de que el tiempo del silencio y la resignación ha concluido. Hoy, no me canso de repetirlo, es posible la participación no presencial a través de las TIC.
Por cierto, dentro de unos días, el día 2 octubre, se celebra la Jornada Internacional de la No Violencia. Espero que, al menos en el ciberespacio, sean muchos los que alcen su voz.
1 comentario
Como decía Neruda de la palabra "gracias", hay voces que aunque estén 'gastadas', siguen estando relucientes.
21 de septiembre de 2010, 15:29Lo mismo cabe decir de la palabra "paz". Hay que seguir diciéndola, diciéndola y repitiéndola, pasándola de mano en mano, que a fuerza de decirla habrá quien se anime a ir haciéndola. Teniendo en cuenta como está el mundo, ¡imaginémonos cómo estaríamos, si no la dijéramos y repitiéramos!
Cordialmente,
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