En el mes de octubre de 2008, elegido ya el Presidente Obama, la UE acudió presurosa a Camp David para que el Presidente Georges Bush -¡en reconocimiento a sus múltiples aciertos!- liderara el mundo para hacer frente a la gran crisis financiera que le amenazaba. Y el Presidente Bush, como era de esperar, marginó a las Naciones Unidas (a pesar de ser un problema global) y confió la adopción de soluciones al G-20, grupo "ampliado" de los países ricos del planeta.
Y no se le ocurrió mejor solución que "rescatar" a las instituciones financieras con dinero público, provocando un endeudamiento de los Estados sin precedentes. Mientras eran "rescatados" (más de 700.000 millones de dólares en US y alrededor de 400.000 millones de dólares en la UE), se les advirtió severamente de que la "codicia e irresponsabilidad" -en términos del Presidente Obama que me gusta subrayar- que había conducido a la crisis deberían evitarse radicalmente en el futuro, mediante unos mecanismos de regulación adecuados y, sobre todo, por la inmediata desaparición de los paraísos fiscales, gracias a cuya existencia se evaden el fisco y la justicia social por empresas que delinquen, y se facilitan los tráficos de toda índole (armas, capitales, drogas...) a escala supranacional... Lo peor fue que el "mercado rescatado" impuso a continuación sus arbitrarias leyes a los ingenuos "rescatadores" ya empobrecidos, que han tenido que hacer ajustes ante los ataques especulativos de un sistema económico global a la deriva.
Dos años después, el mercado ha desplazado a los políticos, el dinero a los principios democráticos... y los paraísos fiscales siguen ostensiblemente abiertos cuando para millones de ciudadanos golpeados directamente por los efectos "colaterales" de la crisis, los "otros" paraísos, terrenos y hasta celestiales, se están cerrando.
Esperemos que los ciudadanos, tan entretenidos por el inmenso poder mediático, se rebelen a tiempo y exijan que se cierren los paraísos fiscales y que sigan abiertos de par en par los de sus anhelos.
2 comentarios
Se necesitan muchas manos, muchas voces y quizás también mucho dolor, pero la Armonía prevalecerá siempre sobre el caos, es la Ley del Universo.
9 de septiembre de 2010, 14:13Como ciudadano me rebelo, protesto,critico, rechazo, abomino de los paraísos fiscales y no consigo entender porqué, después de todo lo que ha pasado, siguen existiendo. He oído a muchos políticos llenarse la boca diciendo que hay que acabar con ellos, a muchos grandes pensadores y comunicadores, como Ud., criticando su existencia... pero ahí siguen. Mi protesta no pasa de una "rabieta" compartida con mis allegados. Si a los que tienen voz y algún poder no les escuchan ¿qué podemos hacer entonces los ciudadanos de a pie que sentimos y nos lamentamos cada día al ver que que el mundo es cada vez más injusto?
13 de septiembre de 2010, 2:22Publicar un comentario